Violencia contra ilegales
¬ Augusto Corro viernes 27, Feb 2015Punto por punto
Augusto Corro
Urge frenar el uso excesivo de la fuerza policiaca estadunidense contra los mexicanos. En menos de 15 días, dos connacionales fueron asesinados cuando, sin armas, se entregaban a los uniformados.
Antonio Zambrano, de 35 años, michoacano, fue baleado por tres representantes de la ley por el delito de arrojar piedras. Esto ocurrió el 10 febrero en Washington; en Texas, el 20 de febrero, Rubén García Villalpando, de 31, duranguense, corrió la misma suerte del primero: la policía lo mató a tiros. En ambos casos, las víctimas estaban desarmadas.
Ayer comentamos que el caso de Antonio iba rumbo al archivo, porque no hubo suficiente presión de las autoridades mexicanas para exigir justicia. Los reclamos de los grupos minoritarios no fueron suficientes para ser tomados en cuenta por el gobierno estadunidense.
Ante la muerte de Rubén, las autoridades estadunidenses le deben una explicación amplia a México sobre el porqué de las acciones mortales contra los mexicanos. ¿Lo anterior obedece a una actitud radical de una policía violenta? ¿Se agudizó el odio racista hacia los indocumentados mexicanos?
De 2006 a la fecha, 75 connacionales murieron en manos de policías locales o de la Patrulla Fronteriza. ¿Cuántos más deben ser sacrificados para que el gobierno de EU se dé por enterado de los asesinatos?
Las autoridades mexicanas, a raíz de los hechos recientes manifestaron su más enérgica condena; sin embargo, vemos con no es suficiente. Se deben buscar maneras más efectivas para que esos asesinatos no vuelvan a ocurrir.
¿Acaso no hay leyes internacionales que sancionen a los policías criminales, que con lujo de violencia, o fuerza letal, agreden a los indocumentados? ¿Qué tan grave fueron los “delitos” de Antonio y Rubén para no tener la oportunidad de presentarlos ante un juez?
Debido a su condición de ilegales, Antonio y Rubén intentaron huir de la policía, de no ser detenidos y cuestionados por su estancia en aquél país, pues su repatriación a México era automática. ¿Esto era motivo suficiente para acribillarlos a tiros? Si no se frena la violencia de las policías estadunidenses contra mexicanos, el número de víctimas crecerá, irremediablemente.
YA SE ESPERABA
La llamada Ley Anticorrupción que pronto estará vigente, provocó escozor en varios gobernadores.
Ese nuevo código según alcanzamos a entender, evitará los saqueos al erario por parte de los mandatarios estatales que cada vez que dejan el cargo, se marchan con las maletas llenas de dinero.
Los ejemplos son múltiples y continuos. No hubo, hasta la fecha, una ley que exigiera la rendición de cuentas de los gobernantes, calificados como “virreyes”. Con la nueva Ley Anticorrupción, los pillos ya no la tendrán tan fácil para meter la mano en el erario, como si fuera parte de su patrimonio personal.
En una reunión del “Club de Amigos”, conocida como la Conago, dos gobernadores mostraron su inconformidad. Resulta que no están de acuerdo en que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) fiscalice hasta el 92% de los recursos federales entregados a los gobiernos estatales. Esos mandatarios inconformes, según trascendió, son Graco Ramírez, de Morelos, de extracción perredista, y el panista Francisco “Kiko” Vega, de Baja California. La Ley Anticorrupción, que debatían en la Cámara de Diputados, a la hora de escribir estas líneas, tendrá que actuar sin contemplaciones contra aquellos saqueadores de los recursos públicos.
En una palabra, acabar con las raterías sexenales de los mandatarios estatales. De no ocurrir esto, no habrá suficiente dinero para calmar las ambiciones de los asaltantes disfrazados de políticos.
¿Quieren Graco y “Kiko” una Ley Anticorrupción a modo? Vaya cinismo de gobernadores.
PRI CAPITALINO
Si bien es cierto que aún faltan algunos días para el arranque real de las campañas políticas de las elecciones intermedias, en el Distrito Federal, la lucha política es intensa. Todos los partidos políticos ya realizan un dinamismo impresionante. Sólo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Distrito Federal (DF) se encuentra apagado.
Quizá las luchas internas que no se conocen tienen detenidas las acciones preelectorales. De otra manera no se explica el silencio de los tricolores capitalinos.
¿Aún siguen afectados por aquellas denuncias contra su ex líder, el impresentable, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, por el uso indebido del dinero del partido para promover una red de prostitución?
En aquellas fechas, el escándalo sobre dicha red fue mayúsculo y obligó a Gutiérrez de la Torre a dejar el cargo. Además el asunto continúa. Tres mujeres dijeron anteayer que acusaron al citado ex dirigente ante la PGR por los delitos de trata de personas y delincuencia organizada.
¿Dónde quedó la idea de los priístas de recuperar la capital? Debido a sus triunfos arrolladores en las elecciones del 2012, los tricolores, petulantes, anunciaron el retorno del PRI en el DF. Parece que se equivocaron. Son otras fuerzas políticas que seguirán en el poder, mientras en el PRI del DF encuentran las fórmulas para ofrecer una imagen menos abollada que la dejada por el ex líder, implicado en una red de prostitución.