Desgobierno
¬ Augusto Corro lunes 13, Abr 2015Punto por punto
Augusto Corro
Definitivamente, varios gobernadores dan pena ajena. No pueden con el paquete y su presencia es negativa, pero siguen empeñados en hacer creer que gobiernan.
En este espacio ya hablamos de lo mal que gobiernan por ejemplo Gabino Cué, de Oaxaca; Rogelio Ortega, de Guerrero; Salvador Jara, de Michoacán; Guillermo Padrés, de Sonora; César Duarte de Chihuahua, y Javier Duarte, de Veracruz.
Y la lista de esos dizque mandatarios estatales podría incluir a otros que tienen a sus entidades de cabeza, con problemas múltiples relacionados con la espiral de violencia incontenible, o con la inquietud latente de convertirse en aprendices de sátrapas. Los ejemplos los tenemos a la vista.
En Puebla, el gobernador Rafael Moreno Valle en su desmedida ambición por el control del poder político practica la represión sin pensar en los resultados. Así ocurrió con la muerte del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, de 13 años, al ser alcanzado por el envase de una granada de humo.
Se trata pues, de mandatarios divorciados de su pueblo. Funcionarios dedicados a cumplir sus ambiciones personales antes que responder a sus responsabilidades públicas. Llegaron supuestamente por el voto, pero otros se montaron en las gubernaturas gracias al tradicional “dedazo”.
GRACO, EN MORELOS
En el papel del desgobierno se encuentran los mandatarios extraídos de los diferentes partidos políticos. Ninguno se escapa. Para no ir tan lejos, en Morelos, los habitantes de esa entidad ya no saben qué hacer con su gobernador, Graco Ramírez, de extracción perredista, quien se encuentra en pugna constante con sus gobernados.
Esta entidad es una de las más violentas del país. La tranquilidad que reinó durante años desapareció ante el embate de la delincuencia organizada que incrementó las extorsiones y los secuestros. Morelos es ahora una tierra sin ley.
A los problemas mencionados se suma el descontento de los campesinos que se oponen a que el río Cuautla sea utilizado para el Proyecto Integral Morelos. En general, los morelenses rechazan la construcción de un gasoducto, un acueducto y dos termoeléctricas.
En este renglón, se confirma la poca o nula comunicación de un gobernante con la población. Porque es lógico que las obras proyectadas traigan beneficios a la región, pero como los gobernados no fueron invitados a participar en los planes del gobierno, la duda y la informidad saltaron inmediatamente.
¡GRACODUCTO NO!
El viernes pasado, los morelenses descontentos irrumpieron en acto oficial por el 96 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, en la hacienda de Chinameca.
Los campesinos pudieron sortear los “filtros” y llegaron cerca del templete para gritarle al gobernador ¡Gracoducto no! ¡Agua sí, Graco, no! ¡Agua sí, termo no! De acuerdo con las crónicas, los gritos de los inconformes no permitieron escuchar el discurso del mandatario. Lo mismo ocurrió con el representante del gobierno federal, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes.
Al final de la atropellada ceremonia, los funcionarios intentaron colocar una ofrenda floral ante la estatua ecuestre del “Caudillo del Sur”, pero como vieron que los campesinos se dirigían a ese lugar, ya no esperaron las flores y emprendieron una graciosa huida, como dijera el clásico, para evitar riesgos.
Policías y guardaespaldas protegieron a Graco y a Gerardo, quienes subieron al helicóptero, medio de transporte muy en boga en la clase política, para salir del atolladero una vez más. Por cierto, en menos de ocho días, el gobernador morelense, nacido en Tabasco, ya fue criticado por el derroche de dinero en el uso de aeronaves.
En un país sumido en la pobreza, a Graco no le importa gastar más de 50 mil pesos en el servicio de aerotaxis para ir de Cuernavaca a Zitácuaro, como ocurrió en el arranque de la campaña del perredista, Silvano Aureoles Conejo, rumbo a la gubernatura de Michoacán.
Luego del escándalo del uso de helicópteros por parte de los políticos perredistas, el propio dirigente dijo que ya no se usarían más esas aeronaves en sus campañas. Claro, esa determinación excluye a los gobernadores. Y Graco no está en condiciones de abandonar la comodidad de viajar sin obstáculos y ver desde el aire los pueblos morelenses y sus carencias.
ARRECIAN EXIGENCIAS
Aumentan las solicitudes para quitarle el registro al Partido Verde.
Partidos políticos adversarios y electorado, a través de diferentes medios, presionan al Instituto Nacional (INE) a tomar medidas severas contra el denominado partido de las mentiras.
¿Por qué de las mentiras? Porque según sus detractores, ni es verde, ni ecologista, ni es político, ni es honesto.
Lo que sí es una realidad, es que el Partido Verde debido a sus acciones de propaganda violó las leyes electorales y ya fue multado con millones de pesos. Sin embargo, a los dirigentes poco o nada les importaron los castigos.
En los últimos días, uno de los temas populares en Twitter fue el de quitarle el registro al citado Partido Verde.