Los 86 del PRI
Ramón Zurita Sahagún jueves 5, Mar 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Llegar a los 86 años de existencia y siendo todavía partido en el poder no es fácil y menos en un país como México, donde la mayoría de los organismos políticos tienen vida efímera.
El PRI lo consiguió y luego de pasar por tres cambios de nombre y perder la Presidencia de la República por dos administraciones consecutivas, se revitalizó y hoy, con todo y crisis, se presenta como el partido con mayor poder político a nivel nacional.
Además de la Presidencia de la República, mantiene en su poder la mayoría de los gobiernos estatales y concentra el mayor número de diputados y senadores dentro del Congreso de la Unión, de cuantas fuerzas políticas se encuentran ahí representadas.
Para el priísmo las cosas no han sido fáciles, especialmente, desde que empezó su deterioro con la pérdida de su primera gubernatura (Baja California) en 1989 y después en cascada se dejaron ir Chihuahua, Jalisco, Guanajuato, Distrito Federal, Querétaro, Nuevo León, Zacatecas, Baja California Sur, Tlaxcala, Nayarit y otras más.
Después de perder varios gobiernos estatales, incluido el Distrito Federal se quedaron en manos de opositores. Las dos Baja Californias, la del norte y la del sur no se han podido rescatar, al igual que Guanajuato y Morelos, desde que pasaron a manos de los partidos opositores al PRI.
Otros estados como Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas, Tlaxcala, Querétaro, Jalisco, Nayarit, Chihuahua, Yucatán, Michoacán, Aguascalientes y otros más se alcanzaron triunfos para los tricolores, en algunos casos después de dos o tres sexenios en manos de la oposición al PRI.
Hoy, los adversarios del PRI mantienen en su poder los gobiernos de Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Morelos, Guerrero, Guanajuato, Tabasco, Puebla, Baja California, Baja California Sur y Distrito Federal, mientras que Chiapas lo mantienen en comodato en una alianza con el Partido Verde.
En duda se encuentra si el PRI será capaz de recuperar los estados de Sonora, Baja California Sur y Guerrero que irán a las urnas el siete de junio y si mantendrá en su poder las administraciones de Nuevo León, Querétaro, Colima, Campeche, San Luis Potosí y Michoacán en esa misma fecha.
Y es que después de recuperar la Presidencia de la República en los comicios de julio del 2012, las cosas se han puesto difíciles para los priístas y la crisis financiera que obligó al recorte presupuestario y al despido de cientos de empleados de gobierno pegará en la línea de flotación del partido tricolor.
El reparto de candidaturas es otro aspecto que cobrará facturas en las urnas, ya que no satisfizo el que se otorgaran cuotas de poder a sindicatos, parejas, hijos e hijas de políticos en los primeros planos del poder.
Si las candidaturas uninominales dejaron un amargo sabor de boca en algunos grupos, el reparto de las plurinominales, privilegió a personajes sin carrera partidista, pero con fuertes amarres en diversos sectores que impactan al interior del partido, pero que no les significa nada a los electores.
En esta ocasión no asoman, por el momento, signos de fractura o éxodo de militantes, lo que ha sido uno de los principales efectos que ocasionan la derrota de los candidatos priístas.
Desde que Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo encabezaron una fuga masiva de militantes en los años 1987-88, las principales derrotas han provenido de ex militantes del partido tricolor que les han ganado los gobiernos estatales, mediante esa mecánica.
Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, le siguieron a Cuauhtémoc Cárdenas en el gobierno capitalino, hasta que Miguel Ángel Mancera consiguió la victoria sin la etiqueta de ex priísta.
Ricardo Monreal en Zacatecas; Alfonso Sánchez Anaya y Héctor Ortiz en Tlaxcala; Pablo Salazar y Juan José Sabines en Chiapas; Antonio Echevarría Domínguez en Nayarit; Leonel Cota y Narciso Agúndez, en Baja California Sur; Gabino Cué en Oaxaca; Rafael Moreno Valle en Puebla, Ángel Aguirre, Guerrero, Mario López Valdez en Sinaloa, son algunos de los ex priístas que han vencido a su antiguo partido en las urnas.
El PRI es también el partido que enfrenta el descrédito de muchos de sus gobernantes, algunos de ellos han sufrido cárcel, luego de su paso por las administraciones estatales.
De esa forma, Mario Ernesto Villanueva Madrid, Quintana Roo; Andrés Rafael Granier Melo, Tabasco y Jesús Reyna García, se encuentra todavía recluidos en diversos penales.
Otros como Tomás Yarrington Ruvalcaba han sido señalados de diversos delitos, aunque se encuentran en libertad.
Otros, con todo y que se encontraban en la cúspide del poder fueron defenestrados, algunos de ellos confinados en cargos de poca relevancia y otros más como un ascenso en sus carreras políticas.
Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se dio el mayor movimiento de gobernantes, algunos de ellos en plena promoción política y otros más recibieron el castigo de no haber obtenido los resultados electorales esperados.
Fernando Gutiérrez Barrios fue enviado a la Secretaría de Gobernación, Beatriz Paredes Rangel a la secretaría general del CEN del PRI; Genaro Borrego Estrada a la dirigencia nacional del partido tricolor. Xicoténcatl Leyva fue relegado, Mario Ramón Beteta, enviado a uno de los pequeños bancos y Luis Martínez Villicaña a Caminos y Puentes, entre otros.
Un sexenio más tarde, Emilio Chuayffet Chemor fue sacado del gobierno mexiquense para convertirlo en un poderoso secretario de Gobernación.
Los 86 años de vida del Partido Revolucionario Institucional han motivado profundas transformaciones en el organismo político que desea continuar pleno y celebrar, cuando menos, sus primeros cien años de vida en el ejercicio del poder público.