La Tuta
¬ Augusto Corro lunes 2, Mar 2015Punto por punto
Augusto Corro
Capturaron a Servando Gómez Martínez La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios, mientras dormía plácidamente en una casa de Morelia.
En los últimos meses el delincuente era buscado por las autoridades en todos los rincones del estado de Michoacán, campo de actividades de esa organización criminal.
Cada vez más cercado por los representantes de la ley, el prófugo cambió sus hábitos y optó por conducirse con un bajo perfil. Hizo a un lado su guardia personal y relajó su seguridad.
Fue en vano, su esfuerzo por burlar la policía que lo ubicó a través de sus teléfonos celulares. El día de su cumpleaños (6 de febrero) se reconfirmó su ubicación.
Fue aprehendido sin violencia. En la madrugada del viernes 20 de febrero le cayó la policía. No tuvo tiempo de resistirse a su detención. Ni siquiera pudo usar su pistola, con cacha de diamantes, que tenía a un metro de distancia.
En la noche del mismo viernes, a las 20:10 horas ingresó en el Penal Federal del Altiplano (Almoloya), en el Estado de México. Tendrá que responder por una lista de los siguientes delitos: extorsión, tráfico de drogas y armas, delincuencia organizada, contra la salud y homicidio en agravio de policías federales, más los que surjan.
EL TERROR
Hace varios años, los cárteles de la droga llevaron el terror a Michoacán. Las guerras entre ellos y contra las autoridades tenían agobiada a la población. En la región se producen marihuana y anfetamina.
No se trataba sólo del negocio de las drogas. Los delincuentes ampliaron sus acciones criminales a las extorsiones, secuestros y asesinatos. Invadieron la vida económica, a tal grado que controlaban los mercados del aguacate y el limón, así como el control en la producción y exportación de hierro a China, en el puerto de Lázaro Cárdenas.
Estos hechos criminales y la impotencia de los representantes para evitarlo sembraron la intranquilidad en el mencionado estado. Los Caballeros Templarios, cuyo último líder principal fue La Tuta, grupo escindido de La Familia Michoacana, se hicieron notar por sus ejecuciones sanguinarias.
La Tuta actuaba bajo la influencia del fanatismo religioso y el ejercicio del poder. Algo parecido a un santón. La ausencia de autoridades lo llevaba a resolver todo tipo de problemas, hasta aquellos que surgían en el seno familiar: la repartición de una herencia, etc.
Los Caballeros Templarios se desempeñaban como los dueños de aquel estado, ante la incapacidad de los gobiernos, municipal, estatal y federal para evitarlo.
LA NARCOPOLÍTICA
Los Caballeros Templarios incursionaron en la política municipal y estatal para proteger sus intereses. En este renglón se asociaron con presidentes municipales, varios de estos presos por sus vínculos con el crimen organizado.
En las videograbaciones de la “tutateca” son innumerables los funcionarios públicos que se entrevistaron con La Tuta por diferentes motivos.
De esos videos, algunos evidenciaron las relaciones entre los políticos y los templarios. El propio gobernador interino, Jesús Reyna García, tuvo que dejar el cargo por su connivencia con La Tuta.
También el mandatario estatal priísta, Fausto Vallejo, renunció a la gubernatura tras el video en el que apareció su hijo Rodrigo Vallejo Mora, en franca y amena charla con el líder templario.
Ahora, en la cárcel, esas relaciones peligrosas entre los representantes del poder político y Los Caballeros Templarios se conocerán más a fondo, pues son varias horas de video que obran en poder del delincuente.
LA CEREZA DEL PASTEL
La Tuta en su apogeo de líder templario no medía el peligro de ser capturado por las autoridades. El poder lo tenía enloquecido. Su osadía rayaba en la burla. Siempre que se le antojaba subía sus videos a internet, sin importarle los riesgos. No se ocultaba, como es costumbre entre los capos de la droga.
Tampoco se negaba a dar entrevistas a los periodistas, sin cubrirse la cara. Extrovertido, disfrutaba sus encuentros con los representantes de los medios.
Los diferentes conflictos sociales derivados de las acciones delincuenciales, las autoridades federales enviaron policías y soldados a controlar la crisis. Alfredo Castillo Cervantes fue designado comisionado gubernamental para resolver la problemática social michoacana; entre otros asuntos, el de los grupos de autodefensa.
El embate de las autoridades contra Los Caballeros Templarios finalmente dio resultados positivos, aunque no definitivos. La narcodelincuencia en Michoacán creció desmesuradamente. En Michoacán, los cárteles encontraron el terreno propicio para sus actividades.
Como señalamos, la lucha contra la delincuencia dio sus primeros frutos importantes con la disolución del cartel de Los Caballeros Templarios, aunque faltaba la captura de La Tuta, como cereza del pastel. El viernes en la madrugada cayó el líder de los templarios. Con la detención de La Tuta, Los Caballeros Templarios se quedaron sin las principales cabezas de su organización: unos fueron abatidos y otros encarcelados.
Nazario Moreno González pereció durante un operativo federal en la sierra michoacana, en el 2014; Enrique Plancarte “El Kike”, murió en un enfrentamiento con elementos de la Marina, en Querétaro. En otro hecho fue abatido Samer José Servín Suárez.
En la lista de detenidos se encuentran los siguientes: José de Jesús Méndez Vargas El Chango; Dionisio Loya Plancarte El Tío; Saúl Solís El Lince; Juan Reza, Rigoberto Rentería El Rigo, y Gregorio Abeja Linares.