Transexenales
Ramón Zurita Sahagún jueves 12, Mar 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante muchos años se consideró que los gobiernos debían estar conformados por personajes cercanos al partido gobernante, en el caso de que no fuesen militantes activos del mismo.
Fue así que el PRI gobernó al país durante largas décadas y las secretarías del gabinete estaban integradas en su totalidad por personajes pertenecientes al Revolucionario Institucional.
Ernesto Zedillo Ponce de León fue el primer Presidente de la República en llamar a formar parte de su gabinete a un militante de otpartido (Acción Nacional) en quien depositó la titularidad de la Procuraduría General de la República.
Fernando Antonio Lozano Gracia fue el primer militante de oposición que formó parte del gabinete legal de un Ejecutivo federal de otro partido.
Su gestión no fue peor que las de otros que le antecedieron o sucedieron en el cargo.
Es cierto que antes de él ocupó la misma posición y la secretaría de Gobernación, Jorge Carpizo McGregor, quien no militaba en el Partido Revolucionario Institucional, pero tampoco en otro partido.
Después de eso vino la alternancia y con ello, los priístas se fueron, casi en su totalidad a su casa, aunque el primer Presidente de la República ajeno al PRI, Vicente Fox Quesada, eligió como su secretario de Hacienda a un priísta.
Francisco Gil Díaz actuó como secretario de Hacienda de la administración foxista un cargo que venía anhelando desde siempre, aunque su partido nunca le otorgó la oportunidad.
Durante el gobierno foxista otros no militantes del PAN se incorporaron al gobierno federal, aunque no en cargo del gabinete y algunos hasta cambiaron, años después su militancia.
Ese fue el caso de Benjamín González Roaro, quien había subsecretario de Educación Pública y diputado federal como priísta e inició como director del ISSSTE bajo los mismos colores, para después mutar hacia el PAN y convertirse en director de Lotería Nacional y diputado federal.
Con esos antecedentes no sorprende el que José Antonio Meade Kuribreña sea secretario de Relaciones Exteriores en un gobierno priísta, el de Enrique Peña Nieto, después de ejercer como secretario de Energía y secretario de Hacienda, en una administración panista, como fue la de Felipe Calderón Hinojosa.
Igual sucedió con Eduardo Tomás Medina Mora Icaza, recién designado ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Medida Mora desarrolló amplia carrera en los gobiernos panistas, siempre del lado de la seguridad y la procuración de justicia, en los cargos de director del Cisen, secretario de Seguridad Pública, procurador general de la República y fue habilitado al final del gobierno de Felipe Calderón como integrante del cuerpo diplomático.
De esa manera, primero fungió en Londres como embajador ante el Reino Unido y después al arribo del gobierno priísta como representante diplomático en Washington.
Sin embargo, ninguna de las decisiones anteriores habían causado tanta polémica, como fue la de sembrar en la terna de aspirantes a la Corte al ahora ex embajador. Ni siquiera las anteriores posiciones del propio Medina Mora o de los otros personajes fueron polemizadas como ésta, la que finalmente redundó en la selección del ahora ministro de la SCJN.
Con su incorporación al máximo tribunal de justicia del país, queda cerrada la fórmula de los 11 ministros que debe tener permanentemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Medina Mora ocupa la silla dejada acéfala por el ministro Sergio Valls, fallecido hace varias semanas. Pero a finales de año, vendrán otras dos selecciones de nuevos ministros, ya que dos más pasan a retiro (uno de ellas mujer) y se verá si la cuestión de la polémica es por buscar mejores mecanismos de integración de la terna o simplemente por tratarse de Eduardo Medina Mora.
CANDIDATOS ASESINADOS
El crimen de una candidata perredista a alcaldesa en el estado de Guerrero inaugura, tristemente, el rubro de los asesinatos de políticos en campañas electorales.
Cada elección, el fenómeno se viene repitiendo a nivel nacional, con bajas en todos los partidos en competencia.
Michoacán y Guerrero se llevan las palmas en ese terreno, aunque en el pasado Tabasco también mostraba una tendencia, que, afortunadamente, ha desparecido.
Los terribles 70, finales de los 80 e inicios de los 90 dejaron en su registro un enorme número de militantes de partidos desaparecidos o asesinados en diferentes partes del país. Hay estados donde la violencia se mantiene casi una expresión focalizada en esas entidades, mientras que en otras baja considerablemente la criminalidad.
El gobierno deberá mantenerse atento para frenar esas expresiones de violencia y evitar que el proceso electoral se convierta en una orgía de sangre.
Hasta ahora, las campañas no se han iniciado y, tal vez, por eso se mantienen bajos los índices de violencia en contra de los candidatos de los diferentes partidos en cuestión.
NUEVO DELEGADO A NUEVO LEÓN
Dicen los que tienen cercanía con él, que Enrique Jackson Ramírez no quería ir como delegado de su partido a Nuevo León, el estado emblema de los nueve, cuyo gobierno será electo el 7 de junio.
La razón de la negativa de Jackson Ramírez es que tuvo que dejar el cargo como el principal asesor del gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, donde algunos dicen que cogobernaba. Pero Jackson que por tercera vez fue sembrado en la lista de candidatos plurinominales del PRI al Congreso de la Unión fue convencido de que la diputación bien valía dejar el poder por un rato.
Claro que con la candidatura se abre la posibilidad de competir por la candidatura del PRI al gobierno de Sinaloa, cuya nominación se dará unos meses (cinco meses) después de tomar posesión como diputado.