Inicia la lucha
Ramón Zurita Sahagún lunes 20, Abr 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El Distrito Federal es la zona donde los dos principales partidos de izquierda (PRD y Morena) escenificarán su verdadera lucha por captar el voto y la atención ciudadana.
La confrontación electoral ya está definida y las acusaciones de uno y otro lado salpican el inicio de las campañas, por lo que la disputa por el voto puede dirigirse hacia un enfrentamiento verbal de denuncias, en lugar de propuestas de campaña.
Es cierto que Andrés Manuel López Obrador fundó el Movimiento de Regeneración Nacional para contar con una plataforma propia que pudiera catapultarlo hacia una tercera oportunidad presidencial.
También lo es que el tabasqueño maneja al partido como de su propiedad, ya que el partido es él, gravita en función de su personalidad, es quien lo anima y quien jala los votos.
No sucede lo mismo con el PRD, partido que también es manejado como de propiedad de un consorcio (Los Chuchos), los que definen a los candidatos, los recursos, pero no jalan los votos.
A diferencia de López Obrador, ninguno de los principales Chuchos (Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta Naranjo) es capaz de aportar un voto a la causa del sol azteca.
Por eso, Los Chuchos no son candidatos de mayoría, ya que buscan cobijarse siempre bajo el voto que proporcionan, aun perdiendo, otros personajes y ellos llegan tranquilamente al Congreso de la Unión.
Ortega Martínez lanzó la piedra en contra de López Obrador, de quién dice que lleva como meta la destrucción del Partido de la Revolución Democrática.
Puede ser una de las metas de Andrés Manuel, pero la realidad es que al PRD lo están destruyendo y desapareciendo los propios Chuchos, los que mantienen el control del organismo político desde hace una década y como sucede con todos los partidos políticos en México, lo manejan a su antojo, como de su propiedad.
Los Chuchos fueron los causantes del éxodo de militantes que, en algunos casos, son hoy candidatos de otros partidos, incluido Morena, pero también del Partido del Trabajo y del Movimiento Ciudadano.
Desde su arribo al control del partido, personajes como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Alejandro Encinas Rodríguez, Marcelo Ebrard Casaubón, Mario Delgado Carrillo y otros de menor prestigio, pero jaladores de voto como Esthela Damián, Vidal Llerenas y Armando Quintero, renunciaron al partido.
Tampoco les ha ido mejor a Los Chuchos con la promoción de candidatos cuestionados, algunos de ellos hoy tras las rejas, pero que antes fueron promovidos por dicho grupo.
El acercamiento del partido con el gobierno federal ha sido fuertemente cuestionado por militantes y externos, que ven docilidad en esa decisión asumida bajo el mando de Jesús Zambrano.
La lucha por el poder interno desgastó al partido y a sus mandos medios, aunque Los Chuchos siguen con el control total.
Pero lo más desgastante para el partido del sol azteca es que sus candidatos a Jefes delegacionales y diputados locales son parte de ese desgaste, donde las denuncias en su contra son múltiples y van desde el uso y abuso del poder, hasta deshonestidad.
Son 16 delegaciones de la ciudad de México las que están en disputa y donde el PRD mantiene el control de más de una docena desde que los Jefes delegacionales son elegidos por voto ciudadano directo.
Ahí radica su fuerza electoral, la que le ha permitido sucesivamente que los jefes de Gobierno del Distrito Federal sean emanados de ese partido: Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard Casaubón y Miguel Ángel Mancera Espinosa y antes de que los delegados fuesen elegidos de forma directa Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Lo curioso de esto es que ninguno de esos cuatro jefes de Gobierno milita en el PRD, ya que los tres primeros renunciaron al partido en los tiempos del control de Los Chuchos y el cuarto no decide afiliarse al organismo político en tiempos del control del mismo grupo.
Por eso la verdadera lucha se dará en las delegaciones, donde los propósitos primordiales se dirigen hacia Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Coyoacán y dos que resultan emblemáticas, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
Del resto, Xochimilco, Tlalpan, Cuajimalpa, Iztacalco, Magdalena Contreras, Milpa Alta y Tláhuac, poco interés hay en los dos grupos (PRD y Morena) por ganarlas, aunque dan por descontado que lo harán.
Sin embargo, la verdadera lucha entre perredistas y morenos se escenificará en Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, donde ponen en marcha su estrategia electoral.
De acuerdo con los datos del Inegi del censo de 2010, las delegaciones con mayor número de habitantes son Iztapalapa y Gustavo A. Madero con un millón 815 mil cada una, Álvaro Obregón con más de 700 mil, luego le siguen Coyoacán y Tlalpan con más de 600 mil habitantes y Cuauhtémoc con poco más de medio millón. Es decir entre ellas representan el 70 por ciento del voto en el Distrito Federal, pero además concentran junto con Benito Juárez y Miguel Hidalgo, los principales recursos del erario capitalino.
Sabiendo que la disputa entre perredistas y morenos concentra la atención electoral, los otros partidos buscan arrebatarles posiciones, aunque lejanos se encuentran de Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, por lo que dirigen sus propósitos hacia Benito Juárez y Miguel Hidalgo.
En Benito Juárez, los priístas y verdes van con todo, apoyando a un ex perredista y buscan el respaldo de panistas inconformes, mientras que en Miguel Hidalgo los panistas pretenden recobrar la delegación que fue su emblema en el pasado, aunque los priístas también con candidato prestado (una ex panista) pretenden abollar la corona.