No cumple el año y ya casi lo mataron
Roberto Vizcaíno viernes 27, Feb 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El abandono de 7 representantes de partidos mantiene en la nulidad al INE
- Los rebeldes aducen que existe un bloque de 6 consejeros que actúan por consigna en favor del PRI y del PVEM
- De persistir en su actitud, podrían estar dando muerte al principal órgano electoral del país
A 10 meses de haberse constituido, y a 3 de sus primeras elecciones, el INE está a punto de quedar anulado por los principales partidos que lo crearon.
En los hechos, el Instituto Nacional Electoral podría ya estar tocado de muerte.
Con la dura y persistente descalificación de 7 de los 10 partidos reconocidos que tienen asiento y voz en la mesa del Consejo General del Instituto; con el cuestionamiento de analistas y politólogos y bajo las dudas y pérdida del respeto de la mayoría de los consejeros electorales estatales, el INE necea y actúa como si no pasara nada.
La crisis estalló en su seno el 18 de este febrero cuando, ante la negativa a darle curso a 2 acuerdos, los representantes de PAN, Francisco Gárate; del PRD, Pablo Gómez; del PT, Pedro Vázquez; de Morena, Horacio Duarte, y de PES, Partido Humanista y Movimiento Ciudadano abandonaron el pleno.
Estos representantes exigían que el Consejo validara dos acuerdos con los cuales se buscaría que la entrega de beneficios de programas sociales fuesen ajenos a fines electorales.
En esa sesión del Consejo 6 consejeros encabezados por Marco Antonio Baños, pospusieron la discusión de los 2 acuerdos lo cual prendió la mecha del conflicto.
Los 7 representantes mencionados abandonaron el pleno y anunciaron que interpondrían un recurso para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenara al INE la aplicación de dichos acuerdos.
Según lo explicaron, el primero de ellos debía crear Normas Reglamentarias para garantizar la imparcialidad en el uso de recursos públicos en la entrega de los beneficios de los programas sociales.
El segundo era para solicitar “el apoyo y colaboración de quienes fungen como titulares del Ejecutivo Federal, los Ejecutivos Locales, Presidentes Municipales y Jefes Delegacionales, para garantizar que la ejecución de los bienes, servicios y recursos de los programas sociales se apeguen a su objeto y reglas de operación, evitando en todo momento, su uso con fines electorales”.
Los consejeros que decidieron no apresurar los acuerdos son: Marco Antonio Baños, Beatriz Galindo, Adriana Favela, Benito Nacif, Javier Santiago y Enrique Andrade.
Los que votaron a favor de tramitarlos de inmediato fueron Ciro Murayama, Arturo Sánchez, Roberto Ruiz Saldaña y Pamela San Martín.
EL FONDO
La verdad es que el asunto de los acuerdos fue el pretexto del estallamiento del conflicto.
Y es que los 7 representantes en rebeldía acusan desde hace meses a los 6 consejeros señalados de actuar en favor del PRI y del PVEM.
También se quejaban de que la actual directiva del INE con el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello a la cabeza, se empeñaban en mantener a Alfredo Cristalinas como jefe de la Unidad de Fiscalización.
Cristalinas fue muy cuestionado por el tratamiento, que le dio a los asuntos de las tarjetas bancarias usadas presuntamente para comprar votos.
De igual forma, los 7 representantes hoy fuera del INE, aseguraban que los consejeros habían integrado las plantillas de los consejos estatales con una composición de consejeros afines al PRI.
Otra queja más era la de que la Comisión de Quejas y Denuncias del INE actuaba con parcialidad en la censura de spots.
De igual forma cuestionaron la forma en que el Consejo decidió los bloqueos estatales de spots y la decisión de dejar fuera del monitoreo a la cobertura de medios sobre campañas a los programas de opinión y espectáculos, y no incluir la valoración de comentarios vertidos en estos.
En fin, que el caldo de la inconformidad venía desde hace tiempo y estalló con lo de los acuerdos.
PERSISTEN
La semana pasada, luego de que los 7 abandonaron el pleno del Consejo, los consejeros y los representantes de los partidos que se quedaron (PRI, PVEM y Panal) hicieron declaraciones en que minimizaron la ausencia de los 7 rebeldes.
La respuesta fue que si el bloque de consejeros presuntamente afines o bajo las órdenes del PRI no rectificaban su actitud y toma de decisiones sesgadas, entonces ellos no acudirían a la mesa del Consejo General y desconocerían todos sus acuerdos.
Además promoverían la renuncia de los consejeros del bloque presuntamente priísta.
Así las cosas, los 7 no acudieron a la sesión semanal del INE del miércoles pasado.
Ese día se publicó un artículo del presidente del INE, Lorenzo Córdova en que expone 7 razones para que los 7 rebeldes regresen a la mesa de negociación y acuerdo político más importante del país y de la democracia mexicana: la del INE.
Los 7 puntos de Córdova son de lo más obvio: que hay que estar en esa mesa porque ahí se dialoga y toman acuerdos; que hay que regresar a la mesa porque si no van entonces no tienen sentido las reuniones del Consejo; que hay que regresar porque los partidos son los principales beneficiarios del sistema electoral… y así las demás.
LA CRISIS
Lo cierto es que el abandono de la mesa por parte de los partidos mencionados anula al INE.
Y expone la vigencia de la democracia en México.
En el fondo lo que expone esta crisis, es la absoluta ausencia de profesionalización y consciencia política de la mayoría de los partidos mexicanos y sus políticos.
Un dato refleja la profundidad del problema: y es el hecho de que ningún proceso electoral desde 1992 a la fecha, se ha realizado con el mismo marco legal.
Todas las elecciones federales de entonces ahora, han corrido con normas distintas porque al término de cada votación, siempre ha habido una o más fuerzas políticas inconformes que reclaman y promueven los cambios de las normas para ser aplicadas en los comicios siguientes.
Así fue en el proceso presidencial y federal de julio de 2012, del cual salió victorioso el priísta Enrique Peña Nieto.
A pesar de que ese proceso se realizó con normas aprobadas apenas en 2008 luego de que Andrés Manuel López Obrador y los partidos que lo apoyaron (PRD, PT y MC) habían cuestionado duramente las elecciones del 2006, el tabasqueño y las fuerzas que lo apoyaron (PRD, PT y MC) volvieron a querellarse y patalear en 2012.
De ese proceso también el PAN –que perdió la Presidencia de la República y quedó en un tercer lugar– salió inconforme.
Todo eso derivó en la reforma político-electoral surgida de la mesa del Pacto por México y promulgada apenas en febrero del año pasado.
De esa reforma surgió el Instituto Nacional Electoral, una nueva institución que anularía al antiguo IFE, y que se encargaría de diseñar, planear, organizar, conducir y sancionar los procesos electorales no sólo a nivel federal sino estatal en México.
Todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso participaron en la aprobación de esa reforma.
Esos partidos fueron PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, MC y Panal.
Las fracciones parlamentarias de todas esas fuerzas designaron luego de largos debates a los consejeros que integrarían el Consejo del INE.
El INE nació finalmente el 4 de abril de 2014.
No pasó mucho tiempo sin que algunos partidos y sus representantes ante el INE comenzaran a cuestionar las decisiones de los nuevos consejeros. Fue entonces que se comenzó a hablar de bloques de consejeros que beneficiaban al partido en el gobierno, el PRI y de paso a su aliado, el PVEM.
Los representantes de los mismos partidos que aprobaron la reforma electoral, que propusieron y decidieron la creación y el diseño y alcances del INE, y que decidieron en la elección de consejeros, son los que están a punto de darle muerte.