PRI acepta desechos
Ramón Zurita Sahagún jueves 26, Mar 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante varias décadas, el Partido Revolucionario Institucional fue el encargado de nutrir de candidatos a los partidos opositores que buscaban participar en la competencia.
Con excepción de Acción Nacional, los otros partidos, especialmente el PRD, tomaban los candidatos que desechaba el tricolor, los hacían sus candidatos y en algunos casos, les otorgaban victorias en las urnas.
El método era sencillo, esperar a las nominaciones del PRI y jalar a sus filas a los aspirantes inconformes, convertirlos en sus candidatos y, en caso de no ganar, sumar el mayor número de votos.
La estrategia les funcionó a la perfección, tanto que lograron que el PAN hiciera lo propio con otros personajes que el tricolor desechaba para los cargos a los que aspiraban.
Ricardo Monreal Ávila fue el primero de esos priístas que mostró que contaba con la suficiente fuerza para arrebatarle a su ex partido (PRI) un territorio que creían suyo.
De ahí, que el sistema fuese conocido como “monrealazo”, palabra que hasta la fecha refiere un acto similar.
Después del triunfo de un ex priísta en Zacatecas, el fenómeno se replicó en diversos estados: Tlaxcala, con Alfonso Sánchez Anaya y Baja California Sur, con Leonel Cota Montaño, fueron estados conquistados por el PRD, con candidatos que unas semanas antes militaban en el tricolor.
Garantizado el método, los partidos adversarios del PRI siguieron con esa táctica y Nayarit y Chiapas, con Antonio Echevarría Domínguez y Pablo Salazar Mendiguchía, fueron los primeros en conquistar una victoria con el respaldo de una coalición de izquierda y derecha.
El PRI siguió nutriendo más filas opositoras con los candidatos Héctor Ortiz en Tlaxcala y Rafael Moreno Valle en Puebla, postulados ambos por Acción Nacional, aunque el segundo también por los partidos de izquierda.
Es cierto que Moreno Valle ya venía militando en el PAN con anterioridad, desde que el PRI no lo hizo candidato en 2004 y el PAN lo postuló como aspirante al Senado de la República, cargo que ganó con esa camiseta de colores blanquiazules.
Mario López Valdez no fue promovido por su entonces partido (PRI) para el gobierno de Sinaloa, por lo que se convirtió en abanderado de la alianza entre izquierda (PRD) y derecha (PAN).
Ángel Heladio Aguirre Rivero fue el más reciente de los priístas que renunció al partido cuando no fue postulado al gobierno de Guerrero y de inmediato fue cachado por el PRD.
Otros personajes, como Gabino Cué, Arturo Núñez, Cuauhtémoc Cárdenas y hasta Andrés Manuel López Obrador ya habían abandonado el barco priísta con bastante antelación al momento en que ganaron la elección de sus respectivos gobiernos, mientras que Miguel Ángel Yunes, Layda Sansores, José Rosas Aispuro y otros han fracasado en su intentona por ser gobernadores por un partido ajeno al de inicio de su militancia.
La lista es larga de personajes que abandonaron al PRI decepcionados por no ser candidatos, para aceptar convertirse en abanderados de otros partidos.
Por eso, llama poderosamente la atención como el PRI retoma esa estrategia y acepta desechos de todos lados para competir en plazas en las que se encontraba (encuentra) lejano a la posibilidad de una victoria.
Guanajuato y el Distrito Federal son los más claros ejemplos de ello, ya que en el primero postula a dos figuras ajenas sumamente polémicas como sus candidatos a presidencias municipales.
Se trata de Fernando Bribiesca Sahagún, hijo de Marta Sahagún Jiménez, quien fue invitado a militar en el Partido Nueva Alianza por una amiga de su mamá, Elba Esther Gordillo, con la promesa de insertalo en la Cámara de Diputados.
El propósito se consiguió y Bribiesca Sahagún hizo mancuerna en la LXII Legislatura con René Fujimori, nieto de la profesora Gordillo.
Su interés por alcanzar el gobierno que no pudo su madre lo llevó a buscar el respaldo del PRI a la alcaldía de Celaya y hoy es su flamante candidato.
José Ángel Córdova Villalobos fue un recalcitrante panista que consiguió una diputación federal por ese partido y más adelante fue designado secretario de Salud, primero, y de Educación Pública después, en la administración presidencial de Felipe Calderón Hinojosa.
Buscó, sin éxito, la candidatura al gobierno estatal por el partido blanquiazul y ahora se conformó con la alcaldía de León, pero por el partido tricolor.
Sin embargo, donde los priístas muestran total desesperación por recuperar alguna posición o, cuando menos, incrementar su votación es en el Distrito Federal, donde recurren a desechos de todos los partidos para postularlos como sus candidatos.
De esa forma, los priístas decidieron que Laura Ballesteros, diputada panista con licencia se convirtiera en su candidata a jefa de gobierno en Miguel Hidalgo.
Xiuh Guillermo Tenorio, senador suplente por el PRD es su abanderado en Benito Juárez.
Polimnia Romana Sierra, diputada del PRD con licencia se alzó como abanderada del tricolor a la delegación Álvaro Obregón.
Pero no son los únicos candidatos priístas que al no ser postulados por sus partidos decidieron migrar en busca de mejor fortuna.
Fernando Zárate, diputado con licencia del PRD, Jorge Sotomayor, diputado panista con licencia y Lía Limón, ex diputada de Acción Nacional, también son candidatos del PRI a diputados locales en el Distrito Federal, al igual que Adrián Ruvalcaba, ex perredista y jefe delegacional con licencia de Cuajimalpa, entre otros.
TURISMO INCREMENTADO
Claudia Ruiz Massieu aseguró que México es uno de los países con más afluencia de turistas en el mundo y que en este momento ostenta el décimo lugar con 29 millones de visitantes al año.
Por ello, la secretaria del ramo destacó la importancia del turismo para el país, ya que genera cerca de 8 millones de empleos y en el último año creció en un 20 por ciento.