¡Sopas!
¬ Salvador Estrada martes 7, Jul 2015Folclor urbano
Salvador Estrada
El aumento del 16 por ciento a los alimentos preparados, que se expenden en las llamadas tiendas de conveniencia, fue un derechazo a la mandíbula de los consumidores, pues no lo esperaban y les afectó su presupuesto alimenticio.
Un ejemplo son las sopitas en vaso, que a los jóvenes estudiantes les fascinan, cuestan ahora 10 pesos en esa cadena de tiendas, cuyos propietarios son las empresas refresqueras trasnacionales, y que antes eran de 8 pesos y fracción.
Y aquí los afectados son los clasemedieros, porque los ricos nunca acuden a comprar a esas tiendas y los pobres “con qué ojos”.
Aristóteles, no el filósofo, sino el cobrador de impuestos, asegura que no es un gravamen nuevo, ya estaba, sólo que no se cobraba… ¡ah que olvidadizos los del SAT! ¡Se tardaron 15 años en cobrarlo! En cambio, a los contribuyentes cautivos los tienen bajo control y no se les olvida nada a los “cobrones”.
Lo mejor, para no hacerle al “tío Lolo” con los impuestos, es aplicarlos en todos los alimentos, menos a los de la canasta básica, los alimentos del pueblo y controlar el precio del pan blanco y las tortillas que son el sustento diario de los trabajadores y sus familias.
Los partidos políticos manejaron en la Cámara de Diputados el NO cobrar impuestos a los alimentos y las medicinas y todos presumieron ese rechazo, desde el año pasado, para ganar votos en éste. Pero no “contaban con la astucia” de Aristóteles, que debería llamarse como su alumno, Platón, porque a todos “se los echó al plato”.
Ahora, para los nuevos legisladores, viene, a partir del 1 de septiembre, la oportunidad de su vida para quedar bien con el electorado. ¡Subir el salario mínimo a 200 pesos diarios!
No se deben asustar los patrones, ni los políticos discutir como locos en la Cámara. Ya lo dijo el senador Ernesto Cordero, ex secretario de Hacienda, con ¡6 mil pesos mensuales! alcanza para todo, hasta para pagar la escuela.
En diciembre próximo se reunirá la Comisión Nacional de los Salario Mínimos y los legisladores tendrán tiempo para modificar la ley y crear la Comisión del Salario Remunerador para que los trabajadores tengan un salario ídem y no casi 70 pesos diarios por ocho horas de trabajo, que no alcanza ni para un pollo rostizado, y que viene siendo una ¡chi… poltrufia!