¿Qué hará Marcelo?
Ramón Zurita Sahagún lunes 4, May 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La nada sorpresiva decisión de sacar a Marcelo Ebrard Casaubon de las listas de candidatos plurinominales a diputados federales del Movimiento Ciudadano, representan un nuevo tropiezo del ex jefe de gobierno del Distrito Federal.
Hasta ahora, esos tropezones solamente han representado un alto en el camino, de los que ha salido airoso, aunque mediante una recomposición de sus pretensiones siguientes.
A Marcelo se le pronosticaba un gran futuro político, al que iba guiado de la mano de su mentor Manuel Camacho Solís.
Claro que eran momentos en que Camacho Solís estaba considerado como uno de los tres principales políticos del país, después del presidente Carlos Salinas de Gortari y a la par de José Córdoba Montoya.
De esa forma pasó de la dirección de Gobierno del Distrito Federal a ser ubicado como primero en la lista plurinominal priísta de candidatos a la Asamblea del Distrito Federal.
Se decidió no exponer a Marcelo como candidato plurinominal, por el riesgo de ser derrotado en las urnas como se suponía ocurriría con su partido, el PRI, luego del desastre tricolor en la capital del país en los comicios de tres años antes.
No sucedió así y en forma sorpresiva, de la mano de Camacho Solís, el PRI ganó cada uno de los 40 distritos de mayoría, lo que tiró por la borda el proyecto para que Marcelo coordinara a los priístas.
El acomodo de Marcelo fue inmediato como secretario general del PRI en el Distrito Federal. De ahí el salto a la secretaría de Gobierno, como segundo en el mando de Camacho Solís.
Corrió la suerte de su jefe y al ser postulado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, Camacho Solís, Marcelo y todo su equipo fueron removidos y enviados a la secretaría de Relaciones Exteriores, donde Ebrard Casaubon alcanzó una subsecretaría.
Dejaron la comisión de la paz y Camacho Solís aconsejó a Marcelo buscara un sitio en otro partido, ya que al PRI no regresarían, lo que redundó en una diputación plurinominal a diputado federal por el Partido Verde.
Se fue con Manuel Camacho como segundo del comisionado para la paz en Chiapas y siguió el mismo camino que su mentor al fundar el Partido del Centro Democrático, del que fue secretario general y candidato al gobierno de la capital.
La guía de su mentor (Camacho Solís) lo salvó de la quema, ya que el PCD perdió el registro, pero le abrió las puertas para renunciar a su candidatura y negociar con Andrés Manuel López Obrador que a cambio de su respaldo obtendría un espacio en su gobierno.
Manuel Camacho mantenía una añeja relación con el tabasqueño, desde los tiempos en que AMLO instalaba sus plantones en el zócalo de la ciudad de México.
Ebrard consiguió ser ubicado, primero como consejero de AMLO y, después, como secretario de Seguridad Pública, cargo del que fue relevado por los muertos de Tláhuac.
La suerte de Marcelo no se frustró, ya que fue ubicado en un cargo clave como secretario de Desarrollo Social del gobierno capitalino y con el respaldo de Camacho Solís convertido en un poderoso consejero dentro del PRD y del propio López Obrador se convirtió en candidato de la izquierda al gobierno de la capital del país.
Todo estaba listo para allanarle el camino a la candidatura presidencial, ya que los dos anteriores jefes de Gobierno del Distrito Federal lo habían conseguido, primero Cuauhtémoc Cárdenas y después López Obrador.
Lo que no tenían presupuestado es que el tabasqueño buscaría su segunda nominación por los partidos de izquierda y Marcelo se quedó chiflando en la loma, una vez más.
Otro alto en el ascendente camino político de Marcelo Ebrard.
El todavía perredista ex jefe de gobierno, decidió entonces dedicarse a descansar, gozar de su reciente matrimonio y de su familia y reaccionó demasiado tarde, cuando pretendió contender por la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática.
Sus adversarios le sacan amplia ventaja y el control ejercido por el grupo de “Los Chucho”, le anticipó que no tenía nada que hacer en esa contienda.
Con todo y ello buscó el camino para competir y formó su grupo político interno al que denominó Movimiento Progresista, poco después lo transformó en Asociación Civil y no tardó mucho en renunciar al Partido de la Revolución Democrática. Lo hizo cuando le cerraron los caminos para ser candidato a diputado plurinominal, situado en los primeros lugares de la lista, con curul asegurada.
Debido a sus pocas alternativas futuras en la política, Marcelo buscó otro espacio y lo consiguió en el Movimiento Ciudadano, partido en riesgo de perder el registro como tal y que encontró en Ebrard Casaubon una posibilidad de jalar votos.
Con la nominación en la bolsa, como primero en la lista del MC en la IV circunscripción, Marcelo recibió la noticia que el TEPJF revocó su candidatura plurinominal a diputado federal.
El argumento fue que Marcelo Ebrard participó simultáneamente en los procesos internos de dos partidos, PRD y MC, lo que rechazan tanto Marcelo como Dante Delgado.
El ex jefe de gobierno del Distrito Federal se encuentra aferrado todavía a una última esperanza, confía en revertir esa decisión y que pueda formar parte de la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados, aunque para ello, además de la revocación, tendría que esperar si el MC mantiene o no el registro.
Lo cierto es que su mentor principal ya no podrá ayudarlo, cuando menos en la forma en que lo hacía regularmente, ya que se encuentra enfermo.