La ficción y su lucha de clases
Francisco Rodríguez martes 3, Mar 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Un nuevo reto se le presenta a la administración: el de los grupos anarquistas en las principales urbes del país.
“Seamos Peligrosxs”, el nuevo panfleto anarquista que circula en las redes y que fuera elaborado como una “contribución del núcleo de miembros presxs de la Conspiración de Células de Fuego FAI/FRI para el Simposio Internacional de las Jornadas Informales Anarquistas de 2013, en México”, según reza en su carátula, llama a “continuar la guerra”.
Apuntan como causas el “empobrecimiento económico, miseria, arrogante explotación de la patronal, dictadura de los bancos, empresocracia, vigilancia electrónica, mundo digital, experimentos genéticos, enfermedades de laboratorio, nanotecnología, destrucción de los bosques, contaminación del agua y el aire, exterminio de animales de laboratorio, industria masiva de la carne, nuevas cárceles de máxima seguridad, campos de concentración de migrantes, arrestos de anarquistas, policías en todas partes, Ejército contra manifestantes, muertos en misiones militares “humanitarias”, armas químicas y nucleares, propaganda periodística, estética de la publicidad uniforme, reinado de las mercancías muertas”.
Provocación, guerra, sabotaje, revueltas, son términos que aparecen constantemente en el panfleto.
“La única propuesta que tenemos para la crisis económica es que la empujemos al precipicio. Sólo si se destruye la economía, morirán también las discriminaciones de la pobreza. Junto a la economía, queremos destruir también el trabajo y la producción industrial masiva. Sin embargo, para que se rompan nuestras cadenas, no basta pulsar un botón mágico. La economía, la industria, el consumo, las mercancías, todo eso refleja relaciones sociales concretas. Relaciones entre esclavos y patrones, sólo que ahora el látigo y las cadenas son, por lo general, invisibles”.
MÁS ALLÁ DE LA IZQUIERDA
A lo largo del texto, la izquierda política es presentada como ilusa, soñadora, parte del juego de los poderosos. “Detrás de las propuestas alternativas de izquierdas, de un poder más ‘justo’ y ‘humano’, bastantes anarquistas, sociedistas y burócratas, corren jadeando. Se trata de la corriente reformista de la anarquía burocrática de las federaciones oficiales, que corren tras los acontecimientos sociales. Políticοs sin partido, extras de la revuelta, topos de la teoría que hablan con palabras e interpretaciones sacadas de los fantasmas marxistas del pasado (autogestión de los medios de producción, escuelas auto-organizadas, asambleas populares, milicias revolucionarias, comités, etc.)”.
No hay complacencias en las 16 páginas del manifiesto. Tampoco autocomplacencias: “El enfrentamiento callejero en condiciones de luchas sociales intermedias no debe complacernos.
“Muy a menudo, vemos a compas insurreccionalistas esperar por la siguiente cita en las calles, sin crear infraestructuras guerrilleras en el aquí y el ahora. Se quedan contentos con el enfrentamiento con los granaderos y los ataques a los símbolos de la dominación, pero sin intentar trasladar esta realidad conflictiva desde el predecible encuentro de las luchas intermedias a la vida diaria.
“Porque es justo esto lo que significa la nueva guerrilla urbana anarquista: el traslado del ataque en primera persona y al tiempo presente sin que sea necesario el camuflaje de la protesta social.
“Al mismo tiempo, hay distintos payasos politiqueros anarquistas que, mediante su participación esporádica en uno u otro enfrentamiento callejero, dejan la conciencia tranquila y fantasean con una revolución social de masas. Son los que, usando la coartada de las luchas sociales, caracterizan la guerrilla urbana anarquista como una opción ya pasada y autodestructiva”.
Y una invitación: “Para nosotros, como Conspiración de Células del Fuego, la apuesta es simple. A través de las “luchas sociales”, queremos crear puentes para que las minorías insumisas e insatisfechas pasen a la guerrilla urbana anarquista, allí donde el ataque es permanente.
“A fin de cuentas, a quien le baste con esperar por las citas oficiales de lucha, en marchas con tiempo y espacio elegidos por otros, ya sean sindicatos de base o comités, para que así se encuentre con su insurreccionalismo, acabará pues perdiéndose el encuentro con la insurrección anarquista permanente”. ¿Hay alguna respuesta o reacción oficial?