¿Competencia electoral?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 25, Mar 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
De verdad los comicios de la mitad del actual sexenio son una competencia electoral.
Son diez partidos políticos los que competirán por el voto ciudadano en el proceso electoral del próximo 7 de junio, tres de ellos representan novedad para los electores, por ser la primera vez que participan.
Aunque en esta ocasión no está en disputa la Presidencia de la República, los 500 diputados federales y los nueve gobiernos estatales en juego, representan un atractivo para cada uno de los partidos que entran en la competencia electoral.
Los primeros sondeos muestran que la disputa por el control de los principales cargos de elección popular se dará entre dos partidos políticos catalogados como de presencia nacional, más otro de ellos que en alguna o algunas entidades podrán obtener triunfos aislados.
Priístas y panistas son quienes disputarán la mayoría de los 300 asientos de mayoría en la Cámara de Diputados, con los demás partidos disputando una cincuentena de distritos federales, entre todos.
De los nuevos partidos, el Movimiento de Regeneración Nacional es quien mantiene posibilidades de obtener triunfos en las urnas, además de las asignaciones que les corresponderían por el porcentaje de sufragios obtenidos.
El Partido Humanista y el Partido Encuentro Social, se encuentran lejanos a motivar una mayor participación de los ciudadanos o provocar simpatía entre los electores potenciales.
De esos tres partidos MORENA parece ser el que cuenta con una base definida de simpatizantes y militantes que le podrían garantizar su permanencia para los comicios presidenciales del 2018.
Todos (incluidos los 7 que vienen de la competencia electoral anterior) juegan a mantener su permanencia como organismos políticos con registro definitivo, para lo que tendrían que alcanzar un mínimo del tres por ciento de los sufragios totales emitidos en la jornada electoral del 7 de junio.
Los augurios no son muy buenos para varios de ellos, partidos que se encuentran amorcillados desde hace tiempo y que buscan cada proceso electoral juntarse a otro más poderoso para que les ofrezca la necesaria garantía de supervivencia.
Durante muchos años, los partidos de la llamada ala izquierda navegaron juntos en la mayor parte de los procesos electorales.
El Partido de la Revolución Democrática amalgamaba a los otros organismos políticos pequeños que como Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) y el Partido del Trabajo recibían un puñado de candidaturas a cambio de garantizar su permanencia.
Hoy, los del Movimiento Ciudadano (antes Convergencia y mucho antes Convergencia Democrática), van solos en algunas entidades y en otras recurrieron a los desechos de otros partidos, principalmente de su antiguo aliado el PRD.
El Partido del Trabajo hizo lo propio, estableciendo alianzas de chile y de manteca. En el Distrito Federal va de la mano con el partido del que ha sido rémora, el de la Revolución Democrática. En el Estado de México lo hace con Acción Nacional (las alianzas que Manlio Fabio Beltrones considera contra natura) y en Querétaro con el Revolucionario Institucional.
Nueva Alianza es otro ente político nacido de las divergencias entre la profesora Elba Esther Gordillo (hoy en la cárcel) y el entonces dirigente nacional del Revolucionario Institucional, Roberto Madrazo Pintado.
Formado con una base magisterial, principalmente de ex militantes priístas, el PANAL ha sido relegado por el magisterio y boicoteado por los grupos disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Será su cuarta participación en procesos electorales y siempre (con excepción del requisito de la primera elección) los del PANAL van de la mano con un partido político mayor.
Juegan con el mejor postor, con el PRI en algunos tramos, sin el PRI, pero con el Verde en otros y hasta con el PRD en donde pudieron hacerlo.
En esta ocasión decidieron alejarse de su coalición tradicional con Acción Nacional, para sumarse al partido gobernante, que resulta ser el PRI.
Con respecto al Partido Verde aprendió la lección recibida en el 2000 cuando de la mano con Acción Nacional ganó la elección presidencial, pero fue dejado de lado en el reparto de posiciones, por lo que optó por sumarse a las coaliciones del PRI, pero con los premios garantizados.
El panorama electoral en los estados para los partidos no es nada halagüeño, principalmente para siete de los competidores, ya que ninguno de ellos mantiene expectativas de triunfo, aunque algunos podrían argumentar que ganaron, si es que en sus alianzas triunfan los candidatos que respaldan en unión del partido más fuerte.
Pero tampoco se da una gran competencia entre los tres poderosos, ya que de los nueve estados en disputa, el PRI y sus aliados mantienen alto nivel de competencia y posibilidades de triunfo en cada uno de ellos, el PRD solamente en dos (Michoacán y Guerrero) y Acción Nacional en seis (excepciones de Guerrero, Campeche y Colima)).
El reparto de los triunfos estatales será solamente entre ellos, mientras que en lo federal, la disputa real es entre dos, con otros dos sumamente distantes y cuando menos cuatro de esos partidos viviendo el sufrimiento de perder el registro, por una baja votación.
AMENAZA
Guerrero y Oaxaca siguen siendo los estados en donde persisten las amenazas de grupos que pretenden no dejar realizar los comicios. Las secciones correspondientes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en esas entidades se mantienen pendientes de que el proceso electoral no se efectúe, por no existir las condiciones necesarias para ello.
Con todo y ello el Instituto Nacional Electoral y el gobierno federal mantienen su propósito de llevar a cabo los comicios, sin importar las advertencias y amenazas de esos grupos, por lo que habrá que seguir de cerca el desarrollo de los acontecimientos.