La carta
Roberto Vizcaíno viernes 8, May 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- De acuerdo a personajes de la izquierda, Belaunzarán tiene la virtud de decir lo que todos piensan de AMLO
- López Obrador fue, gracias al PRD y su militancia, jefe de gobierno del DF y dos veces candidato presidencial
- Dice ser honesto, pero nunca ha aclarado de qué ha vivido desde 2006 a la fecha, dice el diputado
Si algo hay por lo que se le reconozca al diputado federal perredista Fernando Belaunzarán, es porque ha logrado sintetizar el antipejismo en la izquierda mexicana.
Crítico interno de Andrés Manuel López Obrador desde mediados-fines de la década anterior, cuando el tabasqueño era casi un dios para gran parte de los grupos y corrientes de la llamada izquierda mexicana, Belaunzarán ha salvado cara y posición gracias a su análisis objetivo de las acciones y actitudes de AMLO.
No pocas veces he escuchado decir a personajes de esa izquierda que Belaunzarán “dice lo que todos pensamos”.
Por estos días el diputado ha vuelto a acaparar la atención de medios y políticos, al hacer pública una carta dirigida a López Obrador, en la que lo exhibe como un político deshonesto, responsable de la división de la izquierda mexicana, de sembrar odios sectarios, de recurrir sistemáticamente a la calumnia contra opositores, de ser un desagradecido y desleal con el PRD, cuyos militantes lo postularon en dos ocasiones a la Presidencia de la República y lo llevaron casi al triunfo.
En esa misiva, Belaunzarán también lo describe como un político prepotente, sectario, hipócrita, a cuyo alrededor en su círculo más cercano se dio la más alta corrupción cuando ocupó la Jefatura de Gobierno del DF (qué hubiera sido de Gustavo Ponce y René Bejarano si Carlos Ahumada no hubiera dado a conocer los videos que todos conocemos, se pregunta el diputado).
En fin, lo exhibe como un obsesivo del poder, quien ha desplazado a los candidatos de su partido, Morena, para sólo aparecer él en todos los spots de radio y televisión con la evidente intención de posicionarse desde ahora para la presidencial de 2015 bajo el argumento de que “la tercera es la vencida”.
En entrevistas adicionales Belaunzarán comenta que si AMLO no logra en 2018 su objeto de llegar a Palacio Nacional, entonces en 2030 podría estar compitiendo por quinta ocasión bajo el argumento de que “no hay quinto malo”.
Con 45 años cumplidos y licenciado en Filosofía por la UNAM, podríamos decir que el diputado perredista Fernando Belaunzarán Méndez es un político tardío.
Su perfil lo ubica dentro del partido del sol azteca apenas en 1998, donde llegó para participar en la corriente mayoritaria de Nueva Izquierda, o “Los Chuchos”.
Belaunzarán cobró notoriedad hacia mediados-fines de la década anterior justamente por sus críticas en medios contra el entonces líder predominante Andrés Manuel López Obrador.
Así que la carta enviada hace tres días a AMLO no es ni la primera ni es una sorpresa.
En ella Belaunzarán dice a López Obrador:
“Distinguido Andrés Manuel:
“Cuando anunciaste tu salida del PRD, dijiste que te “ibas en paz” con el partido que te dio cobijo durante casi 25 años, pero no has hecho otra cosa que hacerle la guerra.
No te bastó la división de la izquierda, que en sí misma beneficia al régimen, has promovido el odio sectario descalificando con calumnias a quienes no dudaron en defenderte cuando fuiste desaforado y a la institución que hizo posible que llegaras a ser jefe de gobierno, la misma que te promovió en dos ocasiones como candidato presidencial. Las críticas son bienvenidas… ¡si tan sólo las hicieras con honestidad!
“Sueles señalar con dedo flamígero al resto del mundo con un aire de superioridad moral que, perdón, no has acreditado. ¿Por qué crees que tienes autoridad para acusar a otros de “corruptos” sin presentar siquiera pruebas? Cuando gobernaste el Distrito Federal se documentó la corrupción en tu primer círculo, la cual no fue detectada por ti. Si el corruptor de Carlos Ahumada no difunde los videos, muy posiblemente tu secretario de Finanzas, Gustavo Ponce, habría concluido su gestión. Por cierto, el PRD te defendió en ese entonces.
“De 2006 a 2014, antes de que tu nuevo partido obtuviera el registro, tuviste una actividad política intensa, de muchos recorridos y eventos onerosos; nunca has aclarado el monto y el origen de los recursos que los financiaron…. ¿Por qué hemos de creer en ti si no eres capaz de medirte con la vara que mides a los demás?
“Molière retrató en su magistral Tartufo la hipocresía, simulación y doble moral de quienes no dejan de proclamar su pureza…
“Has asumido la voz y la imagen de todas las candidaturas de tu partido, aunque no estarás en ninguna boleta…Ya anunciaste tu intención de disputar nuevamente la Presidencia en 2018. Así que, sin ser candidato, eres el político más visto en el actual vendaval de propaganda electoral. Sabes perfectamente que estás incurriendo en actos anticipados de campaña, promoviendo tu imagen con los tiempos del Estado, y que eso lastimará la equidad de la contienda presidencial.
“… es un engaño que pretendas colocarte como alguien ajeno a la clase política. Has estado en tres partidos, dos de ellos como presidente y del otro eres dueño; fuiste jefe de gobierno del DF, dos veces candidato a gobernador de Tabasco y dos veces candidato presidencial. ¿Quién puede ser más representativo y emblemático del sistema político mexicano que tú?
“Lamento de verdad, Andrés, que tu obsesión por la Presidencia te impida reparar en las consecuencias de tus actos”, señala.
Belaunzarán lo acusa de enviar a sus legisladores afines a oponerse a la reforma del DF como un movimiento para obstruir el camino de Miguel Ángel Mancera hacia una posible candidatura del PRD a la Presidencia de la República.
“Uno pensaría que, al menos, promoverías una contienda electoral en buena lid. Pero no está en tu naturaleza. Solo te sientes cómodo cuando te victimizas. Que denuncies y te quejes en spots que los “dejaron hasta lo último y con letra muy pequeñita” cuando el lugar está definido en la ley por año de registro y todos los emblemas tienen el mismo tamaño es revelador.
“En fin, te quería decir que no se vale ser ingrato. Por cierto, Carmen Aristegui, quien te abrió sus micrófonos cuando más lo necesitabas, lleva un mes y medio fuera del aire y tú sigues nadando de muertito, haciendo lo que pediste a tus seguidores en Twitter: “Es mejor no darnos por notificados”.
“Tus acusaciones sin pruebas presagian la derrota de tu partido. Esa película ya la vimos. Mejor debieras mandar el mensaje inédito de que has aprendido a perder y que, por una vez en tu vida, aceptarás los resultados, aunque te sean adversos.
“Estoy convencido de que la mejor forma de demostrar respeto es hablándose con franqueza. Espero que no tomes a mal estas líneas y que, en lugar de ver esta carta como otro “complot de la mafia en el poder”, la entiendas como parte de un debate de ideas necesario en esta coyuntura en que diferentes izquierdas se miden en las urnas. Es verdad, el PRD tiene problemas y no pocos, como todo el sistema político, pero al menos contamos con agenda y programa de transformación. Morena solo tiene un prematuro candidato presidencial que está en campaña anticipada, difamando sin escrúpulo alguno a sus hasta hace poco compañeros de partido.
“El anhelo no es una propuesta. Sí, por supuesto que hay que aumentar la matrícula en la educación media superior y superior, pero decir que todos ingresarán sin presentar un plan que lo haga factible y sin involucrar a las universidades, muchas de ellas autónomas, es demagogia; un buen deseo que compartimos, como la paz mundial. Ojalá reflexiones y dejes de deteriorar el clima político electoral. Eso sería más efectivo para lograr que la gente acuda a votar el próximo 7 de junio que descalificar a anulistas y abstencionistas con el sambenito de “servir al régimen”.
“En fin, Andrés Manuel, espero que valores más la crítica argumentada que los elogios de los lambiscones que siempre te dicen lo que quieres oír. Sin más por el momento, te mando un abrazo con mis consideraciones”, concluye.
Por supuesto que la carta de Belaunzarán no ha tenido respuesta de AMLO. El tabasqueño no ve ni escucha a sus críticos. Nunca lo ha hecho.
Debatir, comprobar afirmaciones, ser honesto no está en su naturaleza. Él es dios y quien no está de acuerdo con lo que dice, quien no obedece sus instrucciones y mandatos es el enemigo. Punto.