Pan dulce ya es oneroso para muchos mexicanos
Nacional lunes 27, Abr 2015- Se mantiene la tendencia del cierre de panificadoras
Al primer trimestre de este año se mantiene la tendencia del cierre de empresas de la industria panificadora mexicana de 15 por ciento, respecto a 2014.
El director general de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares (Canainpa), Jonás Murillo González, dijo que esto se da luego de la aplicación al sector del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), de 8.0 por ciento.
Aunado a esto, persiste la contracción de 15 por ciento en el consumo de pan de dulce, debido a que su costo mínimo, de 5.00 a 5.50 pesos, lo hace oneroso para muchas personas.
Cabe destacar que las botanas, dulces, pan y otros alimentos con una densidad mayor a 275 kilocalorías por cada 100 gramos, con algunas excepciones, como la tortilla y el bolillo, quedaron gravados con el IEPS desde el primer día de enero del año pasado.
El directivo precisó que tan sólo en el Distrito Federal, de los mil afiliados que tenía la Canainpa hasta antes de la entrada en vigor del IEPS, en la actualidad 10 por ciento cerró sus negocios, en virtud de que no soportaron económicamente la nueva carga fiscal.
Lo anterior se suma al incremento del huevo, cuyo precio aumentó alrededor de 30 por ciento a partir de 2012.
Jonás Murillo señaló que la industria panadera tiene que absorber el alza en los costos de producción, en virtud de que al subir el precio del producto, las ventas caerían aún más.
“Al final llega un momento en que el consumidor no tiene capacidad económica para comprar tu producto. Lo puedes subir todo lo que quieras, pero vender un bolillo a mil pesos nadie te lo va comprar”, argumentó.
Murillo González aclaró que si bien cerraron negocios por motivos fiscales, no es posible afirmar que la industria se contrajo, en virtud de que un número importante de esos empresarios optaron por la informalidad.
Estimó que actualmente entre 40 y 45 por ciento del pan que se elabora en el país fue producido en la economía subterránea, ya que los panaderos lo elaboran a puerta cerrada, pero sin ningún control sanitario y sin prestaciones para quienes trabajan en esos “traspatios” para comerciarlo en la ilegalidad.
Y aunque Jonás Murillo reconoció que nuevos negocios del sector abrieron sus puertas por primera vez, “evidentemente son más lo que cierran que los que abren”.
Por otra parte, indicó que durante el primer trimestre del año subsiste la caída de 15 por ciento en la venta de pan de dulce, principalmente en las zonas donde viven sectores sociales desfavorecidos.