De percepciones y decisiones
Roberto Vizcaíno miércoles 4, Ago 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Se da el caso que hoy el PRI en el congreso local con votos de sus aliados sumados llega a 49 mientras que los del PAN, PRD, PT y Convergencia apenas llegan a 26 de los 75.¡Lástima Margarito!… diría el clásico. Nada que hacer por estos rabiosos opositores de Peña Nieto
El gobernador del Estado de México, el priísta Enrique Peña Nieto le presentó a mediados de la semana anterior a líderes de los diversos sectores en su estado su agenda legislativa que comprende 23 reformas y que pretende avanzar hacia lo que él califica como “un estado eficaz”.
Los medios destacaron que en estas reformas está una que pretende ampliar de 3 a 4 años el ejercicio de los presidentes municipales mexiquenses y una cláusula para garantizarle la mayoría legislativa al partido con mayor votación.
El paquete tiene 21 propuestas más para modernizar los trámites burocráticos y beneficiar la actividad empresarial y otras ramas, especialmente la educativa.
Pero no contiene ninguna propuesta para homologar la elección a gobernador con la elección a Presidente de la República.
Y esto último viene a cuento porque es ya una ola mediática la versión de que Peña Nieto promoverá esta reforma… una ola que entre sus opositores: PAN, PRD, PT, Convergencia y sus personajes, casi llega a ser motivo de infarto.
La cuestión central es que de avanzar este supuesto proyecto no aceptado ni rechazado por el mandatario mexiquense, les descompondría a todos los aludidos su proyección político-electoral anunciada para el 2011: la de ir en alianza con un candidato común a los comicios de julio del año que entra para decidir la sucesión del propio Peña Nieto.
¡Uf! ¡Que contratiempo!
El asunto al parecer surgió en la columna de Adrián Trejo en el periódico La Razón del viernes 16 de Julio y fue retomada por Enrique Aranda en la edición de Excélsior del Miércoles 21 y ampliamente comentada por Miguel Ángel Granados Chapa en su columna habitual que se publicó en Reforma el viernes 23.
De ahí quizá fue que la aprovechó el senador perredista Graco Ramírez, quien emitió una declaración y boletín en que califica todo lo de Peña Nieto –la propuesta de 23 reformas y la supuesta de homologación de la elección a gobernador con la de Presidente-, como una “reforma retardataria”.
Como ocurre con los perros de rancho, donde sólo el primero sabe por qué ladra, otros políticos, comentaristas y analistas han abordado el caso como si la iniciativa para empatar la elección de gobernador con la de Presidente de la República existiera, y ya estuviera siendo analizada por el Congreso mexiquense cuando todavía no hay nada de eso.
Por supuesto que algunos de los columnistas antes mencionados y Graco, consideran que de presentarse, esa iniciativa sería para evitarle a Peña Nieto el riesgo de que el candidato de la alianza PAN, PRD azul, Convergencia y otros, le gane al del PRI y entonces las aspiraciones del mandatario mexiquense a la Presidencia de la República pudiesen verse truncadas.
Suena bien.
Dice el gran periodista francés Jean Daniel que el periodismo moderno está afectado por un virus pernicioso: el de darle mayor relevancia a aquello que es verosimil por sobre lo que es verdad.
Hay bases para que se piense que eso podría ocurrir: las alianzas PAN, PRD azul y Convergencia ganaron en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. ¿Por qué no habrían de ganar en el Estado de México en los comicios a gobernador del 2011?
Evidentemente que hay otros que advierten que el caso de Peña Nieto y el Estado de México es distinto de los tres mandatarios y los estados anteriores.
El mandatario mexiquense a diferencia de Ulises Ruiz en Oaxaca, Mario Marín en Puebla y Aguilar Padilla en Sinaloa, cuenta con una verdadera aprobación de sus conciudadanos.
Podría decirse que eso cambia a la hora del siguiente voto. Es cierto. Pero habría también que recordar que Peña Nieto ha desarrollado una gran obra interna y cumplido al momento con 500 de 608 grandes, medianos y pequeños compromisos adquiridos ante notario durante su campaña.
Algo de eso influyó para que en los comicios de julio pasado pudiera ganar 98 presidencias municipales de las 125 con que cuenta su estado, cuando en las elecciones anteriores apenas había logrado retener 55. Esa circunstancia lo mantuvo en los hechos como un gobernador de papel, pues su partido apenas gobernaba 2.5 millones de los 15 que existen en el estado mientras el PRD administraba alcaldías con casi 7 millones de habitantes y el PAN sobre casi 6 millones.
Hoy el voto de sus conciudadanos le regresaron el poder al darle a los suyos un gobierno municipal sobre casi 13 millones de mexiquenses.
En esos comicios de julio sus candidatos, los del PRI, ganaron 38 de las 40 diputaciones federales cuando en la anterior legislatura apenas tenían ¡6!… y le dieron 40 diputaciones locales de 75 cuando en la anterior gestión apenas sumó 17.
Las tendencias del voto y el reparto del poder que esto significa, indican que los cálculos de los opositores podrían estar bordando en la ilusión… pero supongamos que algo de lo que esgrimen pudiera ser cierto, de que podría ser posible que una alianza con un candidato del cual todavía no se sabe el nombre, pudiera meter a Peña Nieto, a su candidato a sucederlo y a su partido en un aprieto… ¿no sería válido que teniendo hoy todo lo que tiene a su favor hiciera esa jugada?.
Sobre todo cuando racionalmente el empatar las elecciones de gobernador con las de Presidente ha sido alabado por todos en otros casos porque supone no sólo coherencia, sino ahorro de dinero y esfuerzo.
Colocar una iniciativa por parte de Peña Nieto, cualquiera que sea, con la intención que sea, incluso esa tan temida y desde ya odiada y repudiada por los de la alianza, tiene una enorme posibilidad de ser aprobada ahora mismo por el Congreso mexiquense donde el PRI y sus aliados del PVEM hacen mayoría absoluta.
Se da el caso que hoy el PRI en el congreso local con votos de sus aliados sumados llega a 49 mientras que los del PAN, PRD, PT y Convergencia apenas llegan a 26 de los 75.
¡Lástima Margarito!… diría el clásico. Nada que hacer por estos rabiosos opositores.
No es el único caso donde ocurre esto: en Guerrero, Zacatecas, Michoacán y la Asamblea de Representantes del Distrito Federal prevalece el principio de mayoría absoluta y esta mayoría se ejerce. En el caso de la capital del país, ¿cuántas veces no lo ha hecho el PRD en asuntos controvertidos como el del derecho al aborto o el de matrimonios gay?.
En fin, todo esto es hilar sobre supuestos porque hasta hoy Peña Nieto no ha enviado esa iniciativa a su Congreso. Quizá lo haga, quizá no. Pero de ocurrir pues de entrada sería una cosa que deberán discutir los mexiquenses… y sin duda sería parte de un juego partidario en el cual el presidente Felipe Calderón se ha aprovechado de la debilidad de Los Chuchos en la cúpula del PRD y los ha coptado para usarlos como el partido adjunto al blanquiazul, y de un juego donde el derecho al desquite existe, ¿o no?… y Peña Nieto sólo les estaría modificando la mesa del juego, porque elecciones a gobernador habría, pero no en 2011…
LAS PERCEPCIONES: Fuera de Milenio, con tribuna internacional en El País, María de las Heras nos dice que sus encuestas más recientes indican que de cada 10 mexicanos en edad de votar 5 creen que en 2012 el PRI ganará la Presidencia de la República, mientras que sólo 2 piensan que repetirá un panista y sólo 1 que lo logrará el PRD.
“Ahora bien, si nos atenemos a los resultados de julio pasado, uno podría pensar que a la fórmula PAN-PRD en alianza contra el PRI la opinión pública le vería más posibilidades de triunfo, pero, por lo menos para el caso de la elección de Presidente en 2012, le ven más posibilidades al PAN compitiendo solo (el 20% dice que tendría muchas posibilidades de ganar) que las posibilidades que se le confieren compitiendo en alianza con la izquierda (el 16% dice que una alianza PAN-PRD tendría muchas posibilidades de ganar)”, indica.
Es decir, que sus alianzas quizá no tengan tanto éxito como en las de julio pasado.