Dejaron un muladar, ¿quién lo limpiará?
Víctor Sánchez Baños martes 9, Jun 2015Poder y dinero
Víctor Sánchez Baños
Quien a ser traidor se inclina, tarde volverá en su acuerdo.
Tirso de Molina (1584-1648) Dramaturgo español.
El proceso electoral del domingo pasado dejó un saldo de 25 muertos (los últimos en Temax, Yucatán), decenas de heridos, terror en más de 19 regiones del país, chantajes políticos de grupos extremistas y provocadores de maestros disidentes e innumerables acusaciones de corrupción.
Lo único que espero, es que la clase política haya aprendido que sus mentiras y corrupción han llegado al hartazgo de la sociedad que, con un voto nulo de más de 2 millones de mexicanos, todo un ejército demandante de democracia, exige mejor burocracia. Honesta y eficiente, pues.
Durante las campañas electorales recientes, las descalificaciones y los señalamientos graves de delitos entre los aspirantes a puestos de elección popular, se generaron cotidianamente.
Independientemente de los asesinatos y conflictos entre grupos políticos, afloraron con aparentes (y seguramente) pruebas contundentes, delitos que deben ser investigados.
Pero, además de todo lo anterior, como ocurre en estos procesos electorales, las llamadas guerras sucias fueron la comidilla de los chismes políticos.
Estas, utilizadas entre adversarios para acusar al otro de delitos graves, traiciones y hasta de problemas en su vida privada, podrán quedar totalmente impunes. Todo quedará en un “borrón y cuenta nueva” o en un “no pasa nada” y “cada quien con su golpe”.
Mediante todo tipo de artilugios, la clase política busca tomar el poder a como dé lugar. No importa pisotear a cualquiera. Únicamente vale convencer al electorado de que el adversario es un inútil, traidor, delincuente y, hasta asesino.
En la lucha por la gubernaturas, en Sonora, el perdedor Javier Gándara fue acusado de delitos graves, como el tomar dinero de los puestos públicos que ha tenido y hacerse enormemente rico. En Baja California Sur, el ganador del PAN, Carlos Mendoza Davis, lo señalaron de tener nexos con el narcotráfico; en Querétaro, las acusaciones entre el vencedor Francisco Domínguez del PAN, y el perdedor del PRI, Francisco Loyola, también afloraron de actos de corrupción que deberían ser investigados.
La impunidad empieza en la clase política que se evade de todo tipo de acciones judiciales ya que entre ellos mismos se convierten en cómplices. Se guardan las espaldas, aunque se hayan escupido la cara durante la contienda electoral.
Al final, es la misma clase. La política. Se ofenden pero no se meten a la cárcel. No importa el tamaño del delito. No importa cuánto hayan amasado en fortunas ilícitas. No importa si millones de mexicanos quedan en el camino sin comer o cancelando sus oportunidades de desarrollo. Eso es secundario. Para que otros les cuiden las espaldas, es mejor cuidar la de sus enemigos. La traición al final es a la sociedad.
Esto debe terminar. Si los políticos dejaron un muladar, un chiquero, deben limpiarlo. Ganadores o perdedores, tienen la obligación jurídica y moral con la sociedad, de seguir con las acusaciones que hicieron en las campañas, hasta sus últimas consecuencias. Si se generaron delitos, que no haya impunidad. ¿Será mucho pedir?
PODEROSOS CABALLEROS.- Quedó definido el nuevo mapa político en el país. El Congreso con apuros, el PRI, sus aliados y el gobierno rasguñan la mayoría. Varios estados se llevaron el carro completo, como Hidalgo, que gobierna Francisco Olvera y Quintana Roo, de Roberto Borge. Como gobernadores ganaron el independiente, Jaime Rodríguez, en Nuevo León que le debe quitar a los gobernantes el sueño para reflexionar sobre su relación con la sociedad.
Triunfa Claudia Pavlovich del PRI en Sonora; Antonio Astudilo, en Guerrero, por el PRI; Alejandro Moreno, PRI, en Campeche; Francisco Domínguez del PAN en Querétaro, Manuel Carreras en San Luis Potosí, por el PRI; Ignacio Peralta del PRI, en Colima y Silvano Aureoles del PRD, en Michoacán. Felicidades a quienes tomaron la decisión en las urnas. *** No está fácil la adquisición de la canadiense Pacific Rubiales, por parte de Alfa, que preside Armando Garza Sada, y Harbour Energy. Toda una estrategia financiera y de relaciones públicas desató el conglomerado O’Hara como cabeza de un grupo inversionistas conformados por O’Hara Administration, IPC Investments, Telmaven Overseas, Volbor Trading, Memphis Investment Limited, Agency Partner, Orlando Alvarado, Fundación Nemone y Adar Macro Fund. En conjunto, para complicar la operación aumentaron su participación en Pacific Rubiales 12% a cerca de un 19.5 por ciento. Lo importante de esta adquisición es el proyecto de Alfa de penetrar al sector energético con empresas como la canadiense Pacific Rubiales, que tienen gran experiencia en el sector. Sin embargo, los inversionistas se niegan a compartir la propiedad con los mexicanos y, sobre todo, a compartir parte del pastel en el sector energético mexicano, recientemente abierto a la inversión privada.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA.- En materia eólica, la alemana Siemens, que en México preside Louise Goeser, lanzó una turbina eólica diseñada para atender las demandas de producción en América del Norte y Sur, ya que cuenta con características que se adaptan a las condiciones de viento y altitud de la región. Siemens señaló que la turbina SWT-2.3-120, presentada en la feria AWEA Windpower 2015 en Florida, se adapta a las condiciones de México, por su diseño enfocado en grandes altitudes y vientos bajos. Este proyecto es para impulsar al sector energético ecológico en el país.
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