México hoy, como el tango “Cambalache”
Roberto Vizcaíno martes 19, May 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Como en el famoso y popular tango del argentino Santos Discépolo, México vive un revoltijo de ilegalidad
- Prácticamente no hay candidato a cargo alguno que no haya sido exhibido con propiedades inconfesables
- Un método en boga es el de usar a las esposas para intentar ocultar los bienes mal habidos
“Que el mundo fue y será una porquería… Ya lo sé… En el quinientos seis… Y en el dos mil también…”
Así inicia el famoso tango “Cambalache” de Enrique Santos Discépolo (Barrio porteño de Balvanera, Buenos Aires, 27 de marzo de 1901), que bien podría ser la música de fondo de la realidad electoral del México de hoy, de una sociedad que ve estupefacta cómo brota la podredumbre, la ilegalidad, la impunidad y las riquezas evidentísimamente mal habidas entre los candidatos a los 2,159 cargos que estarán en juego el domingo 7 de junio próximo.
En medio de toda esta porquería están aspirantes de todos los niveles y en todas las latitudes geográficas en este país.
Nadie, como dice Santos Discépolo en su “Cambalache”, se salva:
“Que siempre ha habido chorros… Maquiavelos y estafaos… Contentos y amargaos… Valores y dubles… Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá’ insolente… Ya no hay quien lo niegue; Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.
“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador… todo es igual; nada es mejor… Lo mismo un burro que un gran profesor”.
No hay día que no nos enteremos de una nueva estafa, de una fortuna por demás inexplicable mal escondida en mansiones en fraccionamientos exclusivos, o de inmuebles en las zonas más ricas y caras de Estados Unidos propiedad de candidatos o de esposas, hijos u otros parientes.
Ayer mismo en el diario Milenio el reportero Heliodoro Cárdenas nos da cuenta de las casas de Marcelo Ebrard —personaje tan de moda hoy por el cochinero de la Línea 12 y el multimillonario desvió de dineros cometido en esa construcción–, y detrás de las cuales hay un evidente entramado de relaciones empresariales y de interés que pretende ocultar la verdadera propiedad. Excélsior por su parte nos informa del método en boga: declarar que ellos no tienen nada, pero sus esposas sí.
En este esquema se ha encontrado que Marcela Fernández, esposa de Javier Gándara, candidato panista a la gubernatura de Sonora, sin contar con ingreso alguno y dedicarse de lleno al altruismo (¿de dónde?) tiene 6 propiedades en California, 3 más en Arizona y un avión. Sólo parte de esos inmuebles suma los 117 millones de pesos (quizá el doble de lo que se dijo costaba la llamada Casa Blanca de las Lomas propiedad de Angélica Rivera, y por la cual sus opositores quieren casi linchar al presidente Enrique Peña Nieto).
Otro más es el caso de la esposa del honesto ex priísta, ex perredista, ex gobernador de Zacatecas y actual aspirante por Morena a la delegación Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, quien con un ingreso de apenas 25 mil pesos mensuales ha reportado ser propietaria de 10 inmuebles.
El panista Mauricio Kuri González –candidato a la alcaldía de Corregidora, Querétaro–, y su esposa –que no tiene empleo alguno– acumulan 14 propiedades.
La esposa de Héctor Astudillo, aspirante priísta al gobierno del muy conflictivo estado de Guerrero con ingresos mensuales declarados por 293 mil 437 pesos es la propietaria de 12 inmuebles.
Adelantándose a todo este escenario, el argentino Santos Discépolo dice en su famoso y popular tango:
“No hay aplazaos, ni escalafón… los inmorales nos han igualao… si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición… Da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón”.
En esto no se salva nadie, no cuenta edad ni filiación a partido alguno.
Así la candidata tricolor al gobierno de Sonora, Claudia Pavlovich, fue sorprendida en una llamada telefónica en la que revela que un empresario al que benefició con trámites desde su escaño de senadora, le rentaba –a precios preferentes–, un avión.
En Nuevo León, otras infidencias han dejado al descubierto que Humberto Medina Ainslie, padre del gobernador Rodrigo Medina, acumula propiedades que suman más de 300 millones de pesos. Las revelaciones han pegado directo a la candidata priísta Ivonne Álvarez.
En Querétaro el candidato del PRI al gobierno del estado, Roberto Loyola Vera, admitió tener 33 propiedades y su esposa, Luz María Huber Herrera, ¡otras 20!.
Así, en el México electoral de 2015 queda ni pintada la siguiente rima del tango Cambalache:
“Qué falta de respeto, qué atropello a la razón… Cualquiera es un señor… Cualquiera es un ladrón… Mezclaos con Stavisky, van don Bosco y la mignón, Don chicho y Napoleón, Carnera y San Martín…
“Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida… Y herida por un sable sin remaches ves llorar la biblia contra un calefón”.
En Jalisco el gobernador Aristóteles Sandoval ha tenido que pedirle a su padre, el magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Leonel Sandoval Figueroa que se separe del cargo.
Resulta que el magistrado fue exhibido pidiéndole a un grupo de priistas “conseguir votos para ese partido aún a costa de violar la ley”.
El magistrado aceptó y pidió licencia, pero ahora se sabe que también tiene injerencia en las decisiones de la Tesorería del estado…
Y, bueno, como cereza del muy claridoso tango de Santos Discépolo podríamos colocar a Andrés Manuel López Obrador, un muy buen disimulador de la realidad que lo marca y rodea (nada más no había que olvidar a su ex tesorero Gustavo Ponce y sus multimillonarias jugadas en Las Vegas o a René Bejarano y las maletas de billetes entregadas por el empresario Carlos Ahumada), quien señala con dedo flamígero a otros corruptos pero nunca a sí mismo a pesar de que tiene 10 o más años sin trabajar y viajar y vivir sin restricción alguna.
A AMLO eso del Cambalache se le da de maravilla. Si no, vea el cierre de este tango que está que ni pintado:
“Siglo veinte, cambalache… Problematico y febril… El que no llora, no mama… Y el que no afana es un gil… Dale nomás, dale que vá… Que allá en el horno nos vamos a encontrar.
“No pienses más, échate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao… Que es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley”.
Toda una canción que aplicada al hoy mexicano, le queda chica.
Una realidad en la que ya no se sabe para dónde hacerse ni por quién votar. Una realidad en la que incluso algunos van no por esta, sino la siguiente elección, quien como el tabasqueño apunta a la presidencial del 2018.
Todavía faltan 17 días de campaña. El cierre de estos comicios. En los que los intereses en juego seguro nos dejarán ver otros muchos negocios y tropelías de otros tantos candidatos.
Bien dice la voz popular: si no conoces a tu padre… métete de candidato…
Yo agregaría que si te metes de candidato será muy difícil que ocultes tus bienes mal habidos.