Destapan cloaca en la delegación Cuauhtémoc
¬ Augusto Corro miércoles 22, Jul 2015Punto por punto
Augusto Corro
Los principales funcionarios de la delegación Cuauhtémoc se encuentran a punto de pisar la cárcel.
¿El delito? Presuntamente cobraron 6 millones 900 mil pesos por autorizar reglamentos, 2 millones a restaurantes y hoteles y 700 mil pesos a comerciantes informales. Lo anterior, ocurrió durante las gestiones de los delegados Alejandro Fernández y José Luis Muñoz Soria, ambos de extracción perredista.
La red de corrupción fue revelada por el delegado electo en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). La documentación oficial que comprometía a los ex funcionarios estaba lista para enviarla al basurero.
Sin embargo, personas afines a Monreal recuperaron las bolsas con 58 mil 654 fojas rotas; juntaron los pedazos y descubrieron la información que constituye diversos delitos.
El delegado Monreal declaró que frente a la situación de desorden, caos e impunidad en la demarcación, presentará denuncias penales contra los ex funcionarios y servidores públicos actuales que “están incurriendo en conductas inmorales y antijurídicas”.
La Cuauhtémoc, con el mayor número de giros negros (una mina de negocios sucios) la convertía en la delegación más codiciada por los políticos de todos los partidos.
Monreal, como nuevo delegado, tendrá que darle una imagen positiva a la administración en la Cuauhtémoc; entre otras cosas, echar a la calle a los funcionarios corruptos. Seguramente lo hará, porque su proyecto político es presentarse como candidato de Morena en la búsqueda del gobierno capitalino para el 2018.
RECONOCE
SU INEPTITUD
Desde hace varios años en el estado de Oaxaca se vive en la incertidumbre.
Los gobernadores convertidos en auténticos saqueadores del erario, poco les importó la tranquilidad en esa entidad.
Basta con revisar las riquezas de José Murat o de Ulises Ruiz Ortiz para confirmarlo. El primero es dueño de casas en Estados Unidos; el segundo es propietario de un complejo médico en el Distrito Federal.
Además de enriquecimiento ilícito, en Oaxaca dejaron un sinnúmero de problemas sociales que el actual gobernador Gabino Cué, en vez de superarlos, los agudizó.
La problemática social en Oaxaca es compleja, debido a la ineptitud para gobernar de Cué y por el activismo violento de los maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y los militantes de la CNTE, que representan los mismos intereses.
La lucha magisterial en aquella entidad lleva años y los pretextos para realizar son variados y nunca faltan. Por ahora, los educadores se apropiaron de la bandera contra la reforma educativa que les sirve para realizar todo tipo de desmanes.
Ante la inseguridad y la violencia en Oaxaca y las constantes exigencias de los ciudadanos por el regreso de la tranquilidad, el gobernador Cué reconoció que su gobierno fue rebasado por la dirigencia sindical.
En la Comisión Permanente, el mandatario estatal dijo que los maestros controlan la estructura del instituto educativo estatal, impone condiciones laborales, maneja a sus bases conforme a premios y castigos con cargo al propio erario e impide con violencia que se cumplan labores policiacas frente a hechos delictivos en los que participan los profesores.
En su explicación ante los legisladores, el gobernador señaló que “para aplicar la ley hay que tener un estado de fuerza y Oaxaca no lo tiene. Tenemos poco más de 3 mil 88 policías y la coordinadora (CNTE) cuenta con más de 82 mil agremiados”.
Se entiende que el funcionario le apuesta más a la fuerza pública para reprimir, que al talento para gobernar. Al reconocer su ineptitud es fácil entender los días negros que le esperan a Oaxaca.
SÓLO UN BUEN DESEO
El gobernador de Chihuahua, César Duarte, es mencionado en algunos medios como posible presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Como se sabe, es posible que el próximo mes de agosto se designe al nuevo dirigente nacional, en lugar de César Camacho, quien desempeñará funciones de diputado en San Lázaro. Son varios los aspirantes para ocupar la dirigencia nacional, entre otros César Duarte, uno de los más mencionados.
Sin embargo, es el precandidato con menos posibilidades, pues ya arrastra la mala fama de su enriquecimiento ilícito como gobernador.
En una comparecencia en el Senado, el gobernador César Duarte fue calificado de “delincuente” y “corrupto”.
El senador Javier Corral denunció que el mandatario estatal compró en marzo de 2014 el 15% de acciones en el Banco Unión Progreso de Chihuahua, cuyo costo fue de al menos 65 millones de pesos.
En general, la carrera política de César Duarte tiende más al gris. Como diputado no pasó de formar parte de los “levantadedos” de San Lázaro. Su aspiración de dirigir al PRI es sólo un buen deseo.