“Peces gordos”
¬ Augusto Corro martes 24, Feb 2015Punto por punto
Augusto Corro
Se sabe el tipo de enfermedad que padece el paciente, pero nadie le receta la medicina para sanarlo.
Eso ocurre con la corrupción de los funcionarios públicos de alto nivel en México. El problema es que este tipo de delito crece incontrolable.
¿De qué sirve conocer el resultado negativo de alguna investigación, si no se castiga a aquellos que infringieron la ley?
Es un hecho que son contados los servidores públicos que se encuentran en la cárcel por el delito de peculado.
El propio titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Juan Manuel Portal Martínez, contestó, en parte, la razón de la impunidad:
No hay “peces gordos” en la cárcel por corrupción, porque no hay políticos “tontos” y ellos no son los que firman o llevan a cabo las operaciones.
Recalco: ¿de qué sirve a las autoridades conocer al delincuente y sus acciones si no se aplica el remedio correspondiente?
En los estados, sexenio tras sexenio, los gobernadores dejan su administración con las arcas vacías. Michoacán, Coahuila, Zacatecas, Puebla, Oaxaca, Tabasco, etc., son ejemplos de administraciones corruptas.
En casos específicos, la corrupción de los mandatarios raya en el cinismo y en la impunidad.
En Puebla, por ejemplo, donde la corrupción alcanzó niveles exagerados durante el gobierno de Mario Marín, fueron los segundones quienes respondieron al saqueo de los recursos públicos.
A “mi gober precioso” no lo tocaron. Vive feliz, como empresario progresista en la industria aérea. Entre otros negocios, posee una compañía que renta helicópteros.
Lo mismo ocurrió con el aprendiz de sátrapa, Ulises Ruiz Ortiz, ex mandatario oaxaqueño, cuyos empleados tuvieron que pagar los platos rotos.
La tibieza del actual gobernante, Gabino Cué, impidió que la justicia alcanzara a Ruiz Ortiz, quien, en lugar de estar en prisión, se desempeña como delegado del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Del antecesor de Ruiz Ortiz, el impresentable José Murat Casab, supo llenarse los bolsillos con recursos del erario que le alcanzaron para comprar un departamento en una zona residencial exclusiva en Manhattan, así como otros departamentos en el territorio estadounidense. En este asunto, ni siquiera molestaron a los “tontos”, como señalamos arriga. La impunidad fue total.
En Coahuila, el ex mandatario Humberto Moreira, es otro caso del enriquecimiento de los delincuentes de cuello blanco. Su equipo de funcionarios tuvo que enfrentar a la justicia. El vive, luego de un sinnúmero de escándalos, sin problema alguno.
El único “pez gordo” que busca burlar a la justicia es Andrés Granier Melo, el ex mandatario tabasqueño, que se encuentra en un hospital, que tiene como cárcel, mientras pasa el tiempo y consigue la fórmula del borrón y cuenta nueva de su caso.
La sociedad mexicana espera leyes más estrictas anticorrupción. Códigos severos que obliguen a la rendición de cuentas de los servidores públicos. Algo que se ve muy lejano.
RENUNCIA IMPORTANTE
En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) siguen las renuncias de sus personajes.
Esta vez le tocó a a la actriz María Rojo. Confirmó su salida del partido del sol azteca. No le cumplieron los perredistas con hacerla candidata a la delegación Cuauhtémoc. Es decir, la engañaron.
A cambio le ofrecieron una diputación plurinominal, es decir, una forma tranquila, sin sobresaltos, de llegar a San Lázaro. Ella no aceptó. Prefirió la renuncia. De cualquier manera, empezó su campaña como precandidata tras renunciar a sus proyectos como actriz.
María Rojo, como perredista, se distinguió por su activismo político intenso.
En este espacio, nos referimos a la desbandada que ocurría en el PRD debido a sus luchas internas. El divisionismo se acentuó en los últimos años. La guerra entre las tribus por diferentes causas, así como el entreguismo de “Los Chuchos” al gobierno federal tienen a ese instituto político en la lona.
A la fecha, distinguidos perredistas abandonaron al partido que ellos mismos fundaron. Uno de ellos, el propio ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien argumentó que el PRD abandonó las causas populares.
El ingeniero fue el principal fundador del PRD que en sus inicios se presentó como una oportunidad para crear una corriente auténtica y entusiasta de la llamada izquierda mexicana. Esta idea se desvaneció hasta llegar a lo que es hoy: un partido en crisis, en una franquicia política, cuyos propietarios, “Los Chuchos”, son los únicos beneficiarios.
También renunciaron Alejandro Encinas, Ángel Aguirre, Mario Delgado, etc. Andrés Manuel López Obrador se fue del partido amarrillo para fundar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) el opositor real del perredismo.