Consejero “Toro Sentado”
Ángel Soriano jueves 21, May 2015Desde el portal
Ángel Soriano
Si el Estado mexicano es víctima de espionaje y sus instituciones sometidas a la presión de sus enemigos, consideramos ingenuo al Estado mismo que no hace lo propio con el adversario y sólo se entera de los hechos por los medios de comunicación, cuando el daño se hizo —como en el caso del INE- o cuando nuestras fuerzas armadas se informan de fusilamientos o desaparecidos constantes en diversos territorios del país. Así puede interpretarse “el ataque al INE” cuando se graban las conversaciones del consejero presidente y éste se muestra asombrado, de pánico, al escuchar a un jefe chichimeca expresarse en su lengua natural, ignorando el “funcionario de gobierno” que en el país existen 56 etnias que constituyen naciones porque se comunican con su propia lengua, tienen sus sistemas de gobierno, sus fiestas y sus tradiciones, su música y su gastronomía que los identifica plenamente.
Precisamente, por eso se ha elevado a rango constitucional la defensa de los usos y costumbres de las comunidades, por eso cuentan con vastos territorios en la República mexicana donde los ponen en práctica, como es el caso del Valle del Yaqui, donde los nativos someten a consulta si dan acceso o no a los visitantes a la región, sean éstos funcionarios públicos de cualquier nivel, o enviados de instituciones nacionales o internacionales.
Tienen sus propios gobernadores y sus sistemas parlamentarios, sus asambleas y sus consejos de ancianos, donde ponen a la consideración de la etnia o de la tribu todas y cada una de las decisiones que les afecta e incluso, hay comunidades que no aceptan el paso de carreteras —ocurrió principalmente hasta la década de los 70’- porque éstas llegan a alterar su sistema de vida y a explotar, por parte de las grandes empresas trasnacionales o nacionales, sus propios recursos.
Mostrarse asombrado de la existencia de la tribu chichimeca en el vecino estado de Guanajuato, y que incluso la hay en el Estado de México, y en las mismas calles de la capital del país —en la explanada de la Villa de Guadalupe, en el Zócalo de la ciudad de México- donde los indígenas danzan con su vestuario y su música propia por unas cuantas monedas, resulta verdaderamente “de pánico” que estemos en manos de funcionarios que desconocen, o desprecian, el origen de la cultura nacional, y se expresen en privado de manera despectiva, pero de manera pública cobran jugosos emolumentos “por servir al país”.
La nación debería reaccionar con indignación ante el desconocimiento, ignorancia o mala fe de servidores públicos que en privado desprecian a nuestra cultura y que sólo acceden a los cargos públicos para hacer de éste un botín, como se demuestra en las constantes denuncias de funcionarios y candidatos que han lucrado y amasado cuantiosas fortunas al amparo del poder, apropiándose de los recursos públicos para construir ostentosas residencias, de manera lícita o ilícita.
La grabación al consejero presidente del INE no puede considerarse como un asunto privado, porque es funcionario público, y usa los instrumentos que le proporciona el Estado mexicano para el cumplimiento de sus funciones, como es el caso del teléfono, y la conversación la hizo con un subordinado en instalaciones del propio Estado mexicano, pero una cosa es aplicar la ley y otra utilizar éste para seguir burlándose ya no de los chichimecas, sino de la nación entera.