¿Concertación Peña-Beltrones?
Roberto Vizcaíno lunes 24, Ago 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los mexicanos podríamos estar frente a un acuerdo para garantizar la aplicación de las reformas
- Un pacto que incluye inevitablemente una sucesión conducida y garantizada
- No hay más que seguir el discurso del dirigente para darse cuenta de su giro
Los hechos y el discurso nos indican que estamos hoy frente a una de las concertaciones políticas más inteligentes y profundas de los últimos tiempos en México.
El análisis advierte que esta concertación la alcanzaron el presidente Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, y pudo haberse pactado durante la visita del mandatario mexicano entre el 11 y 17 de julio pasado a Francia, visita a la que fue sorpresivamente convocado el sonorense.
Más sorpresivo fue que Beltrones llegó y prácticamente no participó en evento alguno.
Los elementos para esta concertación se encuentran, dicen algunos supuestos enterados, en 4 hechos a los que aludiré no en razón de la importancia para los concertantes, sino para el periodista:
-Las consecuencias de la fuga de Joaquín Guzmán, El Chapo, tanto para el Gobierno de Peña Nieto como para las aspiraciones presidenciales del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
– Las consecuencias de la caída del precio del petróleo y la consecuente caída de la economía mexicana y los efectos para el gobierno y las aspiraciones presidenciales del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
– Las consecuencias de la crisis de credibilidad y confianza que vive el gobierno como consecuencia de los casos de Ayotzinapa, la llamada Casa Blanca y ahora por una insuficiente explicación respecto de las causas internacionales de la crisis económica y el derrumbe del dólar.
– Las consecuencias de la baja del precio del petróleo y la desaceleración del resto de las naciones –especialmente en EU–, con las cuales México tiene acuerdos y tratos comerciales, lo que ha obligado al gobierno mexicano a recortar presupuestos, reprogramar obras, retrasar programas y proyectos, pero sobre todo desfasar y posponer el desarrollo y correcta entrada en vigor de las 12 reformas estructurales, lo que da una sensación popular de crisis económica e incapacidad de respuesta por parte de la administración de Peña Nieto.
Estos elementos llevaron al presidente Enrique Peña Nieto a replantearse todo su proyecto que contemplaba utilizar la primera parte de su administración para inducir las reformas y la segunda para desarrollarlas y demostrar sus beneficios.
Hoy el mexiquense no sólo tiene un país en desaceleración económica por cuestiones fuera de su control –caída del precio del petróleo y desaceleración económica del mundo desarrollado–, sino una crisis política derivada de la desconfianza social y el creciente deterioro de su prestigio impulsado desde las redes sociales, lo que advierte un panorama muy incierto en su sucesión.
Todo ello en evidente beneficio de personajes populistas como Jaime Rodríguez, El Bronco, o de Andrés Manuel López Obrador o algún otro, quienes de llegar a Los Pinos lo primero que harían sería abolir, desechar o cambiar las reformas.
Con aspirantes –Osorio y Videgaray– fulminados por los hechos, sin tiempo para construir la imagen y relaciones que requerirían otros jugadores, Enrique Peña Nieto habría decidido junto con Beltrones en Francia dar un giro absoluto a su mandato.
EL ACUERDO
Evidentemente habría mucho más que lo que aquí apuntó.
Pero creo que la concertación a la que podrían haber llegado Manlio y Peña Nieto podría ser de la trascendencia del Pacto de La Moncloa en España –que metió de lleno a este país en el concierto de las naciones europeas–, o del evidente acuerdo que existe entre Vladimir Putin y su aliado Dmitri Anatólievich Medvédev para mantenerse en el poder y consolidar las reformas en la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
De ser cierta esta concertación, estaría operando con base en los siguientes hechos:
– Enrique Peña Nieto ya es presidente de México. Ya no juega en la siguiente elección. Lo que le interesa es garantizar que su proyecto trascienda. Es decir, que las reformas que sientan las bases para un México distinto, se concluyan o entren en vigencia. Y él pasar a la historia como promotor de ese cambio.
– El mexiquense está ya a la mitad del camino. El 1 de septiembre –en 7 días–, inicia la segunda parte de su administración, la de la consolidación de proyectos y obras.
– Desde esta realidad no tiene más lealtades que con él mismo y su historia.
– Y si Beltrones le garantiza esto, Beltrones será el siguiente aspirante presidencial del PRI, con toda la fuerza que le pueda aportar Peña Nieto.
EL MÁS PEÑISTA
De ser cierto el acuerdo, el sonorense ahora convertido en presidente nacional del PRI, no sólo siguió un guion perfecto en el que escondió todo y sólo dio a conocer que él era el elegido a dirigir a su partido apenas 2 días antes de que venciera el plazo.
Desde entonces Manlio –quien fue reconocido por ser el único contrincante interno de Peña Nieto en la presidencial del 2012 y por no aceptar todo lo que plantea el mexiquense–, se ha transformado en el político más peñista en el poder.
Y desde esta posición ha comenzado por retomar todos y cada uno de los temas planteados por Peña Nieto en su discurso del 25 de julio de este año en su visita al PRI.
Ahí Peña Nieto habló de que por sus aportaciones al país el PRI es el partido de México.
Que fue el que transformó a México de país de caudillos a una nación de leyes e instituciones.
Un partido basado en los principios de la democracia y la justicia social. El partido creador de las grandes infraestructuras e instituciones y obras sociales, de hospitales, centros médicos, la UNAM, Conacyt, IMSS, ISSTE, Infonavit y el que, con Adolfo López Mateos en Los Pinos creo los libros de texto gratuitos.
Un partido sin el cual la democracia y sus instituciones –INE, Trife, credencial de elector, etc–, no podrían haber avanzado como lo han hecho.
Ese 25 de julio Peña Nieto habló de transformar el PRI en estructura y organización para adaptarlo a una sociedad crecientemente joven y demandante y a un tiempo en que los avances tecnológicos han cambiado radicalmente las formas de comunicación de los ciudadanos y en su participación política.
Ahí Peña Nieto habló de los riesgos del populismo. Y dijo que México debe estar consciente de sus riesgos. Amenaza que en otros países se ha convertido en caos.
Hoy Beltrones, como líder nacional del PRI, no desaprovecha discurso ni intervención para hablar de la importancia de las reformas de Peña Nieto y para avanzar en el desarrollo y bienestar de México.
Habla del mexiquense como de un Presidente que se atrevió al cambio. Y ha anunciado la apertura de un periodo de reflexión y diálogo internos para ir a la transformación del PRI de un partido de organizaciones y sectores a un partido de ciudadanos y causas. Cercano a los jóvenes.
Y sin vueltas ha dicho que él aspira a ser el puente de comunicación entre generaciones.
Ha retomado fielmente lo expresado por el mexiquense en relación a ir al uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías como herramientas de comunicación con la sociedad.
De igual manera, apenas al llegar, abrió fuego contra Andrés Manuel López Obrador la mayor expresión del populismo en México.
En fin, un cambio absoluto en un político que explica una concertación de alto nivel con el presidente Peña Nieto.
Si es así, estamos frente a un reacomodo en el Sistema, que podría garantizar que el PRI gobierne al menos otros 6 años y Peña Nieto y Beltrones hagan realidad las reformas por las que ambos han batallado durante los últimos 3 años.
Es decir, por la remodelación del Sistema Político, Económico y Social de México.