Valle de Bravo, lugar ideal para un fin de semana
Turismo viernes 13, Ago 2010De cinco estrellas
Victoria González Prado
— El hotel Misión Refugio del Salto, un lugar romántico
Valle de Bravo, en el Estado de México, es un pequeño pueblo que a lo largo de su historia ha sido bautizado con distintos nombres. Los matlazincas, primeros pobladores, le llamaban “Cerro de los baños de vapor”. Durante la colonia se le conoció como San Francisco de Temascaltepec. Y en la Independencia fue Temascaltepec del Valle, Villa del Valle y Ciudad Bravo. Desde 1971 su nombre oficial es Ciudad Típica de Valle de Bravo.
Lugar pequeño, tranquilo, de callecitas empedradas, casas pintadas de blanco, con techos de dos aguas y teja roja, y balcones llenos de flores. Hoy brilla como uno de los destinos más frecuentados y es Pueblo Mágico para orgullo de sus habitantes.
En Valle de Bravo hay que recorrer la ciudad caminando, practicar deportes de aventura y alto riesgo, disfrutar sitios para relajarse; es lugar ideal para quienes, sin temor a las alturas, inician el vuelo en parapente o paracaídas…
El lago es uno de los principales atractivos, ya que ahí se practica veleo, sky acuático, kayak, tabla, vela, pesca deportiva, paseos en lancha y en pequeños yates. Y si lo que prefiere son las aventuras fuertes, nada mejor que volar por los cielos en parapente ultraligero, ala delta y dejarse mecer por el viento allá en las alturas y disfrutar del paisaje… Y también ¿por qué no? practicar rappel, subirse en una tirolesa, recorrer hermosos y accidentados paisajes en bici de montaña, jugar golf en campos de primer nivel y “unas carreritas” en motocross o go karts.
Y si la tranquilidad es lo que busca, el malecón municipal, de reciente construcción, es un espacio para ver la actividad acuática. Por las noches descubra restaurantes, cafecitos, antros y karaokes para todos los gustos y edades.
En el centro histórico visite la Parroquia de San Francisco de Asís, patrono del lugar, donde se encuentra su imagen tallada en madera en el altar mayor, una pila de agua bendita y otra bautismal de una sola pieza del siglo XVII.
En la plaza principal está el kiosco, con columnas de madera y techo de teja roja, rodeado de jardines, bancas y puestos de artesanías y antojitos. La Capilla de Santa María o Cristo Negro tiene en el altar la imagen del Cristo Negro, al que se le atribuyen muchos milagros y es visitado por cientos de fieles.
Recorra el mercado municipal y el de artesanías, la Casa de Cultura, el museo “Joaquín Arcadio Pagaza”, el parque El Pino, con un ahuehuete de 700 años de edad conocido como El Pino; la Alameda, la plaza de los Tres Árboles y la Hacienda de Santa María Pipioltepec, con un acueducto del siglo XVII.
En cada rincón de Valle de Bravo los olores y colores de la gastronomía están envueltos de gratas sorpresas. Hay nieves artesanales de los más variados sabores, trucha arco iris, lobina negra y alcachofas cosechadas en la región.
Al lugar fuimos invitados por Gabby Trejo, gerente de Relaciones Públicas de Hoteles Misión, quien junto con todo el personal del hotel Misión Refugio del Salto nos dieron hospedaje y por supuesto nos invitaron a disfrutar del hotel un lugar maravilloso, rodeado de verdes jardines y una gran cascada que con solo mirarla y escuchar cómo cae el agua, se siente una tranquilidad imperturbable y, también de los atractivos de Valle de Bravo.
El Hotel Misión Refugio del Salto es “El ensueño de un pueblo místico, enmarcado por un lago entre montañas, hace cualquier fantasía realidad. Enclavado en el bosque de Valle de Bravo, es un lugar perfecto para una convención de negocios, un evento social de la más alta clase o simplemente para pasar un fin de semana en un íntimo chalet o habitación de lujo”, es la descripción perfecta del hotel.
El hotel cuenta con 21 habitaciones, incluyendo tres junior suite y 37 chalets con chimenea, que pueden albergar desde una pareja de enamorados, hasta una familia de ocho personas o un grupo de amigos. Cuenta con el restaurante “Andanza”, cava de vinos, lobby bar “Zarabanda” y Sushi Lounge.
En Valle de Bravo hay mucho que ver y hacer. Hay tres cascadas: Río del Molino, lugar ideal para caminar; Refugio del Salto, parte del paisaje del hotel Misión, y Velo de Novia, que debe su nombre, según la leyenda, a una hermosa mujer que se quedó en el altar esperando al novio el día de la boda, y llena de dolor y vergüenza vestida con su traje blanco corrió hasta la cascada y se lanzó perdiendo la vida.
También está la casa de oración “Carmel Maranatha”, que a mi me dejó con la boca abierta. Un centro de retiros espirituales perteneciente a los Carmelitas descalzos, creado por fray Miguel Ángel Alonso en 1975, con el fin de ofrecer un sitio de oración y reflexión a través de la meditación y la contemplación.
Y qué decirles de la Stupa Budista, una imagen arquitectónica del cuerpo de Buda sentado en un trono en estado de meditación. Se construyó gracias al apoyo de Casa Tíbet México que dirige Marco Antonio Karam y con la asistencia de uno de los líderes espirituales más importantes del pueblo tibetano, Gyalwa Karmapa Thaye Dorje, quién la consagró. La Stupa tiene una altura de 36 metros, un área de 400 m2 y es el más grande que se ha construido en occidente.
Muchas de las actividades mencionadas son programadas por el hotel Misión Refugio del Salto. Pregunte por las promociones y déjese llevar por los atractivos de Valle de Bravo. Y si prefiere absoluta tranquilidad quédese en el hotel, disfrute de su ubicación, no le faltará nada y podrá pasar unos días inolvidables.