Más de Murat Casab
¬ Augusto Corro miércoles 11, Feb 2015Punto por punto
Augusto Corro
¿Cuál es la diferencia entre un gobernador mexicano y un jeque árabe? En gastar el dinero, ninguna. En lo otro sí existe una profunda diferencia el primero utiliza los recursos públicos para satisfacer sus deseos; el segundo echa mano a su riqueza petrolera.
Los “virreyes” como se les llama a esos mandatarios en México se encuentran cortados por la misma tijera: llegan al poder para saquear a su estado, impunemente, durante seis años. Suficientes para enriquecerse a costa del erario.
Además, tienen una gran ventaja: no rinden cuentas a nadie. Las auditorías que les practican a sus administraciones son un simulacro que termina en los archivos del olvido. El mandatario que les sucede en el cargo se hace de la vista gorda y nadie es perseguido por el delito de peculado.
De las decenas de “virreyes” en los últimos años, solo se busca castigar al ex gobernador de Tabasco Andrés Granier Melo. Dejó vacías las arcas de su entidad y por el momento se encuentra preso en el Distrito Federal (DF) en espera de burlar a la justicia. En su entidad la justicia lo espera.
El caso que nos ocupa ahora se refiere al ex gobernador priista, José Murat Casab, el jeque oaxaqueño, que aparece con propiedades inmuebles y muebles que lo colocan a la altura de político rico; mientras que Oaxaca, entidad que desgobernó, se encuentra sumida en la pobreza y llena de conflictos.
Esta vez, las noticias tratan el tema del avión del ex “virrey” que está en venta cuyo valor en el mercado es de un millón de dólares: una aeronave Hawker 800 SP con matrícula XA-JMC y con número de serie 258035. Un jet tiene 13 mil 250 horas de vuelo, con capacidad para 9 personas. (Con información de El Universal).
Según los expertos, una hora de vuelo en el jet mencionado cuesta 3 mil dólares. Por el uso del hangar se pagan 50 mil pesos mensuales. Claro, el mantenimiento del avión es otro renglón de gastos.
Como informamos ayer, The New York Times, el influyente diario estadounidense, publicó que la familia de José Murat Casab, ex mandatario priista de Oaxaca, adquirió media docena de propiedades inmobiliarias en Estados Unidos (EU), entre otras un departamento carísimo en una de los torres del Time Warner Center.
El rotativo dejó entrever que la adquisición de esos inmuebles por parte del ex gobernador podría caer en la compra- venta sospechosa o secreta. Hoy miércoles se conocerán más datos sobre las propiedades de la familia Casab Murat.
En el colmo de la desfachatez, el ex funcionario aceptó que, efectivamente, tiene dos casas en Utah, que apenas si le costaron 300 mil dólares a nombre de sus hijos. Uno de estos de nombre Alejandro, titular del Infonavit, con deseos de ser gobernador de Oaxaca. Y sobre el avión aclaró que sí lo usó, pero que no es de su propiedad. Dijo que se lo prestaron “unos amigos”. Vaya, vaya.
¿BROMEA EL LÍDER DEL SENADO?
Como señalamos al principio, en México, los virreyes hacen lo que les viene en gana con el erario. Primero endeudan a su estado y con esos recursos se enriquecen y se dan la gran vida. ¿Alguien los denuncia? Unicamente en el caso de que sea enemigo o represente a algún partido político adversario. Por eso nos preguntamos si el presidente del Senado, Miguel Barbosa, del PRD, bromea al exigirles a las autoridades que determinen las posibles responsabilidades de Murat Casab como dueño de 6 departamentos de lujo en Nueva York.
“No hay un sistema anticorrupción nuevo, pero hay leyes vigentes y este marco jurídico vigente permite fincar responsabilidades contra cualquier servidor público que haya desviado el uso de recursos públicos para beneficios personales”, dijo el congresista.
En fin, parece que fue chascarrillo para amenizar el día. ¿No sabe el senador que en México, los políticos gozan de privilegios sin fin para enriquecerse y burlar a la justicia? ¿De qué sirve que haya leyes para castigar a los corruptos, sí nadie las aplica? Ya lo señalamos ayer, el caso del virrey Murat Casab estará en la mente de los interesados, pero pronto se olvidará.
OAXACA, ESTADO MUY POBRE
En Oaxaca, la política es un camino para salir de la pobreza. Son múltiples los ejemplos de funcionarios corruptos en cargos de elección popular. Cada sexenio llegan al gobierno oaxaqueño políticos sin escrúpulos que ven el poder la gran oportunidad de enriquecerse ilegalmente.
Las estadísticas señalan que en esa entidad más de dos millones de habitantes viven en condición de pobreza. Casi un millón de personas sobrevive en pobreza extrema. El relativo progreso se nota en la capital del estado. En las demás regiones oaxaqueñas se nota la miseria. Principalmente en las Mixtecas Alta y Baja, donde no hay empleo y los campesinos tienen como destino emigrar a EU, con las repercusiones sociales lógicas, como es el de abandonar a su esposa y a sus hijos.