Vituperado
Ramón Zurita Sahagún viernes 11, Sep 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Uno de los personajes más leales al sistema político priísta ha sido Humberto Roque Villanueva, quien ha soportado con entereza todo tipo de vituperio y lo mantuvieron alejado de los cargos públicos, con todo y el regreso del Revolucionario Institucional a Los Pinos.
Roque es un hombre del sistema, que tres años después del nuevo arribo de su partido a la Presidencia de la República fue llamado a incorporarse al gobierno federal.
Cuenta en su expediente con una amplia carrera que le permitió ser dos veces diputado federal, una más subsecretario de Pesca, presidente de su partido PRI) y director de la Aseguradora Hidalgo (entonces del gobierno federal).
También enfrentó calamidades, como estar a las puertas de la muerte y postrado en cama por varios meses, de lo que, afortunadamente, se recuperó.
El nuevo subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación vivió sus mejores momentos durante las administraciones presidenciales de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, los últimos dos ejecutivos federales, antes de la debacle del partido en los albores del siglo XXI.
Originario de Coahuila y formado en las filas de la otrora poderosa Confederación Nacional Campesina, Roque Villanueva formó parte de los jóvenes campesinos que se aglutinaron alrededor de Héctor Hugo Olivares, hijo del entonces líder del Senado y después poderoso secretario de Gobernación, Enrique Olivares Santana.
De esos jóvenes cenecistas destacaron varios, por su propio peso político con el transcurrir de los años, de los que emergió Humberto Roque Villanueva.
Su crecimiento político no fue tan rápido como el de algunos de sus compañeros, aunque finalmente alcanzó dos cargos difíciles de conseguir en aquellos años del poderoso priísmo.
Humberto fue coordinador de la bancada priísta y por lo mismo presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados y presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional.
Fue precisamente como coordinador de dicha bancada cuando su figura se volvió célebre, con la llamada “roqueseñal”, una expresión de júbilo que para unos fue catalogada como un festejo normal, mientras otros la situaron como una señal obscena, que manifestaba el desdén con que los priístas veían a la oposición, minoritaria en aquellos años de dominio del partido tricolor.
La situación se presentó en la sesión de la Cámara de Diputados, donde los diputados de la LVI Legislatura (la última de mayoría absoluta priísta) discutían el incremento del IVA del 10 al 15 por ciento, aumento repudiado por ciudadanos y diputados opositores al PRI.
El debate fue candente, aquel 17 de marzo de 1995, en que el país vivía tiempos difíciles, luego del “error de diciembre” que provocó endeudamientos al por mayor, una grave crisis económica, desempleo y obligó al gobierno federal a tomar medidas drásticas.
Ya se había producido el rompimiento entre Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, la detención de Raúl Salinas, la efímera huelga de hambre del ex presidente y mucho más acontecimientos.
En busca de mayores ingresos, el gobierno federal decidió incrementar el IVA en un 50 por ciento y el hombre comisionado para sacar la iniciativa fue Humberto Roque Villanueva.
Después del jaloneo en que las protestas se recrudecieron y la diputada perredista Mara Robles subió a la tribuna con una canasta de huevos, para mostrar -de acuerdo con ella- lo que le faltaba a sus compañeros diputados.
Por eso, el festejo de Roque Villanueva fue grande y la forma en que extendió y encogió los brazos, dio origen a la multicitada “roqueseñal”.
Para fortuna de Humberto Roque no se habían popularizado las redes sociales, el uso del internet estaba en pañales y fueron los medios impresos los que mostraron la figura del hoy subsecretario en pleno festejo del aumento en el IVA.
Por su destacada participación en dicho aumento, Roque Villanueva logró su promoción y fue llevado a la presidencia nacional del PRI, donde le costó el cargo la derrota en las urnas de su partido que dejó como saldo la pérdida de la mayoría en la Cámara de Diputados, así como de los gobiernos del Distrito Federal, Querétaro y Nuevo León.
Después de eso, Roque Villanueva mostró su disciplina partidista y compitió por la candidatura presidencial de su partido, en lo que fue considerado como una jugada para frenar el posible triunfo de Roberto Madrazo Pintado.
Y es que Madrazo Pintado, entonces gobernador de Tabasco, se encontraba enfrentado con el presidente Zedillo y ponía en riesgo la nominación del candidato oficial, Francisco Labastida Ochoa, en la primera contienda interna partidista.
La presencia de Roque Villanueva fue, simplemente testimonial, ya que no ganó uno solo de los 300 distritos electorales en disputa, proceso del que emergió como candidato Labastida Ochoa.
Eso sí, tanto Roque Villanueva como Manuel Bartlett Díaz (otro participante), fueron postulados como candidatos plurinominales al Senado de la República, cargo que alcanzaron, mientras Madrazo regresó a gobernar Tabasco y Labastida Ochoa resultaba el primer priísta que perdía una elección presidencial.
La carrera de Humberto Roque Villanueva se encuentra marcada por el sello de la “roqueseñal” que le cuesta muchos sinsabores, aunque él mismo se ha encargado de negar la expresión obscena.
DUARTE Y FIDEL
Nada hay del supuesto enfrentamiento entre el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán y su sucesor Javier Duarte de Ochoa.
Son varias las ocasiones en que han tratado de enfrentar a los dos personajes que gobernaron el estado y que son señalados como los que sumieron a la entidad en una grave crisis financiera.
La realidad es que ni siquiera el hecho de que Duarte se opuso a la nominación del hijo de Fidel como candidato a diputado federal por el PRI los distanció, ya que el mismo Javier Duarte le propuso buscara la opción del Partido Verde.