Violencia contra periodistas
¬ Augusto Corro jueves 7, May 2015Punto por punto
Augusto Corro
Los discursos, vengan de donde vengan, no impiden los asesinatos de los comunicadores.
Por ejemplo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) denunció que cada semana uno o más periodistas son asesinados en alguna parte del mundo.
También llamó a redoblar esfuerzos para incrementar la seguridad de esos profesionales y poner fin a la impunidad, durante la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa.
Esas palabras, desafortunadamente, no son escuchadas en México, catalogado como uno de los países donde la práctica del periodismo representa un gran peligro.
En los últimos años, decenas de periodistas fueron asesinados por la delincuencia organizada y los caciques de pueblo que gobiernan con el abuso del poder.
Sobran los ejemplos de alcaldes que denunciados por sus vínculos con el narco o pésimas administraciones deciden callar las voces críticas y matan a los comunicadores.
OTRA VOZ EN EL DESIERTO
El embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, se pronunció por una mayor protección a los periodistas.
Con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa, el funcionario señaló el alto índice de asesinatos e impunidad que prevalece en nuestro país.
Dijo textualmente: “los niveles de impunidad se mantienen alarmantemente altos, y aún no hemos visto una sentencia exitosa a nivel federal para crímenes contra periodistas”.
Pues sí, las palabras del diplomático son importantes y entrañan una exigencia, pero nos preguntamos ¿quién o quienes responderán a su planteamiento? Nadie.
En México tenemos a organismos que se dedican a la defensa de los derechos humanos, pero su función es nula. ¿De qué sirve la Fiscalía Especializada para los Ataques Contra la Libertad de Expresión y el mecanismo para Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos?
La defensa y protección de los periodistas son parte de los discursos oficiales y nada más. En la realidad, las agresiones contra los representantes de los medios son el pan de cada día y no se ve que alguien intente frenarlas.
UN DISCURSO MÁS
Apenas, en marzo pasado, en una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), se trató el tema de la impunidad en los ataques y asesinatos a periodistas.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo, dijo que es lamentable la situación que padece el gremio “y las familias de los reporteros asesinados en la región, pero es mucho más grave la impunidad” porque no hay castigo para los criminales.
Los representantes de los medios presentaron informes sobre la libertad de prensa en cada uno de sus países, en los que muestran agresiones, asesinatos, represión, encarcelamiento, censura, etc., para intimidar a quienes practican el periodismo.
Los puntos de vista del funcionario de la SIP fueron una repetición de lo que lo que todo mundo sabe: aquellos que agreden a los periodistas no son castigados. El brazo de la justicia no llega hasta ellos y la impunidad estimula a otros delincuentes a atacar a los informadores.
LA CRUDA REALIDAD MEXICANA
El comunicador veracruzano, Armando Saldaña Morales, de 53 años, fue encontrado sin vida en un camino de Cosolapa, Oaxaca, el martes pasado.
El cuerpo sin vida del comunicador, con cuatro impactos de bala en la nuca, estaba al lado de una furgoneta blanca. Tenía signos de tortura.
Recientemente denunció, en los medios donde trabajaba, a grupos del crimen organizado que se dedican a ordeñar ductos de Pemex en el sur de Veracruz.
En lo que va del 2015, ya fueron ultimados otros dos informadores: Moisés Sánchez, editor del semanario “La Unión” de Medellín de Bravo, Veracruz, y Abel Martínez, director de “Radio Espacio”, en Juxtlahuaca, Oaxaca.
Anteayer, en Xalapa, capital de Veracruz, se reunieron periodistas y activistas para manifestar su repudio por el asesinato de Saldaña Morales, el doceavo registrado en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Los comunicadores portaban cartulinas en las siguientes leyendas: “Justicia para Armando Saldaña”, “12 periodistas asesinados en Veracruz, basta ya”, “Regina, Gregorio, Moisés, Armando… ¿Quién sigue?”, etc.
Las autoridades veracruzanas mostraron su indiferencia a las protestas, como siempre lo hicieron. El expediente de Saldaña Morales terminará en el archivo, casi seguro.
En México, las agresiones a los periodistas superan a los discursos y el tema de los asesinatos e impunidad seguirá presente. ¿Hasta cuándo?