Estudio refuta el supuesto nexo entre criminalidad e indocumentados
Nacional* lunes 13, Jul 2015- Continúa Trump con retórica antiinmigrante
Un nuevo estudio del Centro de Política Migratoria (IPC) refutó las afirmaciones del multimillonario y aspirantes presidencial Donald Trump sobre la supuesta conexión entre la criminalidad y la inmigración indocumentada a Estados Unidos.
“Es menos probable que los inmigrantes cometan serios crímenes o se encuentren detrás de las rejas que quienes nacieron en Estados Unidos, y las altas tasas de inmigración están de hecho asociadas con menores tasas de crímenes violentos o contra la propiedad”, señaló.
El estudio titulado “La Criminalización de la Inmigración en los Estados Unidos”, sostuvo que los datos sobre las menores tasas de comisión de delitos serios aplican tanto a los migrantes legales como indocumentados.
“Desafortunadamente, la política migratoria es con frecuencia moldeada más por el miedo y los estereotipos que por la evidencia empírica”, subrayó el CPI.
Aunque no alude específicamente a los comentarios de Trump, el estudio fue divulgado luego que las declaraciones del empresario, donde equiparó a los indocumentados con criminales y violadores, han dominado el debate hacia las elecciones del 2016.
Entre 1990 y 2013, la proporción de extranjeros en Estados Unidos creció de 7.9 y 13.1 por ciento, un periodo en el que la dimensión de al población indocumentada pasó de 3.5 millones a 11.2 millones de personas.
Pero durante ese mismo periodo, la tasa de criminalidad violenta cayó en 48 por ciento, incluido los ataques agravados, robo, violación sexual y asesinato, mientras que el daño a la propiedad bajó 41 por ciento, según cifras del FBI.
El estudio del IPC, elaborado por los expertos Walter Ewing, Daniel Martínez y Rubén Rumbault, es una secuela de un análisis original elaborado en 2007.
De acuerdo con el análisis original de datos tomados del censo del 2010, alrededor de 1.6 por ciento de los varones emigrantes de 18 a 39 años están encarcelados, comparado con el 3.3 por ciento de aquellos nacidos en Estados Unidos.
“Esta disparidad en las tasas de reclusión ha existido durante décadas, como fue evidenciado por los datos de los censos de 1980, 1990 y 2000 (donde)… las tasas de encarcelamiento de los nacidos en Estados Unidos fueron de 2.0 a veces más que los migrantes”, precisó.
En el caso específico de los jóvenes indocumentados mexicanos, salvadoreños y guatemaltecos, las tasas de reclusión son “significativamente menores” que las tasas entre los jóvenes nacidos en Estados Unidos con mayor educación formal.
En el 2010, los varones nacidos en Estados Unidos de 18 a 39 años con menor educación formal mostraban una tasa de encarcelamiento de 10.7 por ciento, más del triple de la proporción de 2.8 por ciento entre los inmigrantes nacidos en México.
El estudio sugirió que una parte de la asociación del público entre los inmigrantes indocumentados y los delitos obedece a la propia terminología oficial estadunidense que se refiere a ellos como “criminal aliens” (extranjeros criminales).
“La definición de ‘extranjeros criminales’ usado por el gobierno federal es claramente inconsistente con el entendimiento del público general sobre lo que significa un crimen serio”, indicó.
El estudio concluye que el Congreso debe intervenir en el tema migratorio e “inyectar proporcionalidad, discreción y un poco de humanidad en el sistema migratorio” para evitar “tragedias” como la muerte de indocumentados en la frontera.
“Las políticas publicas deben estar basadas en hecho, no en anécdotas o emociones”, finalizó.
Mexicanos transforman Minneapolis
En menos de tres décadas, la comunidad mexicana ha transformado significativamente el paisaje urbano y la economía de Minneapolis, que incluso ha contribuido a reducir la actividad criminal.
Aunque la presencia de los mexicanos en Minnesota se remonta a principios del siglo XX, el arribo de la segunda ola casi tres décadas atrás a principios de los 90 ha sido más notorio, tanto por sus números como por las ramificaciones de la actividad económica que vino aparejada con ello.
Esto último es visible a casi todo lo largo de la calle East Lake, en el sur de la ciudad, donde cuadras tras cuadras, la mayoría de los comercios ofrecen mayormente en español sus productos y servicios, así como entretenimiento.
Por décadas esa calle fue sinónimo de crimen y actividades ilegales, desde venta de drogas hasta prostitución, cuyos trazos, si existen, son imperceptibles frente a la pujante actividad de los más de 300 negocios que operan en la calle y su periferia.
“Esta zona tenía mala fama. Mucha gente no entraba. Cuando invité a mi jefe a que viniera a la inauguración de mi negocio, cuando le dije donde estaba me dijo que gracias, pero que no; que mejor lo invitara cuando abriera otra en otro lugar”, recordó Miguel Zagal, originario del estado de Morelos y propietario de la taquería “La Hacienda”.
Zagal, originario de Morelos como la mayoría de los mexicanos que residente en Minneapolis y quien cuenta incluso con un camión de venta de tacos y dos sucursales más, instaló su primera taquería en lo que es ahora el Mercado Central y por décadas fuera una bodega de distribución de la tienda departamental Sears.
Mariano Espinoza, quien se desempeña como enlace de la ciudad de Minneapolis con la comunidad mexicana, dijo que si bien las autoridades locales han sido responsable de mucha de esta transformación debido al apoyo ofrecido, lo que ha hecho la diferencia ha sido el esfuerzo colectivo, desde que los primeros negocios fueron abiertos en el Mercado Central.