Personajes siniestros
¬ Augusto Corro lunes 6, Abr 2015Punto por punto
Augusto Corro
En los primeros días de abril las autoridades capturaron a dos de los personajes siniestros representativos de la delincuencia organizada.
El primero, José Guadalupe Reyes Rivera, participó en la masacre de 72 migrantes. Los extranjeros fueron acribillados por la espalda el 10 de agosto, en San Fernando, Tamaulipas.
Se trató de uno más de los hechos sangrientos protagonizados por los cárteles de la droga en territorio mexicano.
Uno de los sobrevivientes declaró que las personas asesinadas se negaron a formar parte de la banda de “Los Zetas”, que se dedican al tráfico de estupefacientes, personas, armas y petróleo.
“Los Zetas” se encargaban de detener los autobuses llenos de pasajeros que circulaban por las carreteras del norte de México, en busca de enemigos. Los viajeros eran sometidos a torturas y obligados a pelear entre ellos hasta la muerte. En su oportunidad, DIARIOIMAGEN publicó la tragedia de los migrantes en San Fernando, que impactó a la opinión pública internacional.
También fue capturado Nicolás Trujillo Urieta relacionado con un centenar de secuestros en la zona de Tierra Caliente, en Michoacán.
Este individuo pertenecía a al cártel de “Los Caballeros Templarios”. Organizaba los plagios y ocultaba a las víctimas en campamentos improvisados en la región.
El secuestro, una de las peores prácticas de la delincuencia, era practicado por Nicolás como una actividad cotidiana.
Fue millonaria la fortuna que lograron acumular “Los Templarios” mientras se mantenía como la principal banda de narcos en la zona. Tenían propiedades inmuebles que incluían ranchos, gasolineras, locales comerciales, etc., que conseguían por medio de la extorsión.
En fin, los delincuentes mencionados arriba José Guadalupe y Nicolás son dos botones de muestra de la delincuencia organizada insaciable en asesinatos y secuestros. Las secuelas de los crímenes marcaron para siempre a miles de familias que jamás recuperarán con vida a sus parientes, ni los bienes materiales que les arrebató la delincuencia.
“EL JUDAS”
La quema de “Judas” con leyendas continúa como una tradición en el pueblo de México.
Con ese hecho se recuerda a los traidores, que como el Judas Iscariote de la Biblia vendió a Jesucristo por unas monedas.
En barrios capitalinos aún se mantiene la idea de castigar, por lo menos simbólicamente, a aquellos políticos o personajes de la vida pública que con su conducta se ganaron el repudio de la sociedad.
En el Centro Histórico la selección del “Judas” para quemarlo fue la mejor.
La figura de cartón representaba a José Luis Abarca Velázquez el ex presidente municipal de Iguala, Guerrero, acusado de ordenar es secuestro de la muerte y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Ante la algarabía de los asistentes, se le prendió fuego a Abarca Velázquez.
En Toluca, capital del Estado de México (Edomex) fue quemado el “Judas” que representaba a Servando Gómez Martínez “La Tuta”. La tradición continuará vigente mientras existan criminales como el ex alcalde Abarca Velázquez o “La Tuta”.
VIVIR EN EL ESCÁNDALO
Al paso que vamos, tenemos que acostumbrarnos a recibir las noticias de escándalos permanentes protagonizados por los políticos.
En los últimos años, se revelaron negocios turbios o acciones abusivas de las autoridades de diferentes niveles.
Con poca o nula sensibilidad política, a los funcionarios públicos les dio por presumir sus relojes caros. Aquellos que se usan para presumir el poder económico y ´político. ¿O hay otra manera de exhibir la riqueza?
Y no es la excepción, David Korenfeld, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en un acto público lució en reloj valuado en un millón de pesos. La oficina de comunicación social de Korenfeld trató amortiguar el escándalo con una justificación risible al señalar que no se trata de un delito.
Claro que no es delito. Es una falta de sensibilidad política. ¿No sabe el funcionario que hay más de 50 millones de pobres en México? ¿Qué son millones de mexicanos que viven en pobreza extrema? Es decir, que no tienen dinero ni para comprar los alimentos indispensables para su subsistencia.
Eso no lo sabe el tal Korenfeld. Y tan no lo sabe que se da una vida de petrolero árabe, pero con una aeronave que no es de su propiedad. Resulta que los vecinos del comisionado de aguas lo denunciaron porque ocupa el helicóptero de uso oficial para pasear él y su familia.
La acción de pasear en helicóptero tampoco es un delito, siempre y cuando la nave sea de su propiedad, que no es el caso del multicitado Kurenfeld. Los vecinos de Korenfeld lo fotografiaron en plena acción, cuando la familia subía al helicóptero que la llevaría a vacacionar a algún paradisiaco o a algún lugar de Estados Unidos.
En las redes se conoció el uso y abuso de la nave y se armó el escándalo. ¿Alguien le jalará los orejas al comodino comisionado de aguas?