Piezas útiles y la “chatarra”
Francisco Rodríguez miércoles 4, Mar 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Cuando al presidente electo le faltaban unos días para tomar posesión, se les prendió el foco a los fósiles del PRD. En efecto, miembros de “Los Chuchos” hicieron una jugada que los mantendría por buen tiempo en el presupuesto, y de paso, meter a su parentela en todas las nóminas posibles.
Tenía mucho que a los “tiradores” de los grupos marginales que pululaban alrededor del fuego sagrado del poder, los unía el mismo pegamento: la propuesta de un frente común que aglutinara a pobres y millonarios, para pedir canonjías.
Rememoremos: Nunca fue otra la intención de los llamados grupos de la “sociedad civil” (que pretendían remover en su tumba al apacible Gramsci, autor del concepto), como el “San Ángel”, el de los “Reformadores del Estado”, los “Votantes Útiles” y demás padrotes de esa “modernidad patriótica”.
Un repaso esquemático a los adalides de café que destacaban por la velocidad de producir silogismos políticos que preocupaban seriamente a sus maestros de la academia, pendientes de su salud, lleva a la conclusión que fue una fórmula desaforada para unirse al cabús de la política… cuando éste ya había pasado.
Como compensación, todas estas monsergas intelectuales y políticas, recibieron premios de “consolación”: posiciones en el gabinete de la “transición” foxista, presidencias de nuevos partidos fugaces y ridículos, menciones en estudios de “Nexos” o de “Letras Libres” o, ya de perdis, reconocimientos de ternuritas frustrados y amargosos.
Apadrinados por Carlos Salinas, se trataba de un grupo de protagonistas, elitistas, tragones y borrachos que ocupaban todos un foro domiciliario para decir cuanta sandez les ocurriera, con el fin de que “no chocaran los trenes” y en las elecciones de agosto del 94, el traidor Zedillo saliera electo, lo más limpio posible.
¿Expertos en la construcción de nuevas redes políticas?
El difunto Carlos Fuentes dio la luz verde necesaria, o la orden de “¡fuego!”, si se quiere, después de un sesudo estudio literario que publicó en algún cenáculo extranjero veraniego, en donde se hacía ver la necesidad de que los guardianes de las vestales sociales vigilaran elecciones pulcras.
Era real el temor de que Zedillo no podía calentar ni un café, menos ganar las casillas. Desde que se mal paraba sobre los entarimados políticos en la campaña, con ademanes y gritos melifluos y chocarreros, hacia sudar gruesos chorros amargos a sus matraqueros.
Pura demagogia. Todo estaba acordado. Al día siguiente de que se publicó el famoso artículo de Fuentes, en Los Pinos ya se hacía tarde para que Salinas se comunicara con el escritor al resort extranjero donde lo hallaran, para expresarle que estaba maravillado del contenido.
Y que, pues, ¡adelante!… Muchas joyas del catálogo aborrecible de politiquillos vividores y mercachifles fueron apuntados de inmediato para hacerle al canela.
Como se habían tomado muy en serio la autodefinición que hacían de ellos mismos, de “expertos en la construcción de nuevas redes políticas”, los aguzados san angelinos propusieron “de todo y más”, como decía Pedro Infante al llegar a una cantina.
Hasta la construcción de un frente de gobierno para la transición democrática, que estuviera integrado por un grupo “plural” de notables —ellos, but of course— arropados por las siglas partidistas que se carrancearan, para darles marquesina de postín.
Salinas sólo les contestó que si eso era lo que querían, ¡adelante”. Eso sí, “siempre y cuando la propuesta surgiera de la sociedad civil” y no al revés. Es decir, el círculo cuadrado, pues ¡la sociedad civil, el cambio, la legitimidad y todo, incluyendo a la patria, eran ellos, por ser sus padres!
Al único que hacían el caldo gordo en todo ese tiquismiquis de caverna intelectual, era al propio Salinas, que desde la Presidencia no se la acababa en el señalamiento que le hacían como culpable del asesinato de Colosio, sucedido dos meses antes.
Sea o no cierto, a algún publicista del PRI que no tengo identificado, se le ocurrió el slogan de asociar al nefasto Zedillo con la paloma de paz, y gracias al pavor que los mexicanos le tenían a los fusiles de madera del espantapájaros de “Marcos”, ¡el cachanilla arrasó!
No hay peor manipulado que el manipulador
Este acto inexplicable dio al traste con todas las propuestas, el “prestigio” académico que los antecedía y su perspicacia política para agarrarnos a todos de sus pendejos. Así, éramos un país poblado de padres de la patria.
La otra intención política de Salinas, no menos importante, era disfrazar la abjuración que Diego Fernández de Cevallos, había hecho de la candidatura del PAN, una vez que destrozó al infame Zedillo en el primer debate público.
Si Diego Fernández no se retiraba de la contienda, sería el ganador. Creía Salinas que esto no le convenía y como no hay peor manipulado que el manipulador y la única justicia que se aplica en México es la divina, el tiempo le demostró en carne propia que estaba equivocado en proteger al inútil Zedillo.
Otra intención del sietemesino era mantener de invitado de piedra en la contienda al testarudo Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del PRD, más frío que las nalgas de María Conesa. Como siempre decía que sí, el hijo de El Tata era imprescindible.
Pero eso sí. Los heraldos de la sociedad civil del original “Grupo San Ángel” tuvieron la oportunidad de grillar con cuanto secretario de Estado les pusiera enfrente Carlos Salinas…..¡y la cereza del pastel intelectual… hasta con el “subcomandante Marcos”! ¡Guauu!
Todos ellos “pasaron a la báscula” a los candidatos presidenciales y en ese iter criminis, muchos vivales de la famosa “sociedad civil” (de la cual ya estamos hasta la madre, por su atrevida decadencia) sacaron raja para el futuro de sí mismos y sus descendientes. Y aunque usted no lo crea, ¡hicieron escuela! Los reformadores del Estado y los promotores de votos útiles, por supuesto adalides de la vejada sociedad civil desfilaron por sus fueros hasta hace muy poco.
Así llegamos al 2012. Como los grupos de protagonistas ácidos de “la sociedad civil” se habían súper quemado con todos los cuates. Todos habían enseñado los calzones al cobrar en efe’ y por adela’.
Como los grupos de “reformadores del Estado” ya se habían mentado hasta la madre y los promotores de los “votos útiles “ ya se habían acomodado desde hacía tiempo en el jugoso presupuesto, ¡no había más qué hacer!