El más competido
Ramón Zurita Sahagún miércoles 11, Feb 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Por mucho, el proceso electoral de Michoacán se advierte como el más competido de los nueve estados en que los ciudadanos elegirán a su nuevo gobernante.
Tres partidos inician con las mismas posibilidades de triunfo y un cuarto participante espera disputarle los votos, aunque se anticipa que le será difícil igualarlos o alcanzarlos.
Son dos candidatos hombres y dos mujeres, los que entrarán en la dinámica del convencimiento de los electores para que emitan su sufragio a favor de las promesas de campaña que llevarán cada uno de ellos.
Dos de esos candidatos (un hombre y una mujer) ya compitieron hace cuatro años por la misma posibilidad, quedando sembrados en segundo y tercer lugar de la competencia electoral.
Con los otros dos suceden cosas distintas. Él esperó durante varios años la oportunidad de competir con los colores de su partido por el gobierno estatal. Ella no lo esperaba, ya que no es oriunda del estado y tampoco hace política en el mismo.
La panista Luisa María Calderón Hinojosa; la “morena” María de la Luz Núñez Ramos; el perredista Silvano Aureoles Conejo, y el priísta J. Ascención Orihuela Bárcena, son los contendientes que buscan convencer a un reticente electorado de que les den la confianza y el voto para que los gobiernen.
Michoacán es uno de los cinco estados del país que viven con mayor conflicto y donde el gobierno federal implementó su primer operativo para erradicar la violencia y terminar con los grupos delincuenciales.
Ninguno de los dos propósitos se cumplió, aunque hace unos cuantos días se dio fin al experimento creado alrededor de una figura enviada desde el centro para atender todos los programas y la derrama económica prometida para enderezar el rumbo del estado.
Alfredo Castillo dejó Michoacán sin pena ni gloria, la derrama económica no cambió el rumbo del estado, el principal jefe de la delincuencia organizada sigue libre, cayeron algunos mafiosos, se intentó normar a los grupos de autodefensa y se logró proporcionar seguridad en algunas zonas.
Un gobernador de ese entonces se encuentra en la cárcel, el hijo del otro también y el gobernador elegido en las urnas prefirió solicitar licencia antes de que se le fincaran responsabilidades. Es cierto que hay diferencias entre el Michoacán de hace un año y el actual, pero también lo es que continúan los problemas de inseguridad y violencia, principalmente en la tierra caliente.
Durante la etapa moderna de Michoacán, solamente dos partidos han gobernado la entidad, el PRI casi todo el tiempo y el PRD en dos administraciones consecutivas.
Ambos se tiran la pelota de que fue en sus períodos cuando creció la delincuencia, aumento la violencia y se asentaron los grupos delincuenciales, especialmente los vinculados con las drogas.
Por su diversidad, Michoacán está considerado como uno de los estados más bellos del país, donde se mantienen una serie de tradiciones prehispánicas que en comunión con las del nuevo mundo crearon un crisol extraordinario de costumbres.
Sus pueblos mágicos, sus lagos y lagunas, la capital del estado, su acceso al mar y a las montañas y su rentable producción del campo son de lo más atrayente en las diversas regiones que conforman el estado.
Michoacán es un estado politizado en el que nacieron tres presidentes de la República de los últimos tiempos: Pascual Ortiz Rubio, Lázaro Cárdenas del Río y Felipe Calderón Hinojosa.
Sin embargo, con todo y su riqueza, es una entidad de contrastes, alejada del poder económico el centro y cuyos pobladores han tenido que migrar en grandes cantidades hacia el norte en busca de mayores oportunidades. Durante el presente gobierno federal se determinó destinar grandes cantidades de inversión pública, para atender las necesidades de la población, por lo que la población deberá decidir en las urnas quien de los prospectos es el indicado para llevarlos a feliz término.
Los cuatro últimos gobernadores surgidos de una elección, han sido el primero y el último emanados del PRI y el segundo y el tercero del PRD.
El priísta Víctor Tinco Rubí, los perredistas Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel y el también priísta Fausto Vallejo Figueroa, han sido esos gobernantes que desde 1996 vivieron la experiencia de la violencia y la inseguridad en la entidad.
LA PEPENA DEL PRI
El PRI aprendió pronto de los otros partidos en los que se refugian sus militantes cuando no se les promueve a los cargos que aspiran.
Por eso, en Guanajuato un estado en que los electores les niegan el voto para reconquistar el gobierno estatal, recurren a despojos de otros partidos para postularlos a cargos de elección popular. De esa forma, esperan iniciar la escalada que en 2018 les permita ganar el estado.
Primero convencieron al panista José Ángel Córdova Villalobos, para que contienda con los colores del PRI por la alcaldía de León, el principal enclave panista del estado y donde el blanquiazul se afianzó desde 1989 hasta el 2012, gobernando ese municipio.
Ahora llevan también como candidato para alcalde de Celaya a Fernando Bribiesca Sahagún, hijo de Marta Sahagún Jiménez y diputado federal de Nueva Alianza. De esa forma, los priístas tendrán dos prospectos para la gubernatura en tres años más, caso de que ambos ganen sus procesos electorales.
CORRALES
Apenas hace unos días (27 de enero) murió Rafael Corrales Ayala, el último gobernador priísta de Guanajuato, quien fue electo en 1985 y terminó su gestión en 1991.
Después de Corrales Ayala los priístas ya no vieron la suya en esa entidad, perdiendo todos los comicios, luego que Ramón Aguirre Velázquez ganara en 1991 y fuera obligado a no tomar posesión.