Corta memoria histórica: el sexenio de Calderón
¬ José Antonio López Sosa miércoles 13, May 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Es un hecho: los mexicanos como sociedad tenemos problemas con la memoria histórica a corto plazo, vamos de escándalo en escándalo (en el ámbito político) y olvidamos lo que ocurrió en el pasado próximo.
Es claro lo que ha sido la presente administración en diversos temas, sin embargo, el creer que la administración de Felipe Calderón fue buena o, incluso que se extraña, es tener un serio problema con la memoria histórica.
Nuestros gobiernos cada vez son peores, un sexenio al otro parecieran competir por lograr ese privilegiado lugar de la peor administración de la historia, pero no por tener un mal gobierno podemos darle méritos que no tuvo el anterior, como es el caso del mandato de Felipe Calderón.
Se nos olvidan los más de 70 mil muertos en la “guerra” -que después aclaró el propio Calderón, no era guerra- contra el narcotráfico, ¿cuántos de ellos fueron inocentes?, ¿cuánta población civil padeció en esta estrategia fallida?
Se nos olvida que jamás se logró el millón de empleos anuales que Felipe Calderón prometió en campaña, de hecho se hacía llamar “el presidente del empleo” antes de las elecciones de 2006 y culminó con una cifra muy por debajo de lo prometido y lo necesario en ese rubro.
Se nos olvida que empoderó a uno de los peores funcionarios públicos en nuestra historia: Genaro García Luna. Este hombre -desde el sexenio de Vicente Fox- logró tener un poder por encima incluso del propio presidente, fue el autor de la puesta en escena de Florence Cassez, de su mano llegó la corrupción a la AFI y a los cuerpos policiacos de élite y al final, no hubo un solo tribunal que procesara las decenas de denuncias públicas que se le hicieron a Felipe Calderón pidiendo su remoción.
Se nos olvida que Felipe Calderón impulsó la candidatura de su hermana en Michoacán y, con todo y la maquinaria federal, perdió la elección en aquella entidad.
Se nos olvida que Felipe Calderón nos dejó un grupo de cercanos a él, en curules repartidas en el Senado de la República: Mariana Gómez del Campo, Gabriela Cuevas, Javier Lozano, Ernesto Cordero, Luis María Calderón, entre otros, pasando por encima de las normas democráticas de su partido.
Se nos olvida que entre 2006 y 2012 se acabó la tranquilidad en la provincia mexicana, estados como Tamaulipas, Michoacán, Chihuahua, Jalisco, Sinaloa, Sonora, Veracruz, Coahuila, entre muchos otros, tuvieron índices de violencia y asesinatos nunca antes vistos en el país y, ¿ello sirvió de algo?, ¿terminó con el narcotráfico?, ¿están mejor esas entidades hoy que en 2006?
Se nos olvida que Calderón el último día de su mandato, modificó la reglamentación del Estado Mayor Presidencial para poder disponer de un número indefinido de guaruras a su servicio el resto de su vida, para él y su familia.
Se nos olvida que en la administración de Felipe Calderón, mataron a decenas de colegas periodistas y México pasó a ser uno de los países más peligrosos en el mundo para ejercer esta profesión. Se nos olvida también cómo Calderón envió a prisión al colega periodista Jesús Lemus, historia que se puede leer en su libro “Los Malditos”.
En fin, ¿el gobierno actual es peor?, sí, pero no por ello merecemos como sociedad reconocerle algo a Felipe Calderón y su administración, hasta 2012, me parece que estuvimos frente al peor presidente de México, en 2018 tal vez la tabla varíe, pero resulta iluso extrañar el gobierno calderonista.
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