Ya no marchen
¬ Salvador Estrada jueves 25, Jun 2015Folclor urbano
Salvador Estrada
Los capitalinos estamos cansados, decepcionados y enojados con los políticos y sus partidos, porque en sus propuestas de campaña, ninguna fue a favor de la ciudadanía, para que se organizaran las marchas, a fin de que ya no dañen a los conductores, a los peatones y los negocios.
Los enconos de los partidos, como Morena contra el PRD, por haber ganado, según ella, a la mala, con fraude electoral, lo ha llevado al TEPJF para pedir recuento de votos y a la calle para marchar y marchar y creer que con tanta marcha se aclarará “el fraude electoral”.
Y los maestros desobedientes que no quieren la evaluación de la SEP, también buscan encontrar en la marcha la presión suficiente para que desaparezca la reforma educativa, y como si no fuera suficiente el marchar y lanzar insultos, “instalan campamento” en el monumento a la Revolución, donde están desde septiembre del año antepasado y desde ahí salen marchando a diferentes dependencias del gobierno.
Empero, los ciudadanos -ya de marchas- estamos hasta la… coronilla, y la única marcha que aceptamos es la “Marcha de Zacatecas”. Enojados por la “marchitis”, demandamos que a las marchas de protesta se les organice, es decir, que no causen trastornos a la ciudad y que se lleven en orden, de dos en fila y por la banqueta, en un carril y sin encapuchados, vándalos hijos de Atila, que tantos destrozos causan y nadie los castiga.
Pese a tanta marcha, el 80 por ciento de los maestros aceptaron hacer la prueba de evaluación, lo cual hace “mago” al secretario de Educación, porque afirmó que “llueve o truene” se hará la evaluación, y el día de la prueba cayó una tormenta con rayos y centellas, y como lo había dicho se hicieron los exámenes. En Oaxaca, Chiapas y Guerrero no llovió, ni cayeron truenos y tal vez por esa razón los maestros no hicieron su evaluación.
El presidente Enrique Peña Nieto también le entró a las marchas. Bueno, dijo “que no habrá marcha atrás” en la reforma educativa, como quieren los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Para terminar con las marchas, lo mejor es que los capitalinos “hagamos una marcha contra las marchas” y que a los maestros de la CNTE les toquen la “Marcha fúnebre” y todos eufóricos. decirles: “a marchar a su casa”…