Aunque sea de dos
Ramón Zurita Sahagún jueves 23, Abr 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Fue en 1993 cuando Federico Granja Ricalde aprovechó la única posibilidad que tenía para ser candidato priísta al gobierno de Yucatán, sin importar que se tratara de una administración de solamente 18 meses.
Sabía que el candidato natural para el gobierno era Víctor Cervera Pacheco, quien quería un mandato constitucional de seis años, luego de haber sido mandatario interino por tres años.
Granja Ricalde, un político disciplinado que ya había sido alcalde de Mérida y diputado federal, además de líder sindical, optó por un corto mandato, para diferir los comicios estatales de los presidenciales.
Yucatán es uno de los estados en los que más reformas se han tenido para adecuar los procesos electorales, dentro o fuera de los comicios federales, al gusto del gobernante en turno.
Ivonne Ortega Pacheco tuvo un mandato de cinco años, para que los comicios estatales fuesen empatados, nuevamente, con los federales.
Lo anterior, viene a colación por los gobiernos estatales de dos años que se preparan en Puebla y Veracruz, a efecto de que los procesos electorales estatales sean concurrentes con los federales.
Se trata de evitar tantas idas de los ciudadanos a las urnas, ya que se marca demasiada diferencia entre los comicios presidenciales, los de mitad de sexenio, los estatales y los locales, manifestándose en la ausencia de los votantes.
Fue por eso que los congresos locales de Puebla y Veracruz, decidieron establecer un mandato de dos años, previos al empate de un nuevo sexenio con la elección presidencial.
De esa manera, los candidatos que competirán el año próximo (2016) deberán estar definidos en febrero o marzo, por lo que los comicios del 7 de junio podrán dar un adelanto de lo que se avecina.
Los dos procesos electorales llaman poderosamente la atención, por encima de los otros que habrán de desarrollarse el año próximo y donde se ubican, entre otros, los de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas, todos ellos con mandatos de seis años.
El atractivo de Puebla y Veracruz radica en que el actual gobernador del primero de esos estados es uno de los más firmes aspirantes de Acción Nacional en la carrera presidencial.
Rafael Moreno Valle Rosas sabe que para mantener sus aspiraciones presidenciales requiere del triunfo de su partido en los comicios del año próximo, donde además será el principal operador de su partido.
En cuanto al nombre del candidato, no tienen problemas, ya que el actual alcalde de la capital Antonio (Tony) Gali es el favorito, por su cercanía con el actual mandatario, de quien fue su secretario de Obras en el primer trienio de gobierno.
Hay otros aspirantes de ese partido, pero con menos presencia, como es el senador Javier Lozano Alarcón, quien las dos veces que contendió en Puebla por un cargo de elección perdió, una ocasión como candidato a diputado federal por el PI y otra más como aspirante senatorial del PAN (es senador de primera minoría).
Los priístas cuentan con una amplia baraja de aspirantes, aunque los que más presencia no se encuentran convencidos de que dos años es mejor que nada.
En 2010, los priístas tenían en la actual senadora Blanca Alcalá su mejor carta, pero fue vetada por el entonces gobernador Mario Marín, quien empujó por su hombre de confianza Javier López Zavala.
Blanca mostró más adelante que la razón le asistía a ella, ganando el Senado de la República, por lo que prefiere esperar la de seis años, hasta 2018.
De no ser convencida Blanca, los priístas cuentan con Enrique Doger, el propio López Zavala, el senador Ricardo Urzúa, la senadora Lucero Saldaña Alejandro Armenta y Juan Carlos Lastiri Quirós, subsecretario de Sedesol, aunque ninguno de ellos cuenta con el arrastre de la senadora Alcalá.
En Veracruz, el gobierno estatal de dos años será el escenario de una nueva batalla de la familia Yunes Linares y Yunes Márquez por el control del gobierno estatal.
Miguel Ángel Yunes Linares lleva mano en una nueva candidatura del PAN, que no quiere dejar pasar, por lo que fue sembrado como número uno en la lista de diputados federales plurinominales de ese partido por la III circunscripción.
Solamente es cuestión que defina si va él o su hijo del mismo nombre como abanderado del partido blanquiazul.
Los priístas tienen dos candidatos naturales en las personas de los otros Yunes, ambos senadores, José y Héctor.
El segundo de ellos es primo hermano de Miguel Ángel, el primero no es familiar de ninguno de ellos.
Los dos están dispuestos a jugársela por la de dos años, sabedores que el tiempo no perdona.
Existen otros aspirantes, considerados de menor nivel, pero que debido a su juventud pueden ser una buena opción para el partido tricolor.
Se trata de un grupo de jóvenes que, al igual que el actual gobernador Javier Duarte, fueron formados al lado de Fidel Herrera Beltrán.
Alberto Silva, Eric Lagos y Jorge Carvallo son un trío de candidatos a diputados federales por distintos distritos del estado que alzan la mano como prospectos para esa candidatura de dos años, aunque para ello primero deberán ganar sus respectivas elecciones.
Otro más es el diputado federal Alejandro Montano, quien se encuentra lejano de los círculos decisivos que impactan en la nominación del candidato tricolor, aunque se duda que alguno de ellos pueda ser un contendiente apropiado para el empuje de los Yunes panistas.
PÉSAME
Un abrazo solidario para Miguel Lerma por el fallecimiento de su hermana Sofía.