Iglesia de Charleston reabre tras la masacre
Mundo lunes 22, Jun 2015- Piden pena de muerte para agresor
La Iglesia Metodista Episcopal Africana Emmanuel (AME) en Charleston, abrió ayer sus puertas para celebrar el primer servicio religioso desde la masacre que cobró la vida de nueve personas, incluido su pastor, cinco días atrás.
El interior del edificio blanco de estilo gótico se vio repleto por cientos de personas, de raza negra y blanca, incluyendo la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, el alcalde Joseph Riley, y con presencia de policías uniformados.
Armados con abanicos de mano para mitigar el fuerte calor, la mayoría de los presentes siguieron con atención las palabras de los predicadores que hicieron uso del estrado de la más antigua iglesia de su denominación en el sur de Estados Unidos.
El silencio fue casi total cuando se leyeron los nombres de las nueve víctimas de la masacre, cometida a manos de un joven de 21 años de raza blanca, detenido horas después en Carolina del Norte.
Estas incluyeron al senador estatal Clementa Pinckney, quien era además al pastor de esa histórica iglesia fundada en el siglo XIX como un refugio de los esclavos de raza negra y a quienes las leyes de entonces les prohibían congregarse.
El ánimo se tornó por momentos festivo, en especial durante el canto de himnos religiosos, así como durante el sermón del reverendo Norvel Goff, de la Conferencia Metodista Episcopal Africana de Carolina del Sur.
Goff dijo que aunque los últimos días no han sido fáciles para su comunidad, su fe los ha mantenido unidos y les ha dado la fortaleza para superar la tragedia.
“Ha sido difícil, pero Dios nos ha mantenido”, dijo, agradeciendo a la solidaridad de la comunidad ecuménica “no sólo aquí en Charleston, sino a través del mundo”.
Goff agradeció también la respuesta de las autoridades locales y la actuación de la policía local para lograr la captura del autor, Dylan Storm Roof, y la intervención del FBI en las investigaciones.
El reverendo dijo que el perdón de los familiares de las víctimas al autor de la masacre fue un reflejo de lo que es su comunidad y pidió a los presentes enfocarse en estas nueve familias.
“En este momento necesitamos estar unidos en solidaridad con ellos”, indicó.
Cientos de más de personas que no pudieron ingresar a la iglesia, siguieron el servicio de casi dos horas desde el exterior, en anticipación de lo cual las autoridades locales optaron por cerrar el tráfico varias calles adyacentes.
La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley y el alcalde Joseph Riley asistieron al servicio en Emanuel.
Miembros de la iglesia dijeron que a pesar de las tristes circunstancias que enfrenta la congregación, sigue vivo el espíritu de bienvenida que aprovechó Roof antes de la balacera.
Para la familia de Cynthia Hurd, el servicio del domingo fue conmovedor. La mujer que trabajó mucho tiempo como bibliotecaria iba a celebrar sus 55 años y estaba planeando un viaje a Virginia con sus hermanos.
El domingo no será un día triste para mí; será una celebración para mí, para nuestra familia, porque nuestra fe fue puesta a prueba”, dijo Malcolm Graham, hermano menor de Hurd.
Piden pena de muerte
Días después de que nueve personas murieran a tiros durante una reunión para estudiar la Biblia en una iglesia de Charleston, la gobernadora del estado, la republicana Nikki Haley, hizo una audaz declaración pública: El agresor “desde luego” debe ser ejecutado.
Pero su estado, aunque con apoyo mayoritario por la pena capital, no consigue los fármacos necesarios para la inyección letal y no ha ejecutado a nadie desde el año 2011.
Una hipotética ejecución de Dylann Storm Roof, de 21 años, sería dentro de varios años. Se le acusa de nueve cargos de asesinato por la masacre del miércoles. El viernes hizo una breve comparecencia ante un juez, y su próxima cita judicial no será hasta octubre.
Haley hizo sus declaraciones el viernes en el programa ‘Today’ de NBC, aunque la gobernadora no tiene poder sobre el procesamiento o la condena de Roof.
El suministro de Carolina del Sur de pentobarbital, uno de los tres fármacos en la inyección letal en el estado caducó en 2013.