Lo que sigue
Ramón Zurita Sahagún lunes 8, Jun 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Habrá tiempo para analizar el resultado de los votos ciudadanos emitidos en la jornada electoral del 7 de junio, también para revisar qué les faltó a cada uno de los candidatos y partidos que no lograron atraer el suficiente respaldo para alcanzar la victoria.
Lo que vale la pena reflexionar es sobre el futuro, lo que sigue, para que continuemos viviendo en una democracia, tal vez, imperfecta, como establecen los estudiosos del tema.
El proceso electoral del 7 de junio es una lección de sabiduría que debe arrojar una el aprendizaje de que la democracia es perfectible y que si requiere de ajustes para hacer que los ciudadanos vuelvan a las urnas.
Es cierto que cuando se aproximan los comicios es cuando salen a relucir muchos temas que deben debatirse siempre y que aparecen con mayor frecuencia en los tiempos electorales, donde las denuncias y acusaciones saltan de todos lados y dejan en claro que la información se fue acumulando para soltarla en el momento adecuado, por lo que los ciudadanos, políticos o autoridades enterados deben darlo a conocer, sin necesidad de esperar a los tiempos y campañas electorales.
Porque es precisamente en el curso de las campañas electorales cuando conocemos del enriquecimiento de algún o algunos políticos, del manejo que dan a los recursos, a los contratos, de las negociaciones oscuras que realizan y de las conversaciones o videos que les son grabados.
Es parte de la llamada guerra sucia, ya que los temas son tratados de acuerdo al interés que les pueda representar para intentar aniquilar al adversario.
Son muchos los ejemplos de esto, lo que sin embargo no repercute en alguna acción legal en contra de los infractores de la ley de la clase política o empresarial que continúan burlando, en su mayoría, las leyes y a las autoridades.
Esas son algunas de las tareas que habrá que revisar y que motivan que muchos respondan al llamado al voto nulo y a la abstención.
Los partidos políticos y sus candidatos deben revisar que están haciendo mal, ya que la repulsa para ellos crece enormemente entre gran parte de los ciudadanos empadronados.
Es cierto que en muchos de los casos los votantes deciden hacerlo en proporción del nombre y no del partido, por considerar a los organismos políticos dentro de la misma categoría.
La aparición de los candidatos independientes, modalidad puesta en operación por vez primera a nivel federal y estatal se convirtió en una opción atractiva para los ciudadanos, lo que abre una luz de esperanza para los futuros comicios.
El proceso electoral del 7 de junio representó el parteaguas donde se contó con un nuevo organismo electoral (INE) que para algunos solamente significó un cambio de nombre y un incremento de la burocracia, pero que continúa arrastrando los mismos vicios del Instituto Federal Electoral.
Y es que los partidos políticos prosiguen con sus tendencias de campaña negras, de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, buscando resquicios legales y legaloides, abusando de las triquiñuelas, del engaño y de los abusos. Dos situaciones son importantes de revisar por parte de los nuevos legisladores que tendrían que revisar la ley electoral, para considerar sanciones aplicables cada vez más severas.
No es posible que los partidos sigan violando los topes de campaña y que los organismos electorales no encuentren los métodos para verificar el rebasa de los mismos.
Solamente es cuestión de ver el exceso que cometen los partidos y sus candidatos en la operación de sus estructuras para el día de los comicios para verificar el rebase de esos topes.
Para nada es creíble que los partidos se sujetan al mismo, ya que los topes de campaña son cuando menos elevados unas diez veces a lo autorizado, en el mejor de los casos.
Los subsidios que se otorgan a los partidos políticos será nuevamente un tema de controversia, en donde se deberá analizar si prevalece o no este sistema que indigna a muchos sectores de la ciudadanía.
Es cierto que los organismos electorales realizan su propio esfuerzo para hacer más accesible las posibilidades del voto de los ciudadanos, pero en contraste con ello, la indignación y el malestar ciudadano por el dispendio de partidos y candidatos es creciente.
También genera molestia entre los ciudadanos, el manoseo que traen los organismo electorales, los que sancionan con multas a los infractores, solamente para el otro las cancela o las reduzca sensiblemente, hasta el grado de la ridiculez.
Por eso, los partidos juegan al filo de la navaja, sabedores de la serie de recursos a la mano que les evitará cumplir con esas sanciones.
Las redes sociales continúan siendo un dolor de cabeza para las autoridades, ya que los ciudadanos, marcan su sentido del voto, sin importar la veda electoral, aunque pudiera ser que el remedio fuese que no existiera tal veda, que para muchos simplemente no sirve para nada, muchos para la reflexión del voto o para que los electores descansen del bombardeo de propaganda y mensajes electorales.
Sin embargo, lo más importante que deja el proceso electoral del 7 de junio de 2015 es el irrestricto respeto al voto, ya que de ello depende el futuro de la democracia y aprender de los mensajes recibidos.
SALDO ROJO
Lamentablemente, el proceso electoral dejó saldo rojo, ya que una noche antes de los comicios, 13 personas murieron durante un enfrentamiento en Acapulco. En otros lados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, también surgieron diversos incidentes a lo largo de la jornada electoral.