Destapados
Ramón Zurita Sahagún lunes 22, Jun 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Ni son todos los que están, ni están todos los que serán, pero son muchos los que creen que la anticipación les da un margen de ventaja en la carrera presidencial del 2018.
Llegó con toda su fuerza la fiebre de los destapes unipersonales de una serie de gente, algunas de ellas tratando de salir del baúl de los recuerdos, otros más asomando a un mundo para ellos desconocidos, pero sumamente redituable y que mediante su inesperado anuncio de competir por convertirse en el siguiente Presidente de la República, tratan de jalar atención.
Muchos de ellos llegan sumamente vapuleados y creen que manifestando su interés presidencial podrían desviar la atención de sus yerros.
Es por eso que alzan la mano, en lo que se antoja es una aventura cuesta arriba, la que los orillará a que en un tiempo mediato anuncien su desistimiento.
De verdad, resulta sorprendente el cinismo de unos, la ambición y el oportunismo desmedido de otros.
Solamente fue que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, ganase los comicios de Nuevo León, para que la figura de independiente atraiga a los que no son capaces de competir en una elección interna de su propio partido o en una elección constitucional.
No son capaces de ganar unos comicios locales, pero ahora fanfarronean con la ilusión de coinvertirse en el candidato presidencial independiente que los ciudadanos mexicanos anhelamos.
Sus aspiraciones y ambición crecen en forma desmesurada y consideran que el tiempo es el camino adecuado para construir una candidatura presidencial.
Hay personajes como Andrés Manuel López Obrador que cuentan con un potencial de respaldo ciudadano, pero que hasta la fecha no le alcanzó para ganar la elección presidencial y cuyo futuro es incierto, aunque tiene a su favor el desencanto ciudadano provocado por algunos malos gobernantes y pésimas administraciones que pueden generarle la onza de cambio que ahora sí le permita alcanzar su propósito.
Pero AMLO es el único de los potenciales candidatos presidenciales que no ha amagado, hasta ahora, con el viejo cuento de construir una candidatura independiente.
Al contrario, el tabasqueño construyó su propio partido que lo avalará en su tercera intentona, aunque los resultados electorales no fueron lo satisfactorio que esperaba.
Morena, es cierto, se convirtió en la primera fuerza electoral del DF, pero en el resto del país fue un espejismo. Ni siquiera en su terruño (Tabasco) alcanzó triunfos. Los seis distritos electorales se dividieron en 4 para el PRD y dos para el PRI.
Otros como Miguel Ángel Mancera Espinosa se decidieron a salir del clóset electoral en que se mantenía, para intentar paliar la derrota de sus aliados, los perredistas que fueron avasallados en las urnas.
Mancera sabe que su gobierno es desastroso, que da bandazos de todo tipo y que se le terminaron sus aliados, por lo que intempestivamente anunció su propósito de competir en la elección presidencial y sabedor de que su respaldo perredista ya no es lo confiable que fue en algún momento, manifiesta su interés en volverse independiente.
Pero el colmo de los que buscan una candidatura independiente es Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, la que no se atreve a competir en forma interna dentro de su partido, pero que pretende vender una imagen prefabricada por su cónyuge.
Al término de su administración, Felipe Calderón soltó la versión de que su esposa podría convertirse en candidata presidencial en el 2018, sondeando la posibilidad. Por supuesto, fue aplaudida por sus corifeos y dejó abierta la ventana de oportunidades.
Dos años después de dejar de ser la esposa del presidente, Margarita asomó la cabeza para intentar revivir el proyecto, buscando una nueva diputación federal, de la forma cómoda que acostumbra, por la vía plurinominal.
No pudo siquiera recibir el respaldo de sus compañeros de partido, pero tampoco se atrevió a buscar competir por la vía del sufragio y dedicó su tiempo a quejarse del bloqueo.
Luego anunció su propósito de competir por la presidencia nacional de su partido y al constatar sus escasas posibilidades de triunfo, también se hizo de lado, para concentrar su esfuerzo en una hipotética candidatura presidencial.
Eso sí, como están de moda las candidaturas independientes, Margarita Zavala anunció que si le cierran las puertas dentro de su partido competirá por la vía de independiente.
Y como está de moda anunciar su deseo de participar como candidato independiente, Alberto Anaya en el colmo del cinismo, manifestó su deseo de hacerlo.
Terminado el negocio particular del Partido del Trabajo, que no alcanzó a conservar el registro, Anaya que nunca se atrevió a competir con una candidatura de mayoría relativa, lanza su nueva proclama.
Su intención es no perder reflectores y si ya no tiene partido, pues a buscar la construcción de otro, aunque no le alcanzaría para participar en los comicios presidenciales del 2018.
Un personaje que en los 80 alcanzó cierta notoriedad es Rodolfo Neri Vela, el primero y único astronauta nacido en territorio mexicano.
Aprovechando la euforia de los comicios y de los candidatos independientes, Neri Vela también quiere una candidatura presidencial y asegura que tiene más respaldo que el que podrían tener los políticos que se asoman en la competencia.
Claro que aunque se hace el modosito, por ahora, no hay que dejar de lado al llamado “Bronco”, el que al paso del tiempo y una vez afianzado en el gobierno de Nuevo León, podría dar a conocer su aspiración presidencial, claro que bajo la figura de candidato independiente.
Por supuesto, hay personajes que se mantienen agazapados en su propósito presidencial, pero que ellos sí buscan ser nominados por un partido, como son los casos de Rafael Moreno Valle y Gustavo E. Madero, PAN; Graco Ramírez Garrido, PRD; el verde Manuel Velasco, y los priístas que de acuerdo con sus reglas mantienen perfil bajo.