Venezuela y Estados Unidos
¬ José Antonio López Sosa martes 10, Mar 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
No cabe duda que Nicolás Maduro y Diosdado Cabello son los principales enemigos de Venezuela, está claro que el gobierno de Venezuela hoy día es el peor enemigo del pueblo venezolano.
La corrupción desbordante, la irresponsabilidad en el manejo económico, la falta de libertades y la inseguridad permanente es cosa del diario en Caracas y en las principales ciudades de la República Bolivariana de Venezuela. Desde la muerte de Hugo Chávez hace un par de años la crisis sistemática se aceleró y cada que pensamos que han tocado fondo, algo peor ocurre.
Es evidente que la descomposición no fue de un día al otro, muchas de las decisiones erradas desde la administración de Hugo Chávez se han reflejado (y potencializado) desde la llegada de Maduro al poder.
La revolución bolivariana necesita enemigos (reales o inventados) para subsistir, desde febrero del año pasado reencontraron a estudiantes y opositores como los enemigos que el régimen necesitaba para subsistir, sin enemigos no tendría razón esa “lucha” que dicen desde el oficialismo, están dando a diario.
Por otro lado, los Estados Unidos se suben de forma gratuita a la arena con el régimen venezolano. Asegurar que Venezuela es un riesgo de seguridad para la Unión Americana trae de nuevo a aquel país al asiento de un presunto “juez del mundo”, llevando a Nicolás Maduro el enemigo real que necesitan para que sobreviva el régimen bolivariano.
Si bien el gobierno de Estados Unidos tiene todo el derecho de negar visas y congelar bienes –mismo derecho que tiene Venezuela—, el acusar directamente a un estado extranjero como un problema de seguridad, es una decisión que como suele suceder, interviene en asuntos que sólo compete a los países ajenos resolver.
Vaya el asunto es claro, Venezuela está al borde del estallido social y de la quiebra mientras los Estados Unidos demuestran que pueden juzgar a países débiles desde Washington, porque evidentemente no miden con la misma vara a otros países donde se violan sistemáticamente los derechos humanos, como el caso de China o el mismo México.
Venezuela necesita un cambio, es un hecho, el gobierno actual lo sigue llevando al abismo, sin embargo, es torpe el razonamiento de quienes creen que ese cambio debe venir patrocinado por los Estados Unidos. Así saldría más caro el caldo que las albóndigas, en síntesis.
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