La mayoría de capitalinos no confía en el agua de la llave
Cd. de México martes 17, Ago 2010El consumo de agua embotellada o de garrafón se convirtió en la práctica más común entre los habitantes del Distrito Federal, ya que según un estudio de la UNAM actualmente sólo 10.84% de la población emplea el proceso de hervir el líquido para poder consumirlo, mientras que 4.37% lo filtra o purifica.
Una evaluación de la política de acceso domiciliario al agua potable del Distrito Federal, realizada por la UNAM, 76.94% de la población consume agua de garrafón o embotellada, y son quienes viven en condiciones de pobreza alta los que más recurren a ella.
“Además de pagar por el suministro de agua, ya sea por conexión a la red pública o cualquier otro mecanismo, la población tiene que realizar un pago adicional para obtener agua de calidad para beber y cocinar, teniendo graves implicaciones económicas en la población más desfavorecida”, señala el estudio.
Esto es considerado grave por los especialistas que realizaron el estudio a petición del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal (Evalúa DF), porque se estima que al oriente y al sur de la ciudad hay un alto riesgo de mala calidad del agua que llega a los hogares.
En el caso del oriente, se considera que hay zonas de captación próximas a tiraderos de basura que están amenazadas de ser contaminadas por lixiviados.
Del otro lado está un 4.54% de los habitantes del Distrito Federal, es decir alrededor de 402 mil personas, que, según el estudio, toma el agua directamente de la llave, “en las condiciones y calidad en que les llega”. Este porcentaje habita, principalmente, en las delegaciones con niveles altos de pobreza.
Por ello, “aunque los pozos en el oriente cuenten con plantas potabilizadoras a pie de pozo, caracterizadas por una tecnología muy avanzada y poco usual para una fuente de suministro para uso humano, se estima que el riesgo de mala calidad de esas aguas es alto y no sólo por lixiviados o heces, sino por muchos otros compuestos”.
Sobre el sur de la capital los especialistas consideran que esta parte de la ciudad carece de drenaje por la dureza del suelo y “las fosas sépticas que existen descargan agua de mala calidad al acuífero con riesgo de infiltración a los numerosos pozos de donde se extrae el agua en la zona”.