Hacia el 2018
Ramón Zurita Sahagún miércoles 10, Jun 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Convertido en lo novedoso de la actividad política por su rotundo triunfo como candidato independiente a gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, es el principal animador de la contienda presidencial del 2018.
El autollamado “Bronco” negó esa posibilidad de competir, pero si hay otros que están alborotados con esa idea, aunque primero tendrá que mostrar que si puede con el paquete de gobernar la norteña entidad.
Pero si “El Bronco” esperará los tiempos adecuados para dar a conocer sus anhelos personales y los del grupo que representa, otros más ya sienten en la mano la candidatura presidencial de su partido o, cuando menos, entrar en esa dinámica.
Antes de los comicios del pasado domingo, los nombres sonantes eran los de Andrés Manuel López Obrador, Manuel Velasco Coello, Miguel Ángel Mancera, Rafael Moreno Valle, Gustavo E. Madero Muñoz, Margarita Zavala, Miguel Ángel Osorio, Luis Videgaray, Eruviel Ávila Villegas y con menos resonancia Marcelo Ebrard Casaubon y hasta los gobernadores Rodrigo Medina de la Cruz y José Calzada Rovirosa.
Los dos últimos venían precedidos de un supuesto buen gobierno y se hablaba de su inmediata incorporación al gabinete presidencial, donde se posicionarían con rumbo al 2018.
En el particular caso de los todavía mandatarios de Nuevo León y Querétaro, los dos mostraron su flanco débil cuando los candidatos a sucederlos, promovidos por ambos fallaron lamentablemente en las urnas.
Ivonne Álvarez simplemente no pudo conectarse con el electorado, aunque tampoco le ayudó el que se supiera de los abusos cometidos por el gobernador Medina de la Cruz y su familia.
Roberto Loyola resultó un petardo como candidato, con todo y que jaló un sector del panismo a su favor y arrastró a su “padrino” el gobernador Calzada Rovirosa.
La derrota de Ivonne proyectó al candidato ganador, Rodríguez Calderón, quien dio una muestra de que los partidos no son tan necesarios para ganar una contienda electoral, aunque si se requiere de buenos proveedores y operadores.
De los otros prospectos ya posicionados con amplias posibilidades de competir en el 2018, Miguel Ángel Mancera resultó seriamente raspado, pues sus promotores del PRD cayeron en un bache electoral.
Su plataforma de proyección sería el bastión del Distrito Federal, el que resultó resquebrajado y sus principales operadores Héctor Serrano y Carlos Navarrete dejaron en claro que no están preparados para una tarea de gran envergadura.
El jefe de gobierno del Distrito Federal sin importar que no milita en el PRD, resultó sumamente afectado con los resultados electorales de este partido que tendrá que replantearse su estrategia con vistas a los comicios de 2016 de 12 estados del país, lo que representan el preámbulo de la elección presidencial del 2018.
Andrés Manuel López Obrador mostró que sigue siendo una carta fuerte para competir, aún sin ser candidato.
Su Movimiento de Regeneración Nacional consiguió su propósito de mantener el registro, ganar elecciones y consolidar su liderazgo. El tabasqueño y sus seguidores no ocultan el deseo de que Andrés Manuel sea nuevamente candidato presidencial, lo que sin duda conseguirá. Otro sureño, Manuel Velasco Coello consolidó su camino hacia una eventual candidatura presidencial.
El Partido Verde en que milita mostró que puede navegar solo y que el primer gobernador surgido de sus filas es un buen prospecto.
Velasco Coello había caído sensiblemente en su proyección personal, luego de sus excesivos gastos de promoción y en otros terrenos, además de su proclividad hacia los medios orientados al corazón.
La realización de su matrimonio sin la estridencia anunciada le ayudó a mejorar su imagen.
Sin embargo, los comicios del pasado domingo revivieron sus posibilidades de convertirse en un candidato atractivo para el 2018, con o sin el apoyo del Partido Revolucionario Institucional.
La operación electoral encomendada a él rindió buenos dividendos, ya que en Chiapas, los candidatos del PRI-Verde consiguieron su propósito de ganar cada uno de los distritos electorales federales en competencia.
Pero su operación se extendió a Tabasco, donde el partido Verde era solamente un apéndice del PRI y ahora bregó en solitario en los comicios locales.
Federico Madrazo Rojas rindió buenos dividendos en Tabasco, con el triunfo en varios ayuntamientos y la consolidación de una bancada en el Congreso local de un partido ubicado como inexistente hasta la elección pasada. Rafael Moreno Valle no obtuvo el resultado esperado, ya que hubo un reparto equitativo de los 16 distritos electorales en Puebla. Ocho para el PAN, su partido, y otros ocho para el PRI.
No era lo esperado para un aspirante presidencial, aunque consiguió otros avances en el terreno de las negociaciones, donde considerablemente, ya que se especula que con él de candidato se podía construir una alianza entre el PAN y el bocabajeado Partido de la Revolución Democrática. Su principal adversario dentro del PAN es Gustavo E. Madero Muñoz, quien se mantuvo en el mismo estándar que antes de los comicios.
El presidente del PAN mantuvo a su partido en dos gobiernos estatales, aunque perdió el reducto de Sonora, ganó el de Querétaro y sostuvo el de Baja California Sur, además de recuperar la delegación Miguel Hidalgo y reducir la influencia calderonista, luego de la contundente derrota de Luisa María Calderón. Margarita Zavala, la tercera aspirante del PAN tendrá que esperar los tiempos para la sucesión en su partido y ver que le resulta.
Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio se mantienen aparte y Eruviel Ávila deja en claro que en su estado su gestión y operación es adecuada, con buenos resultados electorales.
Marcelo Ebrard es uno de los más perjudicados con la elección, al quedar relegado de los cargos, aunque se le abre una ventana de oportunidad con el crecimiento como partido del Movimiento Ciudadano. Con todo, se espera que se agreguen nuevos actores políticos a este reducido grupo de aspirantes.