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¬ Salvador Estrada jueves 18, Jun 2015Folclor urbano
Salvador Estrada
La democracia en México nos cuesta muy cara por tanto partido político y sólo si hubiera beneficios para los ciudadanos la mayoría estaría complacida con los partidos, mas no es así.
El sistema político que nos rige solamente beneficia a los “dueños” o a los presidentes de los partidos porque ellos manejan el dinero que les entrega el Instituto Nacional Electoral y hacen ” sus cuentas” y las reparten entre sus candidatos como quieren.
Y, he aquí, cómo “la democracia se corrompe”, en las campañas electorales, por la ambición de los candidatos a los distintos cargos de elección popular, quienes con el dinero que reciben “se lo ahorran” y gastan muy poco en publicidad, casi nada, al fin piensan: “ no tengo posibilidades de ganar”.
Hacen algunos regalos, como gorras, camisetas y bolsas y ya.… Le hacen al tío Lolo y se quedan con las ganas de ganar.
Pero existen otros candidatos deseosos del triunfo y llevan a las campañas a sus operadores políticos para que “compren votos”, desde 200 hasta mil pesos.
Las redes sociales “balconearon” a candidatos en sus campañas, haciendo transas, compra de votos con dinero en efectivo.
El candidato a la alcaldía de Acapulco, un tal Evodio Velázquez, envió a su primo hermano a reclamar su dinero a los habitantes de una colonia pobre del puerto porque “no se vale, dice el primo, que les demos láminas y mil pesos y se vayan con otros candidatos. Una de las señoras, a las que les pedía que regresaran el dinero, filmó el caso y lo subió a la red. Evodio ganó, ¿qué tal eh?
Ignoran los candidatos que la pobreza no tiene ideología política y que los pobres pueden recibir dinero de cualquier partido que se los ofrezca y al votar sólo Dios y ellos saben por quién sufragaron.
Un político sabio dijo “reciban lo que les den y voten por el que quieran”. Y al parecer así lo hicieron muchos ciudadanos porque “las cuentas del triunfo” no salen y los partidos y los candidatos piden, exigen, “voto por voto y casilla por casilla”
En ese caso ganó el PAN la alcaldía de Huixquilucan. Y el Partido del Trabajo se salvó “por un pelito” y de última hora, de perder su registro, con el recuento de los votos.
El Partido Humanista no alcanzó los votos suficientes para quedarse y se canceló su registro. Ya es tarde para pedir un milagro, ni yendo a bailar a Chalma. Los humanistas descansen en paz. Amén.
