El reproche de Obdulio Ávila
¬ José Antonio López Sosa viernes 6, Ago 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
De nuevo el Partido Acción Nacional (PAN) va a la vanguardia en su incapacidad para gobernar y su infinita afición por todo aquello que nos lleve a una sociedad retrógrada.
El presidente de este partido en el Distrito Federal, Obdulio Ávila Mayo sale con la capa moralina disfrazando la aberrante religiosidad y arremete contra la Suprema Corte tras haber validado las bodas entre personas del mismo sexo, decisión que había sido votada ya en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Por políticos como Ávila Mayo, esta sociedad mexicana sigue sumida en la doble moral, en la mojigatez y sobre todo en la amplia discriminación que desde el seno del PAN se promueve.
“Es un atentado fundamental en contra de los valores de las familias en la Ciudad de México” dijo el líder blanquiazul, ¿de qué familias habla?, yo tengo una familia hecha en esta muy noble y leal Ciudad de México y le ruego que por ella no hable, ¿a qué valores se refiere?, transita muy fácilmente el político del terreno legal del que determinó la Suprema Corte al terreno moral del que pretende dar cátedra a través de sus palabras.
Si bien es cierto, el Partido de la Revolución Democrática tiene aberrantes errores en el Distrito Federal, la permanente campaña presidencial de Marcelo Ebrard, la desatención de problemas ciudadanos, entre muchos otros, no por ello voy a omitir decir que me siento orgulloso de vivir en esta ciudad donde el derecho de las minorías es sustancialmente mayor que en muchos lugares del mundo.
Estoy ampliamente satisfecho con que la interrupción del embarazo sea legal en el Distrito Federal, con que las personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio e incluso puedan adoptar niños, con que las minorías –cualesquier de ellas- tengan los mismos derechos, a pesar que no vayan de acuerdo a las miopes ordenanzas religiosas que van muy de la mano con la forma de hacer política de partidos como el PAN.
En síntesis Obdulio Ávila Mayo denota un corto criterio, encabeza con sus palabras una oposición torpe que trata por todos los medios de mantener una sociedad retrógrada y apegada a la religiosidad, donde los valores son confusos e inexistentes de fondo.
Ahora bien, si los panistas en la capital del país desean un sentido de prohibición a los derechos que las minorías han ganado en nuestra ciudad, bien les haría mudarse a la Ciudad del Vaticano para que puedan vivir en plenitud en la misma sintonía que su insensata ideología.
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