Juez y parte
Ramón Zurita Sahagún miércoles 19, Ago 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si algo queda claro en los tiempos de operación política de los priístas es que nada se mueve sin la autorización del Presidente de la República, tal y como fue en el pasado, es en el presente y será en el futuro.
Por eso Manlio Fabio Beltrones aseguró, no será juez y parte del juego político.
Los priístas saben que una de sus tareas primordiales es la de mantener la unidad, ampliar su horizonte de militantes y ganar el mayor número de gubernaturas de las doce que estarán en juego el año próximo.
Eso lo saben todos, por eso se encuentran conscientes de que la cercanía con el nuevo dirigente no los convierte en posibles candidatos de su partido a los gobiernos en disputa.
La decisión vendrá, como es común en el sistema, del presidente de la República, quien escuchará las recomendaciones del dirigente priísta, pero solamente para tomar la decisión, sin apuros de ninguna clase.
Por eso, los aspirantes a quedarse con las candidaturas iniciaron sus movimientos, principalmente en los rumbos de Los Pinos, para hacerse presentes en el ánimo de quien decidirá.
La intención es evitar que suceda lo ocurrido en la década pasada, cuando, ante la falta de un presidente priísta, los gobernadores marcaban el entorno de su sucesor.
De esa forma, ocurrieron algunas situaciones que produjeron errores garrafales con las administraciones priístas y hasta derrotas dolorosas.
Una de ellas fue con Javier López Zavala, impuesto por la voluntad de Mario Marín Torres, sin importar el rechazo que tenía en Puebla, originando una de las derrotas más dolorosas para los tricolores.
Eso motivó el crecimiento de Rafael Moreno Valle Rosas, quien arrasó en las urnas y hoy se encuentra convertido en uno los prospectos sólidos de Acción Nacional para la Presidencia de la República.
Otro error cometido fue haber dejado que J. Natividad González Parás impusiera su voluntad y convirtiera a su joven secretario de Gobierno en el candidato a gobernador.
Rodrigo Medina de la Cruz no tuvo problemas para imponerse en las urnas a Fernando Elizondo, con la operación montada desde el gobierno del estado, aunque lo difícil para la población vino con su administración.
Corrupción, abusos, violencia e inseguridad, son algunos de los logros del gobierno de Medina de la Cruz, por lo que Jaime Rodríguez Calderón no tuvo problemas para imponerse como candidato independiente.
Eugenio Hernández Flores hizo valer su voluntad en Tamaulipas, para que el candidato priísta fuese Rodolfo Torre Cantú, su ex secretario de Salud y diputado federal, quien fue bien recibido, pero que a una semana de la elección fue asesinado, junto con varios colaboradores por la delincuencia organizada.
Su hermano Egidio fue habilitado como candidato y arrasó en las urnas, cuando la población en masa decidió votar por el PRI, mitad por la popularidad del asesinado Rodolfo y mitad por el duelo impuesto por este artero crimen.
El resultado un mal gobierno de su hermano Egidio, donde la violencia y la inseguridad son las principales herencias que dejará. Sinaloa fue otro de los estados, en los que el gobernador, Jesús Aguilar, se asumió como el gran elector y Jesús Vizcarra fue derrotado ampliamente por Mario López Valdez, un priista que se encontraba mejor posicionado y fue relegado.
En Oaxaca se hizo la voluntad de Ulises Ruiz, convirtiendo en candidato a Eviel Pérez Magaña, quien pagó las consecuencias del mal gobierno de Ulises y cayó vencido por Gabino Cué.
Fidel Herrera Beltrán mostró en Veracruz su estilo político, al imponer a Javier Duarte de Ochoa como candidato y tuvo que realizar la operación político-electoral, para que su candidato triunfara.
Las consecuencias todavía no se pagan, ya que el año próximo, podrían pagar el costo de aquella decisión, cuando vayan nuevamente a las urnas.
Veracruz muestra un total desaseo político, con deudas al por mayor, violencia e inseguridad y una mala operación política del gobernador, a quien le cargan culpas de todo, sin saber cómo resolver los entuertos.
Quintana Roo, es otro de los estados donde el gobernador, Félix González Canto, impuso su voluntad por encima de la de los demás y convirtió a su ex secretario de Finanzas y diputado federal en gobernador.
Roberto Borge Angulo no enfrentó problemas en las urnas, los tiene ahora con un estado que amenaza con serle arrebatado al PRI si es que la oposición encuentra un buen candidato.
Con ese claro panorama el presidente de la República sabrá la forma de definir cada una de las candidaturas, para evitar resultados como los de 2015, en que de nueve gobiernos, solamente ganaron en cinco.
EJEMPLO A SEGUIR
Cuántos de los nuevos gobernantes seguirán el ejemplo de Alejandro Moreno Cárdenas de no asistir al último informe de su antecesor, para evitar robarle atención.
Es sumamente conocido el oportunismo de los políticos mexicanos que se van a la cargada y la acción del gobernador electo de Campeche se enfocó a evitar distraer la atención del mensaje de Fernando Ortega.
Moreno Cárdenas será el más joven de los nueve gobernantes que asumirán su nuevo encargo, pero desde que ganó la elección mostró una gran madurez y ha dedicado su tiempo para llevar una mayor inversión al estado que habrá de gobernar a partir del 15 de septiembre.
“Alito” como es conocido el futuro gobernador es uno de los políticos que mayor contacto tiene en las redes sociales, las que mantiene activas en todo momento.
Son muchos los que advierten que su llegada podría representar el despegue económico de un estado con mucho potencial, pero que por la desidia y apatía de los gobernantes se ha quedado rezagado.