¿Quién da un quinto por Ebrard?
Roberto Vizcaíno lunes 11, May 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Surgido en el salinismo, Ebrard había sorteado su paso por 4 partidos políticos
- Hoy, los hechos indican que anda huyendo en el extranjero ante un posible enjuiciamiento penal
- Felipe Calderón ha decidido reciclarse con miras a disputar -para él o para su esposa- la presidencia del PAN
Hundido en el fondo del descrédito, sin posibilidades de ser ni siquiera presidente de su manzana, con un pie más que en la cárcel, Marcelo Ebrard oscila hoy entre regresar o quedarse fuera del país.
Sabe, tiene demasiada experiencia política ya de fracasos propios y ajenos como para no entender que la jauría que va tras él es ya incontrolable. Pero sobre todo está consciente de que EL PODER y el pueblo requieren de todo lo que él representa para satisfacer sus apetitos de venganza y justicia.
Los medios quieren show y espectáculo; los gobernantes quieren desviar los embates y la desconfianza; empresarios e industriales buscan estabilidad y paz ante tantos vaivenes y escándalos; los ciudadanos ver que cuando menos algún poderoso vaya a la cárcel por sus delitos.
A los políticos les urge presentar la cabeza de uno de los suyos para hacer creer a los simples humanos que la justicia es verdadera y ciega y actúa contra incluso el más encumbrado; a los opositores, sobre todo a AMLO, les viene bien un mártir que esgrimir como víctima de la mafia del poder y a quienes antes lo apoyaban les interesa deslindarse lo más rápido que se pueda del ex jefe de gobierno capitalino, que alguna vez algunos ingenuos calificaron del mejor alcalde ¡¡¡del mundo!!!
Ebrard surgió a la vida política y del poder a fines de los 80 bajo el paraguas del salinismo, como pareja intelectual y política de Manuel Camacho.
Luego de que Camacho perdió la carrera por la candidatura presidencial del PRI contra Luis Donaldo Colosio, Camacho y Ebrard renunciaron al tricolor para ir al Verde, y luego intentar crear su propio partido, el de Centro Democrático, que nunca fue más allá del membrete.
Finalmente, terminaron en el PRD. Camacho como un político desadaptado, que nunca encajó ni en idea ni en proyecto o corriente alguna y Ebrard siendo un pésimo jefe de la Policía en el DF, a quien el presidente Fox cesó luego de su criminal omisión en el linchamiento de 3 agentes federales la noche del 23 de noviembre de 2004 cuando pobladores de San Juan Ixtayopan, Tláhuac, confundieron a los policías con robachicos.
Ebrard nunca dio la orden a sus policías de rescatar a los federales.
Corrido por Fox, Ebrard fue rescatado por Andrés Manuel López Obrador en un acto de confrontación con el mandatario federal. AMLO lo colocó en la Secretaría de Desarrollo Social y luego lo catapultó como candidato a sucederlo en la jefatura de gobierno del DF. Es decir cayó para arriba. Cuando debió ir a la cárcel fue premiado con el boleto ganador de acceso a la jefatura de gobierno del DF.
Y llegado al cargo, olvidó el pasado y acarició la idea de ser Presidente de la República.
Entonces, se dedicó a construir esa posibilidad, pero olvidó que para ello debería tener el apoyo de un partido.
Caprichoso, impulsivo, veleidoso, prepotente Ebrard transcurrió su mandato sólo para enfrentar una realidad: que delante de él iba su ex jefe López Obrador y que este sí tenía al PRD —o a la mayoría de él-, bajo su control y que además su carisma y antecedentes lo posicionaban como el puntero en la carrera presidencial.
Hay quienes afirman que la encuesta para definir cuál de los 2 debía ser el candidato la había ganado Ebrard, pero la realidad es que éste se hizo un lado y dejó pasar al tabasqueño y el de Macuspana volvió a perder.
Ebrard, quien en 2012 pudo conseguir fácilmente una postulación como senador por el PRD, llegó al final sin nada y en el vacío. Así, sin el apoyo ya del poder y del dinero de la jefatura de gobierno capitalina, intentó ser presidente del PRD.
Los Chuchos, corriente predominante dentro del sol azteca, que ya habían logrado echar fuera a Andrés Manuel López Obrador, rieron a carcajadas.
Todavía le echaron el pial para hacerle creer que podría obtener una diputación plurinominal. Pero tampoco se la dieron. Bueno, ni siquiera se la dieron a René Bejarano que tiene más apoyo dentro del PRD que Marcelo.
En fin.
Metido en las premuras, chamaqueado como un novatón de kínder por Los Chuchos, Ebrard finalmente se fue apresurado al Movimiento Ciudadano al abrazo de otro ex priísta, el veracruzano Dante Delgado, quien sobrevive desde 1999 que fundó este partido, del cascajo de otros partidos, especialmente de los desechos del PRI.
Dante lo colocó como primero en una lista de diputados plurinominales, pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo bajó por considerar que había jugado dentro de dos partidos al mismo tiempo.
Hoy Ebrard no tiene nada a su favor. Ni partido ni nominación, ni perspectiva de fuero e ingresos lícitos.
Cuenta por el contrario con la condena de un buen segmento de los capitalinos y de los ciudadanos del país quienes son informados casi todos los días de las trapacerías cometidas por Marcelo y su equipo en la construcción de la Línea 12 del Metro.
El resumen de eso dice que existe un reclamo formal de la Secretaría de la Función Pública al gobierno del DF por el desvío de unos 500 millones de pesos.
Este desvío fue cometido durante la construcción de la línea.
Hay al parejo una investigación parlamentaria de diputados y asambleístas extendida ya a la PGR, por la mala aplicación de unos 67 mil millones de pesos en la línea 12 del metro.
Ebrard afirma que él no tiene nada que ver con eso.
Lo afirma cuando todos sabemos porque lo vimos, que él encabezaba las reuniones de planeación y ordenamiento de la construcción de esta línea del Metro.
Lo sabemos porque él encabezó orgulloso y a todo vapor mediático la inauguración de esa línea a la que llevó como invitados de honor al entonces presidente Felipe Calderón, a líderes partidarios, a legisladores, a empresarios, a embajadores a dirigentes de medios, columnistas y periodistas
Y lo sabemos porque era obvio que quería beneficiarse de eso para ser candidato a la Presidencia de la República.
Él según ha quedado establecido revisó, orientó y aprobó cada partida del presupuesto destinado y conseguido por otros para eso.
Hoy Ebrard comienza a andar a salto de mata en el exterior.
Dicen que está en París y él ha twiteado que va a Washington a presentar su caso, no el del fraude de la línea 12, sino el de no haber sido reconocido como candidato “pluri” a diputado.
Lo cierto es que está fuera, huyendo de su castigo.
Y lo cierto también es que no parece que nada se le vaya a componer.
CALDERÓN, RECICLADO
Felipe Calderón ha decidido reintegrarse a la vida política y aprovecha -como lo hace ya Andrés Manuel López Obrador en el caso de los candidatos de Morena-, la campaña de los candidatos del PAN para hacer campaña por sí mismo.
La obviedad nos dice que el ex presidente se recicla apareciendo en los actos de los panistas para enviar el mensaje de que está de regreso y quiere que no se le olvide como militante del PAN.
El objetivo obvio es la elección interna que se realizará a fines de este 2015 para elegir al sucesor de Gustavo Madero en la presidencia del PAN. Si no, como dice el vecino… AL TIEMPO.