Católicos enfurecidos
¬ José Antonio López Sosa martes 17, Ago 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Es una vergüenza lo que ocurre con la Iglesia católica en nuestro país, para nuestra buena fortuna la Suprema Corte de Justicia de la Nación no dio más juego a la supuesta inconstitucionalidad entorno al matrimonio y adopción entre personas del mismo sexo, promovido por Arturo Chávez, procurador general de la República, tras las órdenes que le diera Felipe Calderón en ese sentido.
Primero que nada debo destacar que en la PGR en lugar de procurar justicia que tanto falta en el país, se han dedicado a promover juicios de inconstitucionalidad ante estas reformas que proveen de derechos a las minorías, esa es la visión de Felipe Calderón entorno a los gobernados.
La jerarquía católica surge como lo que es, un ente retrógrada y con una visión retorcida de la realidad, apoyados obviamente por distinguidos militantes del Partido Acción Nacional (PAN), que no alcanzan a entender la necesidad y obligatoriedad de la separación entre la Iglesia y el Estado.
Sandoval Íñiguez y los emisarios de Norbero Rivera salieron durante el fin de semana a insultar y emitir consignas contra la Suprema Corte, contra la reforma en el Distrito Federal, en fin, contra las instituciones del Estado que hace permisible la existencia de su creencia religiosa en nuestro país. Las demás agrupaciones religiosas (cristianos y testigos de jeohvá, por ejemplo) han permanecido calladas, sin embargo tienen la misma visión que los católicos entorno a cerrarle el derecho a la comunidad homosexual.
Ante las declaraciones de la jerarquía católica, es necesario que la Secretaría de Gobernación haga cumplir la ley, nuestra Constitución Política es clara en su artículo 130 donde queda claro que sí y que no pueden hacer los ministros de culto, urge que el gobierno federal separe su militancia católica y haga valer la ley. No podemos permitir que la ira de la cúpula católica siembre aún más inestabilidad de la que ya tenemos.
Finalmente, me sorprende observar cómo ante los crímenes de Marcial Maciel no hubo un pronunciamiento así de fuerte de Norberto, sus trabajadores o del propio Sandoval Íñiguez, ¿por qué se lanzan con todo frente a una reforma que da derechos a la gente y se esconden ante la depravaciones de uno de los suyos?, eso sin contar la férrea defensa que el propio Rivera ha hecho con sacerdotes acusados de pederastia. ¡Ya basta!, ¿no?
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