La larga agonía de Ebrard
Roberto Vizcaíno jueves 9, Jul 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El remolino del abismo que gira ya a su alrededor, comienza a llevarse a familiares y ex colaboradores
- Pudo haber sido senador y candidato a la Presidencia por el PRD, pero AMLO lo convenció
- Huido a Francia deberá finalmente responder acá por las irregularidades y desvíos en la Línea 12
¿Alguien sabe dónde está hoy Marcelo Ebrard?
No importa, ni la PGR ni la Procu del DF lo buscan. Bueno, ni siquiera hay recompensa de ningún tamaño por él. Al menos eso dicen.
Hoy vale más un asaltante de Avenida Constituyentes que el ex jefe del DF anterior.
Pero no se engañe usted, en cualquier momento Ebrard volverá a ser celebridad. Todo depende de que cualquiera de las decenas de sus ex colaboradores en la construcción de la Línea 12 del Metro sobre los que sí hay orden de aprehensión lo involucre en los delitos de que los acusan, para que hasta la Interpol vaya por él.
A quienes sí se busca es a 3 de sus ex colaboradores más cercanos, luego de que otros 3 ya han sido detenidos.
Todos involucrados en muy enredadas irregularidades durante la construcción de la Línea 12 del Metro y que está cerrada en el tramo Tláhuac a Atlalilco desde marzo de 2014.
El primero y más importante de los perseguidos hoy, es Enrique Horcasitas, ex director general del Proyecto Metro, quien supuestamente no atendió múltiples citatorios para responder a la acusación de que otorgó contratos en forma irregular por cinco millones de dólares en aquella obra.
Al igual que Horcasitas también son buscados Moisés Guerrero Ponce, director de Construcción de Obras Civiles, y Sergio Aguirre Mendoza, subdirector de Obras y Apoyo del Proyecto Metro.
Hasta hoy han sido capturados Juan Armando Rodríguez Lara, ex director general de Administración del Proyecto Metro; Juan Manuel Martínez Juárez, ex subdirector de Costos y Concursos del Proyecto Metro, y Abraham Vizcarra Baltazar, ex jefe de Unidad Departamental de Concursos.
La Contraloría General del GDF inhabilitó en septiembre pasado a 35 ex funcionarios, entre ellos a Horcasitas quien quedó impedido de ocupar cargos durante 20 años.
Desde entonces Juan Armando Rodríguez fue inhabilitado durante 5 años, Juan Manuel Martínez y Abraham Vizcarra por 5 años; Moisés Guerrero por 34 años y Sergio Aguirre por 10.
Siguen bajo investigación Gustavo Cruz Villafranco, José Pascual Pérez Santoyo, Fermín Salazar Hernández, Juan Antonio Giral y Mazón, Juan Carlos Mercado Sánchez, Reyna María Basilio Ortiz, Mario Ricardo Vega Absalón, Jesús Perdomo Mendoza y Manuel Hernández Cortés
A la fecha se han dictado 54 inhabilitaciones y aplicado 33 multas dentro del mismo ejercicio por irregularidades en la construcción de la Línea 12.
Desde siempre sin embargo todos apuntaron hacia Marcelo Ebrard. Él fue el que ordenó el proyecto, lo impulsó, lo dirigió y lo inauguró.
LA GUILLOTINA
Lobo viejo en ese territorio de las vendettas y las persecuciones políticas, de los tescenarios de los rompimientos y los reajustes de cuentas públicas, Ebrard sabe que una guillotina manejada desde el poder, comenzó a bajar sobre él desde el 5 de diciembre de 2012 en que entregó la jefatura de gobierno del DF a Miguel Ángel Mancera.
Sabe que se hubiera salvado de ser defenestrado, humillado como lo está siendo ahora de la vida política nacional, si hubiera optado por una senaduría en el proceso de 2012. Hoy tendría el fuero deseado. Esa la tenía ganada, a la mano, pero la dejó ir.
Él quería, creía que podía aspirar por algo más alto, a la Presidencia de la República.
Por eso, también sabe que la guillotina se hundió más sobre él cuando el 16 de noviembre de 2014 cedió la candidatura del PRD a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador.
Los actores principales de ese juego dicen hoy que él la había ganado, que las encuestas lo habían favorecido. Pero que permitió las presiones de AMLO y perdió esa candidatura.
A partir de ahí todo fue un tobogán hacia el desastre: sus intenciones por obtener la dirigencia nacional del PRD lo hundieron en la burla de todos; luego el 15 de febrero de 2015 el noveno Consejo Nacional del PRD –manejado absolutamente por Los Chuchos–, le negó el acceso a la tan ya para entonces buscada y necesitada candidatura de una diputación plurinominal federal.
En ese Consejo Los Chuchos también cancelaron las aspiraciones de ser diputados a René Bejarano y a aquel vocero del fallido movimiento yosoy132, Antonio Attolini.
SIEMPRE CAYÓ HACIA ARRIBA
Hundido hoy en el fondo del descrédito, sin margen para casi para nada, investigado por la PGR, Hacienda y la Procu del DF, el otrora presuntuoso jefe de gobierno capitalino que llegó a ser proclamado como el mejor alcalde ¡del mundo! –no del centro del país, no de los presidentes municipales del PRD, bueno, no de México–, pero aún sin orden de captura, ve cómo sus cercanos, familiares y ex colaboradores comienzan a caer bajo el molino del poder.
Ebrard surgió a la vida política y del poder a fines de los 80 bajo el paraguas del salinismo, como pareja intelectual y política de Manuel Camacho.
Luego de que Camacho perdió la carrera por la candidatura presidencial del PRI contra Luis Donaldo Colosio fines de 1993, Camacho y Ebrard renunciaron a mediados del 94 al tricolor para ir al Verde, y luego intentar crear su propio partido, el de Centro Democrático, que nunca fue más allá del membrete.
Finalmente, terminaron en el PRD. Camacho como un político desadaptado, que nunca encajó ni en idea ni en proyecto o corriente alguna y Ebrard siendo un pésimo Jefe de la Policía en el DF, a quien el presidente Fox cesó luego de su criminal omisión en el linchamiento de 3 agentes federales la noche del 23 de noviembre de 2004 cuando pobladores de San Juan Ixtayopan, Tláhuac. confundieron a los policías con robachicos.
Ebrard mostró su falta de inteligencia y de carácter. Nunca acertó a dar la orden a sus policías de rescatar a los federales.
Corrido por Fox, Ebrard fue rescatado por Andrés Manuel López Obrador en un acto de confrontación con el mandatario federal. AMLO lo colocó en la Secretaría de Desarrollo Social y luego lo catapultó como candidato a sucederlo en la jefatura de gobierno del DF. Es decir cayó para arriba cuando debió ir a la cárcel.
Llegado al cargo, olvidó el pasado y acarició la idea de ser Presidente de la República. Y se dedicó a construir esa posibilidad, pero olvidó que para ello debería tener el apoyo de un partido.
Caprichoso, impulsivo, veleidoso, prepotente, Ebrard se enteró al final de su mandato que delante de él iba su ex jefe López Obrador. Y que este sí tenía al PRD –o a la mayoría de él–, bajo su control.
Hoy Ebrard no tiene nada.
En el último tramo perdió la candidatura presidencial, no fue senador ni diputado, ni dirigente del PRD. Nada.
Desde el 1 de mayo en que aprovechó el puente del inicio de ese mes, anda a salto de mata en el exterior.
Dijo que no huiría, que regresaría pronto, pero la verdad es que ahora es más probable que lo regresen para ser enjuiciado por todas las irregularidades y la desviación de cientos de millones de pesos durante la construcción de la Línea 12 de Metro.
Hoy parece que ni un milagro lo puede salvar. Su agonía pinta larga y dolorosa.