Tragedia en el Mediterráneo
¬ Augusto Corro martes 21, Abr 2015Punto por punto
Augusto Corro
En pleno siglo XXI la vida humana es tan despreciada como en la época de las cavernas.
El fin de semana, en el Mediterráneo naufragó una embarcación que transportaba más de 900 migrantes africanos frente a las costas de Libia, con destino a Italia. En el presente año, van más de mil personas que mueren en su intento de cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa.
Este naufragio no será el último que ocurra en el mar que divide a Africa de Europa. Las causas que provocan ese tipo de tragedias están presentes y tienden a incrementarse. Por ejemplo, la pobreza y la violencia que generan las guerras son determinantes para que las personas abandonen sus lugares de origen. En la mayoría de los casos huyen de la muerte que se da en países como Siria o Irak.
¿Y cómo lo hacen? A través de medios inseguros: barcazas frágiles, lanchas peligrosas, transportes con sobrecupo de personas, etc.
En fin, los países europeos tan celosos del cumplimiento de los derechos humanos, ya demostraron, en muchos casos, que no lo son tanto. Esto se refleja en el número de naufragios ocurridos recientemente.
Claro, el problema no es fácil de resolver y tampoco es exclusivo de Europa. En varias partes las migraciones que parten de los países del sur hacia el norte, cada vez se intensifican. Sin embargo, poco o nada se hace para evitarlas.
Es tiempo de que los gobiernos implementen medidas globales justas que eviten a los individuos abandonar sus lugares de origen. Acciones que combatan la pobreza, como son las fuentes de empleo, etc. Y acabar con la violencia propiciada por la delincuencia organizada, así como brindar una mayor protección a aquellos que huyen de las guerras.
La comunidad internacional tiene la obligación de buscar formas de convivencia universal con un profundo respeto a la dignidad y vida humanas.
CAPTURAN CAPOS
En los últimos días se intensificó la lucha contra la delincuencia organizada, por lo menos así se refleja en las capturas de los capos de los cárteles de la droga.
El viernes pasado, las autoridades federales detuvieron a José Tiburcio Hernández Fuentes “El Gafe”, líder de “Los Metros”, brazo armado del Cártel del Golfo.
El hecho provocó una reacción violenta de los integrantes del cártel con el propósito de rescatar a su jefe. Reynosa, Tamaulipas, vivió horas de infierno derivado del enfrentamiento entre los representantes de la ley y los delincuentes.
Se informó que por lo menos tres hampones perecieron.
El domingo se informó de la captura de Jesús Salas Aguayo “El Chuyín”, operador del Cártel de Juárez, que sucedió en el cargo a Vicente Carrillo Fuentes.
A simple vista, los dos capos detenidos se pasarán el resto de sus vidas en la cárcel. Sus atropellos contra la sociedad rebasaron lo imaginable. Cada uno en su zona se encargó de extorsionar, secuestrar, asesinar, etc., a ciudadanos de Tamaulipas y Chihuahua. También se dedicaban al robo de hidrocarburos. Los dos delincuentes controlaban el contrabando de armas y el trasiego de droga en sus respectivas entidades.
Ahora, falta que las autoridades federales busquen la forma de regresar la tranquilidad a Tamaulipas y a Chihuahua. No será fácil, porque conseguir la paz implica erradicar a los cárteles de la droga, que se apoderaron de la región hace varios años, ante la complacencia o convivencia con las autoridades locales.
De ahí, que no será suficiente la captura de los capos para que regrese la tranquilidad. Tamaulipas seguirá como un estado marcado por la violencia. Por lo menos así lo piensa el gobierno de Estados Unidos (EU) que no recomienda a sus ciudadanos visitar la mencionada entidad, donde la lucha entre “Los Zetas” y el Cártel del Golfo, es permanente.
PLAYERA NEGRA
La semana pasada nos quedamos con la noticia de que la selección mexicana de futbol utilizaría un uniforme blanco en su juego contra Brasil, el 7 de junio, día de las elecciones intermedias. A esa determinación se llegó luego de analizar que el uniforme verde del equipo mexicano podría influir de alguna manera en la votación.
Como si no hubiera otros problemas de mayor importancia, el Instituto Nacional Electoral (INE) acordó, definitivamente, que la playera del seleccionado será negra. Vaya, vaya.
No serán los colores ni verdes, ni azules, ni naranjas, ni turquesa, etc. Los jugadores lucirán las camisetas negras, uno de los colores del perredismo.
En fin, solucionado el asunto de los colores, ¿cuándo empezaremos a escuchar los resultados de los debates de los aspirantes a cargos de elección popular? Ojalá y los planteamientos muestren algo de seriedad, porque falta poco para la fecha de las elecciones y los spots poco o nada dicen de los programas de los políticos en busca de mejores huesos.