Pistolas vs plumas
¬ Augusto Corro martes 7, Jul 2015Punto por punto
Augusto Corro
Nadie toma en cuenta las condenas contra los asesinatos de periodistas. Estamos mal. En estos tiempos aciagos para los comunicadores, la noticia es la muerte del mensajero. La impunidad se impone y los victimarios casi nunca son castigados por sus crímenes.
Las agresiones a periodistas y sus medios se dan en zonas controladas por caciques o por los cárteles de la droga.
En Oaxaca, por ejemplo, las autoridades menores son las que deciden sobre los escarmientos para controlar a quienes intentan decir la verdad.
Y son los narcos los principales enemigos de que se conozca la ilegalidad de sus actividades. En este sentido, son regiones enteras en las que la voz de los comunicadores es silenciada por el terror o por la autocensura.
Tengo en mis manos una nota informativa de la organización protectora de periodistas que subraya el asesinato de seis comunicadores en el primer semestre del año aquí en México.
Ellos respondían a los nombres de Moisés Sánchez, Armando Saldaña y Juan Mendoza, Veracruz; así como Abel Bautista y Filadelfo Sánchez, en Oaxaca; y Gerardo Nieto, en Guanajuato.
En el caso de Guerrero, la mayoría de los ataques documentados contra los representantes de los medios se concentran en los municipios de Acapulco, Iguala, Chilapa, Tixtla y Tlapa.
Las condenas y denuncias contra los delincuentes que amenazan, secuestran y asesinan a periodistas no prosperan.
Hay, pues, suficientes pruebas para considerar que en México es peligroso practicar la libertad de prensa.Lo grave de la situación es que el llamado a hacer justicia a los comunicadores nadie lo escucha. La autoridad es sorda.
Ante tanta impunidad, la violencia continúa: de enero a junio del presente año, según la organización Artculo 19, se registraron 227 casos de agresiones contra reporteros y medios. Una cifra escalofriante que, sin duda, se incrementará. Ojalá y no.
COMO PEDRO POR SU CASA
“El Menchito” sale y entra a las cárceles como Pedro por su casa.
En año y medido fue aprehendido tres veces, las mismas que logró salir de prisión. En esta cuarta vez, “El Menchito” se encuentra arraigado por cuarenta días pues lo acusan del delito de desaparición de personas.
¿Quién es Rubén Oseguera “El Menchito”? Es nada menos que el hijo de Nemesio Oseguera “El Mencho”, el capo del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) que está de moda.
El tal Rubén a sus 24 años logró ganarse la confianza de su padre para convertirse en un hombre necesario en la dirección del cártel. ¿O cómo entender que en su plena juventud es el encargado de coordinar la compra-venta de drogas, controlar las finanzas y ordenar los homicidios de grupos rivales?
Sin duda, “El Menchito” multicitado es un tipo inteligente, hábil, etc., con la capacidad suficiente para burlar a la justicia.
¿O cómo explicarse la capacidad para conseguir tres veces su libertad con la historia delincuencial que lo vincula con la delincuencia organizada?
Seguro que esa facilidad con alcanzar la calle ya se convirtió en algo más que sospecha por la actuación de los jueces.
¿De veras es tan inútil el representante del Ministerio Público que no puede integrar una averiguación previa sin rendijas que permitan la libertad de un presunto delincuente, que portaba un fusil de asalto con el nombre de “El Menchito”?
Es posible que a la novela de las detenciones de “El Menchito” se le agreguen nuevos capítulos, en los que estarán los jueces como protagonistas. ¿Será?
GOBERNADOR ABUSIVO
Sin rubor alguno, los gobernadores en México son una casta de privilegiados, abusivos, etc.
Amparados en su poder hacen lo que les viene en gana, principalmente con los dineros públicos.
Mientras nadie los llame a rendir cuentas, esos mandatarios no se detendrán en realizar fechorías que en más de una ocasión rayan en el abuso y la desfachatez.
Lo anterior viene a cuento porque al gobernador de Colima, Mario Anguiano, se le hizo muy fácil meterle mano al erario para pagar durante tres años la renta de un inmueble a una mujer con la que tuvo una relación extramarital. El chiste les costó a los contribuyentes 384 mil pesos.
El inmueble se encuentra ubicado en la calle Rafael Macedo 80, colonia Camino Real. El “nido de amor” estaba registrado como una “oficina de la Secretaría de Finanzas de Colima”.
Claro, el abuso del gobernador colimense no es nada si se compara con otros mandatarios estatales, verdaderos saqueadores de los recursos públicos.
En Chihuahua el mandatario César Duarte, quien sueña con la dirigencia nacional del PRI, tiene su propio banco, fundado con dinero público.
La lista de gobernadores pillos es larga y es historia de nunca acabar. En el caso de Mario Anguiano no se le critica por sus amoríos, sino por la frivolidad de un gobernante que tiene recurrir a las arcas públicas para pagar sus ratos de placer. Ni hablar.