López Obrador, sus seguidores y sus creyentes
¬ José Antonio López Sosa miércoles 22, Abr 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Sin lugar a duda, Andrés Manuel López Obrador es una figura política importante en la historia reciente de nuestro país. He de aclarar que a diferencia de otros espacios periodísticos, aquí no tenemos como oficio denostar a López Obrador a la menor provocación. Muchos de sus críticos más radicales en estas labores del periodismo, parecen tener ya una relación de afecto por el personaje, al escuchar su nombre dedican columnas, artículos y ensayos enteros en su contra. Eso no se hace en esta columna.
Ahora bien, uno de los problemas que tiene López Obrador es que una parte de sus simpatizantes son seguidores y otra parte son creyentes, el gran problema es con los segundos. Andrés Manuel como muchos otros políticos en este país comete y ha cometido yerros dentro de su labor al servicio público y político, cuando éstos son señalados por alguien, de inmediato el sector de los creyentes en López Obrador saltan al ring a la defensa irracional de su líder.
Cuando se pierde la capacidad de autocrítica y de aceptar las críticas de los demás, un líder político para un seguidor se transforma en un líder con características teológicas, luego entonces el seguidor se transforma en creyente.
No entiendo -por ejemplo-, por qué López Obrador aparece en todos los anuncios de Morena, cuando él hasta donde sabemos, no va postulado a ningún puesto de elección popular. Es el líder del partido, sin embargo, aparecer en todos lados por ese solo hecho representa un culto a la personalidad y no una acción democrática para un grupo de interés político.
Una vez más insisto, como lo hice en el año 2009 en esta columna, ¿por qué Andrés Manuel López Obrador no se postula para una curul en el Congreso?, su voz es importante y representa a millones de personas, ¿por qué no usar esa fuerza que le dan sus seguidores para legislar o hacer cosas a favor de la gente desde la Cámara de Diputados?. Lo mismo escribí en 2009, ahora el mismo caso en 2015.
Andrés Manuel tiene que concientizar a sus seguidores para evitar que se conviertan en creyentes, eso en nada ayuda al país, ni a Morena, ni a la democracia, ni a sí mismo.
Con los seguidores de López Obrador se puede discutir, estar de acuerdo en algunas cosas y en desacuerdo en otras. Con sus creyentes no se puede ni hablar, cuando uno no piensa como ellos viene enseguida la descalificación.
Así es nuestra incipiente democracia.
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