La oralidad en la justicia no escatima esfuerzos: TSJDF
Cd. de México miércoles 3, Jun 2015- Promulgación de las Reformas de Oralidad Familiar
El presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), magistrado Edgar Elías Azar, afirmó que la oralidad en la justicia cotidiana no escatima esfuerzos, talento, recursos, ni voluntad decidida para avanzar, a fin de modernizar el tema de la justicia familiar.
Añadió que es necesario emprender la reforma de oralidad familiar para servir mejor y estar presentes en la vida de la comunidad capitalina.
“Estamos hoy convocados para ponernos de frente a una rama de la justicia que puede abarcar dos materias: la civil y la penal, ya que la familia es un universo en sí misma y encierra en su definición un concepto de totalidad”, dijo, durante la Promulgación de las Reformas de Oralidad Familiar.
La familia encierra una problemática sensible y delicada, por ello, el magistrado Elías Azar, explicó: “no hablamos de penas como retribución social, ni de crímenes atroces, ni de incumplimiento, ni de litigios cuantiosos, sino de la desintegración de uno de nuestros cimientos más firmes”.
El presidente del TSJDF agradeció el apoyo del jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y del presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Manuel Granados Covarrubias, en la implementación de estas reformas, que han permitido una armonía social, jurídica y política en nuestra ciudad.
En la oralidad familiar, se atienden los juicios con mayor eficacia, rapidez y transparencia, donde se resuelven asuntos relacionados con la nulidad de matrimonio, pérdida de la patria potestad de menores acogidos por una institución pública o privada de asistencia social, rectificación de acta de registro civil, interdicción contenciosa, juicio especial de levantamiento de acta, reasignación de sexo genérico, filiación, adopción nacional, exhortos e incompetencias.
Elías Azar subrayó que la materia familiar es de especial trascendencia porque es la que más se acerca a los intereses vivos y sobresalientes de la comunidad. “La justicia familiar es, en sí misma, un mundo complejo y entero. Ahí emergen los problemas originarios de la sociedad misma, pero también de ella misma emergen sus soluciones”.