¿Qué tan independientes son los independientes?
Roberto Vizcaíno jueves 11, Jun 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los candidatos que ganaron sin ser postulados por ningún partido, tienen hoy un gran reto
- El Bronco deberá cumplirle a sus miles de electores y a los 8 o 10 grandes empresarios que lo impulsaron
- Una vez que se sabe con datos ciertos el nivel de votación alcanzado por Morena, no da para muchas ilusiones
Sin duda, el contundente triunfo de Jaime Rodríguez, El Bronco, en la gubernatura de Nuevo León fue una nota que se colocó de inmediato en las primeras páginas y espacios de los medios internacionales.
De ello fueron enterados simultáneamente lo mismo los yucatecos y bajacalifornianos que los chinos y los argentinos y prácticamente una mayoría abrumadoras tanto en México como en el mundo.
En todos los casos la información resaltó el hecho de que El Bronco había vencido a los candidatos de los dos partidos mayoritarios quienes ni juntos hubieran superado los votos alcanzados por el candidato independiente.
En el festejo en que dio a conocer su victoria, El Bronco habló de que su llegada a la gubernatura del estado más industrializado y rico de México, representaba simple y llanamente una nueva revolución, en el sentido de que dejaba atrás las viejas y obsoletas estructuras de la gobernabilidad a través del predominio de partidos políticos.
En México y en el extranjero quedaba la percepción de que esa victoria mostraba que a partir de ahora, un simple ciudadano podía acceder a cualquier cargo electoral sin ser lanzado por ningún partido.
Junto con El Bronco, en las mismas elecciones del domingo pasado en otros estados del país de entre 212 candidatos independientes ganaron 5 más.
Ellos son: Manuel Clouthier –hijo del histórico panista Maniel J. Clouthier– quien con el 57% de los votos llegará a la Cámara de Diputados federal; de igual forma Alfonso Martínez, un ex panista, quien ganó la alcaldía de Morelia; José Alberto Méndez Pérez –quien llegó a la presidencia municipal de la ciudad de Guanajuato; César Adrián Valdés quien como independiente será alcalde de García, en Nuevo León; Pedro Kumamoto Aguilar, de 25 años de edad, quien obtiene una diputación local en Jalisco y finalmente el futbolista Cuauhtémoc Blanco quien compitió por el Partido Social Demócrata, pero a quien todos consideran sin militancia política y quien gobernará como alcalde la ciudad de Cuernavaca, capital de Morelos.
La fiesta fue en grande. El mensaje era que los ciudadanos habían vencido a los políticos.
Pero, ¿y qué significa esto?, ¿acaso El Bronco y los otros independientes pueden ahora hacer lo que quieran? ¿No van a rendir cuentas ni ajustarse a normas y a una negociación con las otras estructuras para poder hacer su trabajo?.
Aquí es donde la fiesta se convierte en resaca. Tanto El Bronco como el resto de los independientes que ganaron el domingo 7 de junio, tendrán que negociar con sus congresos estatales –para obtener presupuestos suficientes– y, en algunos casos, hasta con el fderal y con el gobierno central que encabeza el priísta Enrique Peña Nieto para poder realizar su trabajo y sacar adelante sus proyectos y obras.
De que logren eso dependerá de la voluntad de los partidos a los que vencieron en las urnas.
De igual forma, especialmente El Bronco, dependerán de los poderes fácticos que los apoyaron.
Jaime Rodríguez, un ex priísta que militó durante más de 30 años en el tricolor, tendrá que maniobrar desde la gubernatura de Nuevo León para quedar bien con los 8 o 10 grandes empresarios e industriales que lo apoyaron e invirtieron en él, y a la vez con sus votantes. Una tarea para nada sencilla.
Pero sobre todo tendrá que caminar por la vereda que le fije el periódico El Norte (y el grupo de diarios donde se encuentra Reforma, y su poderoso núcleo económico y financiero que está detrás de este conglomerado informativo) que fue el medio que lo impulsó y creó la percepción de que El Bronco era el ganador.
Sin la campaña desplegada por El Norte (y el resto de los diarios de ese grupo) El Bronco no hubiera obtenido la votación que alcanzó.
Sabiendo todo esto vale hacer la pregunta: ¿Qué tan independientes son los independientes?
AMLO-MORENA
Razonablemente dolidos, los antiguos socios electorales y del poder de Andrés Manuel López Obrador en el PRD, entre ellos Los Chuchos, han pasado de la cautela al ataque abierto contra el tabasqueño y su partido Morena.
Duro, certero, el poblano Miguel Barbosa no se anda por las ramas al advertir que el tabasqueño incurre en una soberbia suicida al calificar a todos los demás partidos y sus dirigencias como corruptos, al señalar que con ninguno irá ni a la esquina –es decir que no irá a ningún acuerdo–, y al creer que con lo que logró en las elecciones del domingo podrá llegar a la Presidencia de la República en el 2018.
Barbosa, coordinador de los senadores del PRD, presidente del Senado de la República, advierte que los simples porcentajes de la elección indican que López Obrador vive en el error y su primero es el de haberse alejado de las izquierdas.
Lo explica:
– Si se suman los votos obtenidos por el Morena, PRD, PT y MC en el DF y el resto del país se verá que son los mismos –o menos–, que los alcanzados en las elecciones intermedias anteriores cuando iban como aliados.
– En la capital del país el triunfo de Morena por sobre el PRD no logra detener el avance del PRI y del PAN, los cuales obtienen más posiciones que en los comicios anteriores.
– No se puede hablar de que Morena es un “nuevo partido” porque está integrado por los viejos políticos del PRD comenzando por López Obrador mismo.
– Tampoco se puede hablar de que Morena representa una alternativa fresca, moderna, joven, de avanzada para una sociedad dominada por jóvenes.
Barbosa y otros perredistas advierten que si bien López Obrador logró llevar al triunfo a sus candidatos en 5 delegaciones de las 16 del DF y alcanzar 18 asientos en la Asamblea Legislativa (que con los pluris podrían sumar hasta 30 de los 66 que integran ese órgano legislativo), los votos y sus porcentajes de Morena son realmente pobres.
Se habla del caso de la Asamblea donde existe una cláusula que determina que si un partido alcanza una votación superior al 35 por ciento, automáticamente se le da la mitad más uno de los asientos en ese órgano.
Pero ahora pese a lo supuestamente espectacular de los logros de AMLO y su Morena, su partido no alcanzo más que el 31 por ciento de los sufragios para elegir a los asambleístas, con lo cual no logra la mayoría automática en ese órgano colegiado.
Eso hace que la bancada de Morena, de quizá 30 asambleístas, será fácilmente dominada en las votaciones por las bancadas del PRD en alianza con las del PAN y PRI.
Otro es el caso de las votaciones en las 16 delegaciones donde sus triunfos se basan en porcentajes que promedian apenas entre el 25 y 30 %. Ningún triunfo de más de 40 o 50 o más %.
Así en Azcapotzalco Morena logró ganar con el 25.74%; en la Cuauhtémoc Ricardo Monreal gana con el 29.24%; en Tláhuac Morena lo hace con el 30.88%; mientras que en Tlalpan lo logra con el 29.35% y en Xochimilco suma el 29.16%.
En los 9 estados con elección a gobernador, los candidatos de AMLO logran porcentajes de verdadero ridículo:
En Baja California Sur, Víctor Manuel Castro logró para Morena 6.35%; en Campeche la persistente Layda Sansores alcanzo 18.48% (siendo la más votada de los aspirantes elegidos por AMLO); en Colima el amlista Francisco Gallardo, apenas1.24%; en Guerrero Pablo Amílcar Sandoval de Morena obtuvo el 2% de los votos; en Michoacán la lopezobradorista María de la Luz Núñez logró 3.74%; en Nuevo León Rogelio González apenas obtieneel 0.31%; en Querétaro Celia Maya García obtiene para Morena el 0.8% de los votos; en San Luis Potosí Sergio Serrano Soriano logra 2.34% y en Sonora Javier Lamarque Cano alcanza 3.80%.
Por eso preguntaba yo ayer: ¿de qué se ríe López Obrador?, a lo que hoy agrego: ¡realmente cree AMLO que con estos porcentajes logrará ganar la presidencial de 2018 sin alianzas, él solito, y confrontándose ya no con el PRI o el PAN, sino con los otros partidos de la izquierda –PRD, PT y MC–, a cuyos dirigentes ha calificado de corruptos, vendidos al régimen y a la “mafia del poder”¡ .
En fin…