Recetas mágicas
¬ Salvador Estrada martes 11, Ago 2015Folclor urbano
Salvador Estrada
El doctor Mancera quiere hacer el bien sin fijarse en quien, pero como no es doctor en medicina, sino en Derecho, receta una aspirina para mejorar la vida de los capitalinos, al pedir que aumenten el salario a los trabajadores.
Efectivamente, Miguel Ángel Mancera está empeñado que el salario mínimo debe ser de 82 pesos con 86 centavos y considera que con ese aumento de 12 pesos al salario actual se tendrá acceso a la canasta básica.
Muchos productos ya subieron de precio —la misma leche Liconsa subió un peso de $4.50 a $5.50— y el doctor Mancera seguramente no se ha percatado que ese aumento se ha registrado, ya sea por el dólar o por la baja en el precio del petróleo, y que continúa.
Cada año, cuando se da el aumento en los salarios mínimos, los productos suben de precio y este incremento es mayor a los dos pesos que les da la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. Y para frenar esta carrera alcista se debe de operar el control de precios a la “canasta básica”, como sucedió en el pasado. Solamente así rendiría el aumento.
El incremento que propone el jefe de gobierno capitalino no funcionará mientras no se meta en cintura a los comerciantes, que por su “puro gusto” aumentan precios a diestra y siniestra. Un caso, una “boleada”, es decir lustrarse los zapatos cuesta 20 pesos. De la noche a la mañana le aumentaron 5 pesos.
Y el doctor Mancera es tan buena onda que quiere hacer felices a las familias mexicanas y propone que los trabajadores terminen sus labores a las tres de la tarde. No conoce a bien a bien a los capitalinos, sus gobernados, y cree que a esa hora se irían a sus hogares para convivir con sus esposas e hijos…No hay que reírse, es buena la intención, pero a esa hora —¡gracias a Dios, ya es viernes! empieza la hora del amigo, de la reunión con los cuates en los bares, cantinas, similares y conexos.
Si aplica ese horario el doctor Mancera, sin querer, “les daría alas a los alacranes”, porque dicen los asalariados que “el viernes es social” y salú, salú y salú.
La mejor receta para acercar a los trabajadores a sus familias es un horario escalonado. Ingreso al trabajo a las 8, 9 y 10 de la mañana. Todos empiezan sus labores a las 8 horas y es un caos vial porque también los niños ingresan a la escuela a esa hora.
Mientras tanto, salú doctor y nos vamos… a echar la otra.